Gilberto Piñeda Bañuelos

Durante la pandemia, en el semestre 2020-II invité a colegas  de la Universidad Autónoma de Baja California Sur, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, del Tecnológico Nacional de México, campus La Paz,   así como a un abogado, un escritor-cronista independiente y dos jóvenes artistas, uno para hacer las tomas fotográficas de los sitios emblemáticos  y otro para elaborar dibujos a mano alzada de fotografías antiguas, a participar en un proyecto de investigación multidisciplinar para convertirlo en un libro que le pusimos como título preliminar: UNA HISTORIA URBANA DE SANTA ROSALÍA.

Fue así que se integraron al proyecto José Antonio Pérez Venzor, María de la Luz Gutiérrez Martínez, Tito Fernando Piñeda Verdugo, Alejandro Telechea Cienfuegos, Karina Busto Ibarra, Edith González Cruz, Iván Alegría Jiménez, Gilberto Piñeda Bañuelos, Rocio Sifuentes González, Erika Adayani Manrique Domínguez, Jesús García Manríquez, Iván Castro Beltrán, Manuel Gaxiola Fausto, Alonso Patrón Zamora. La estructura metodológica del proyecto fue semejante a dos libros digitales publicados con anterioridad  sobre la Paz y Guanajuato, en este caso los capítulos estarían divididos en dos partes: “Santa Rosalía sin Pueblo Minero” y “Santa Rosalía con Pueblo Minero”

El 21 de febrero de 2021, el Consejo Académico del Área de Conocimiento de Ciencias Sociales acordó la aprobación el proyecto de investigación multidisciplinar,  que de inmediato se hizo de conocimiento a coautores(as), y a partir de ese momento nos pusimos a trabajar; sin embargo, llegó la fecha cercana a  mi semestre sabático y de mi estancia de investigación en la escuela de Arquitectura de la Universidad de Guanajuato que realizaría de agosto de 2022 a marzo de 2023; y   por causas diversas de fuerza mayor, no pudimos concluir todos los ensayos, motivo por el cual, tuve que comunicar al Consejo Académico que el proyecto multidisciplinar quedaba, como se dice, en “MODO PAUSA”.

Debo destacar sin embargo que el profesor Jesús García Manríquez, conocido cariñosamente como el “Profe Bobby”, fue el primero que entregó su ensayo para el proyecto en el semestre 2021-II, sin embargo, tristemente, meses después, falleció a inicios de 2022. Fueron entregados también los dibujos a mano alzada tomadas de fotografías antiguas que ilustrarían el proyecto elaborados por Manuel Eduardo Gaxiola Fausto recién egresado de la carrera de Arquitectura del Tecnológico;  las fotografías emblemáticas tomadas por Alonso Patrón Zamora que también ilustrarían el proyecto; las colaboraciones sobre la economía capitalista de Santa Rosalía elaboradas por  Rocío Sifuentes González y Erika Adayani Manrique Domínguez, recién egresadas de la carrera de Economía; el ensayo sobre las arquitecturas de madera y de hierro del pueblo minero; y el ensayo de Alejandro Telechea  Cienfuegos sobre la actividades mineras en el territorio mulegino  antes de la llegada de la compañía El Boleo. Vamos a iniciar la consulta entre coautores(s) para saber si se le da continuidad o se cancela en definitiva.

Jesús García Manríquez, conocido cariñosamente como el “Profe Bobby”.

SANTA ROSALIA SIN PUEBLO MINERO

“El territorio ocupado ahora por la pequeña ciudad y puerto de Santa Rosalía frente Golfo de California  se encuentra relativamente cerca  de una zona volcánica, estuvo dividido por al gran arroyo central Providencia que desembocaba directamente a la zona costera; este arroyo estaba flanqueado  por dos laderas de pendiente pronunciada que después serían conocidas como la Mesa Francia y la Mesa México.

Cerca de Santa Rosalía se localizan la Sierra de San Francisco y la Sierra de Guadalupe, las cuales fueron habitadas por móviles sociedades cazadoras recolectoras que en un prodigio de adaptación a un medio ambiente aparentemente recio y riguroso, lograron desarrollar interesantes complejos culturales, entre los que destaca el arte rupestre, uno de los vestigios arqueológicos más distintivos de la región.

Los grupos que lo produjeron seguían un patrón de movilidad y subsistencia a partir de un ciclo anual en la búsqueda de agua, alimentos y materias primas, lo cual los llevaba más allá de las montañas, hacia las planicies desérticas aledañas y hacia los litorales del Golfo de California y del Océano Pacífico. La intensa movilidad en amplios territorios sumada a la antigüedad de la ocupación humana registrada en la región (12000 años A.P.), se traduce en una abundancia de vestigios arqueológicos de todo tipo.

