Mario Jaime

En 1905, Abraham G. Mills fue llamado para solventar una discusión que se dio entre Henry Chadwick y Albert Spalding sobre quien había inventado el beisbol. Chadwick sostenía que el juego había evolucionado del Rounders, el juego inglés mientras que Spalding en un ridículo nacionalismo alegaba que debía haber sido inventado necesariamente por un norteamericano.

La comisión basó su decisión final en el testimonio de un individuo llamado Abner Graves de 71 años. Este hombre dijo haber ido a la escuela con Abner Doubleday, héroe de la Guerra de Secesión y que había visto dibujos de un campo de beisbol en el cuaderno de su amiguito. Graves mandó su historia al diario Beacon Journal publicada como “Abner Doubleday inventó el beisbol”. Según él Doubleday inventó el juego en 1839 en Cooperstown, Nueva York.

 La comisión nunca se reunió con Graves, ni siquiera se percataron de que en 1839 cuando alegó el supuesto inventó Graves tenía 5 años ni que en ese año Doubleday no estaba en Cooperstown sino en Westpoint.

El reporte final, publicado en 1907 clamó como verdad histórica que Abner Doubleday, el hombre que hizo el primer disparo en Fuerte Sumter e inició la Guerra Civil, había inventado el beisbol. No hay ninguna evidencia de  que el coronel  haya conocido el juego; aun así se estableció este mito para justificar un nacionalismo absurdo.

El beisbol cambió de pasatiempo nacional a gran negocio profesional en los albores del siglo XX. Se conoce como la era de la pelota muerta a un tiempo en donde la forma de jugar hizo que las carreras fueras escasas y los pitchers dominaran el juego. La forma de jugar se enfocaba en alcanzar las bases, los parques eran muy grandes, había poco bateo de poder, se usaba una sola pelota en todo el juego, la rociaban con jugo de tabaco para ennegrecerla y la suciedad la impedía ver correctamente. Los pitchers marcaban la pelota, la raspaban, la rayaban y la escupían. Esto era conocido como “la bola ensalivada”. Esto hacía a la pelota danzar y que su trayectoria fuese impredecible por lo cual era muy difícil batearla.

Ante los scores tan bajos y la falta de carreras, Ben Shibe inventó la pelota con centro de corcho.

Uno de los factores que deprimieron el bateo fue la introducción del foul como strike. Esta regla la adoptó la Liga Nacional en 1901 y la Americana 1903.

En 1903 los representantes de la Liga Americana y la Liga Nacional decidieron hacer las paces y organizar una serie final entre los campeones de ambas ligas después de la temporada. Ya en la década anterior se conocía como “Serie Mundial” a los juegos de exhibición que enfrentaban a los campeones de diversas ligas. La primera Serie Mundial oficial se jugó en 1903 entre los  Pittsburg Pirates, campeones de la Nacional , contra los Boston Americans, campeones de la Americana. Boston ganó la serie 5 juegos a 3 gracias a sus pitchers  Bill Dinneen  y Cy Young que ganaron cuatro juegos.

En 1904 los New York Giants boicotearon la serie pero a partir de 1905 la Serie Mundial no se interrumpió hasta 1994.

El mejor jugador de esta era y probablemente de todos los tiempos fue “El Durazno de Georgia” Ty Cobb. Fue el primer jugador en ser ingresado al Salón de la Fama. En su época estableció 90 records de Ligas Mayores. Su forma de jugar agresiva y hasta violenta le establecieron como villano durante 22 temporadas que jugó con los Detroit Tigers. Se vio envuelto en numerosas broncas a puñetazos contra sus rivales, sus compañeros de equipo e incluso golpeó a un umpire. Era sumamente veloz, podía anotar de un hit desde primera hasta home. Anotó y produjo un total de 4065 carreras, más que cualquier jugador de cualquier época. Nadie ha superado su porcentaje de bateo total .367 %. Ganó 12 títulos de bateo. ¡Se robó 892 bases y el home 54 veces! En 5 ocasiones se robó la segunda, la tercera y el home sucesivamente y ha sido el jugador más joven en llegar a los 4000 hits y anotar 2000 carreras.

Otras súper estrellas de esta época fueron el extravagante Rube Wadell quien lideró las Ligas Mayores en ponches durante 6 años consecutivos;  Honus Wagner “el Holandés Volador”, mejor shortstop de todos los tiempos, 8 veces ganador  del título de bateo. Cy Young que ganó 511 juegos, récord de todos los tiempos y lanzó el primer juego perfecto en 1905. Grover Cleveland Alexander, quien ganó la Serie Mundial con los Philadelphia Phillies en 1915 y luchó en la Primera Guerra Mundial quedando sordo por las heridas. Christy Mathewson empatado con Alexander con 397 juegos ganados quien logró 3 blanqueadas en la Serie Mundial de 1905 con los Giants y nunca jugaba los domingos por su fe religiosa. Tris Speaker, el estrella jardinero central del Boston, Napoleon Lajoie, el mejor segunda base de la historia y Joe “el descalzo” Jackson.

Otras leyendas fueron los managers Connie Mack, quien ostenta el record de juegos ganados con 3731, ganador de 5 Series Mundiales y quien manejó a los Atléticos durante 50 años; y John McGraw que estableció el record de juegos ganados en la Liga Nacional con 2 763.

Un escándalo marca el final de esta era. En 1917 los Chicago White Sox habían ganado la Serie