Entre estas dos cordilleras se eleva el sistema Volcánico Tres Vírgenes, en cuyos dominios se encuentra el yacimiento de obsidiana Valle del Azufre; estudios especializados han comprobado que las herramientas de obsidiana de toda la región provienen del este yacimiento; ahí también se encuentra el yacimiento de pigmentos del Cañón del Azufre, fuente de algunos de los pigmentos (óxidos de hierro rojo y amarillo, y yeso) a partir de los cuales indígenas elaboraron la pintura con la que produjeron el arte rupestre. Es interesante notar que al interior de este cañón existe un sitio con pintura rupestre atípica si se compara con el que se ha registrado en las montañas aledañas; el arte rupestre del pequeño abrigo rocoso le confiere un significado cultural al yacimiento y por ende, un valor simbólico que tal vez se relacione con la cosmogonía de estos pueblos.

La ciudad de Santa Rosalía se ubica hace el este de las Sierra de Guadalupe y al sureste del sistema Volcánico Tres Vírgenes. En una vasta área a partir de la ciudad se ha encontrado evidencia arqueológica de todo tipo. Cabe destacar que donde actualmente se encuentra la nueva mina, se localizaron pequeños yacimientos de óxido de hierro rojo y de manganeso, origen del color negro plasmado en el arte rupestre de toda la región. La composición geológica del área donde se asienta Santa Rosalía, indica que en épocas prehistóricas los indígenas provenientes de la sierra de Guadalupe pudieron haberse abastecido de pigmentos para la elaboración de su arte rupestre, entre otras actividades que se han identificado en el registro arqueológico. El territorio de los cazadores-recolectoras fueron ocupados en el siglo XVIII por los jesuitas al fundar las Misiones de Santa Rosalía de Mulegé y de San Ignacio de Loyola y desplazaron a los grupos indígenas de habla cochimí.

SANTA ROSALIA CON PUEBLO MINERO

“El capitalismo global con rasgos propios del siglo XIX empezó a trascender las fronteras nacionales en el mundo entero hasta llegar a la península de Baja California  donde hubo fuertes inversiones extranjeras en la minería, como fue el caso de la  Compañía El Boleo que fundó el pueblo minero de Santa Rosalía, formó las traza urbana  original e importó la arquitectura de madera que dominó el sistema constructivo a lo largo del siglo XX.

A manera de antecedente podemos decir que la Casa Rothschild y la Mirabeau  Banking Corporation de París, Francia, fundaron la Compagnie du Boleo el 16 de mayo de 1885, con un capital de 12 millones de francos (2 millones 700 mil pesos de la época) apoyándose en los señores Eisenmann, Valle y Tinoco, quienes fungieron como intermediarios entre el gobierno federal y la compañía francesa, siendo  ellos los que firmaron el contrato con el  gobierno de Porfirio Díaz el 7 de julio de 1885,  en el cual se establecía que se fundaría una colonia minera en la zona de Santa Águeda y se estipuló que contaría con 16 familias extranjeras y 50 mexicanas como mínimo, incorporadas antes de julio de 1886. Para esa fecha, contaba ya con 78 familias mexicanas que, en total, constituían una población de 336 personas, y 13 familias extranjeras con 43 pobladores. Dos años después, estaban registradas 158 familias mexicanas con 646 miembros, 18 familias extranjeras que sumaban 62 personas y, además, 27 colonos solteros, provenientes del extranjero; en total, para 1888, la colonia tenía 735 habitantes.

Para 1888, El Boleo estableció los asentamientos de acuerdo a la ubicación de las minas, factor que determinó la estructura urbana del mineral, quedando dividida en las secciones denominadas como grupos mineros, estos son Santa Rosalía, Providencia, Purgatorio y Soledad, mientras queel poblado de Santa Rosalía quedó ubicado en un arroyo y dos mesas en donde la propia compañía distribuyó a la población. En el arroyo vivían los trabajadores  de la fundición y la mayoría de las casas fueron construidas de madera importadas de Estados Unidos y Canadá; las calles se trazaron transversalmente de sur a norte y se enumeraron del uno al once progresivamente, además se construyó la tienda de raya,  la escuela, la iglesia, el hotel central, el teatro, la panadería, la carnicería, la cárcel, el dispensario médico y algunas cantinas. Mientras que en las dos mesas, a una se  llamó la Mesa Francia,  donde  se establecieron las casas de los empleados y directivos franceses, las cuales también eran de madera, aquí  se instaló también el edificio de la dirección de la empresa, así como el hotel Francés. En la Mesa México, fue el lugar de las familias  de los empleados superiores del gobierno: civiles y militares. Mientras que los mineros  se asentaron en las propias zonas mineras de Providencia, Purgatorio y Soledad  donde se construyeron casas de madera, la tienda de raya, la escuela,   el consultorio médico, el panteones y la  cantina.

Antes de 1885 no había población alguna asentada en el sitio que estudiamos, de modo que la población histórica de Santa Rosalía pasó de 3 mil 807 personas en 1900 a 9 mil 768 en 2005, a 11 mil 765 en 2010 y a 15 mil 797 personas en 2018. En este tiempo, la actividad minera fue disminuyendo paulatinamente hasta que tuvo una caída notable en 1985 al cierre de la compañía paraestatal sucesora de El Boleo; fue el caso que se abrió en la década siguiente una actividad económica de captura y maquila de calamar gigante alcanzando el volumen máxima de captura en 1995 con 78 mil toneladas que por la sobreexplotación fue disminuyendo drásticamente hasta llegar a poco más de 800 toneladas en 2018; sin embargo, una compañía capitalista Coreano-Canadiense se estableció de nuevo  la actividad minera para la producción y fundición de cobre como Minera y Metalúrgica emulando a la actividad histórica de la Compagnie du Boleo que tiene contemplado  producir  30,000 toneladas anuales de cobre fino, 800 toneladas anuales de cobalto metálico y 1 mil 187 toneladas de sulfato de zinc monohidratado, con un costo  estimado en más de 320 millones de dólares.

El valor producido por los trabajadores en la producción de cobre a lo largo del siglo XX y en lo que va del siglo XXI y por la fuerza de trabajo en la captura y maquila de calamar gigante por espacio de casi tres décadas ha sido millonario, a condición de trabajar jornadas laborales extenuantes con salarios muy bajos, fue construyendo una historia lucha social contra la explotación del trabajo que aún no concluye. Por ejemplo, cuando terminó el ciclo de producción y fundición de cobre en 1985, cientos de mineros quedaran en el desamparo, mientras que las trabajadoras que maquilaban calamar gigante despedidas masivamente de las plantas coreanas no han podido lograr la anhelada justicia que no ha sido ni pronta ni expedita como se establece en la Ley Federal del Trabajo.

Finalmente, cabe destacar Santa Rosalía es el único lugar de Baja California Sur que ha sido decretado por el presidente de la república en 1986 como Zona de Monumentos Históricos y que se encuentra bajo custodia del INAH, quien se encarga de proteger una superficie de 0.79 kilómetros formada por 110 manzanas con 31 edificios de valor histórico entre los cuales se encuentra el templo de Santa Bárbara, la antigua escuela primaria ahora Palacio Municipal, una serie de casas particulares y  las antiguas edificaciones administrativas e industriales del complejo arquitectónico de la Compañía El Boleo.

Por la importancia histórica del sitio, el Centro de Documentación de Historia Urbana  ha emprendido una serie de trabajos de investigación gráfica con estudiantes del Instituto Tecnológico Superior de Mulegé quienes hicieron un registro fotográfico del puerto, la fundición las minas y el poblado utilizando fotografías antigua y actuales tomadas del mismo lugar, que fue complementada por un estudiante del Instituto Tecnológico de La Paz que también preparó su residencia profesional sobre los sistemas constructivos y la Arquitectura de Madera de Santa Rosalía; se coordinó la edición de un libro de divulgación  como una Breve historia de los pueblos mineros; y está por iniciarse en los siguientes meses el proyecto de Museo de Historia de la Minería de Santa Rosalía en las antiguas instalaciones  de la fundición de la compañía El Boleo, un patrimonio cultural industrial edificado que se encuentra en total abandono.

Más de 20 dibujos a mano alzada de MANUEL EDUARDO GAXIOLA FAUSTO, arquitecto; y mas de un centenar de fotografías tomadas por ALONSO PATRÓN ZAMORA, Diseñador Gráfico y pintor,   quedaron listos para ilustrar el libro, así que, habrá una consulta a coautores(as) para saber si el proyecto multidisciplinar continúa o se cancela definitivamente. Si continúa será en memoria del profesor Jesús García Manríquez “El Bobby” (q.e.p.d.) y su crónica será el EPILOGO del libro.

Manifestación frente a ayuntamiento (2 agosto 2021)
Altar Iglesia Santa Bárbara(17 abril 2021)
Av. Fundición (17 agosto 2021)
Barrio Nivel 50 (24 agosto 2021)
Barrio Nopalera (27 marzo 2021)
Barrio Ranchería (24 agosto 2021)
Dirección Boleo (17 julio 2021)

Frontispicio iglesia Santa Bárbara (17 ABRIL 2021)
Hornos Panadería del Bachicha (27 marzo 2021)

Iglesia Carmen Barrio Ranchería (24 agosto 2021)
Mutualista Progreso (26 marzo 2021)
Pan del Bachicha (27 marzo 2021)
Panadería El Boleo (26 marzo 2021)
Residuos de minería (27 marzo 2023)
Playas Negras (7 de abril 2021)
Residuos de minería.
San Luciano (21 de septiembre)
San Luciano (21 de septiembre)
San Luciano (21 de septiembre)
San Luciano (21 de septiembre)

La Paz, Baja California Sur, 12 de abril de 2023.

San Luciano (21 de septiembre)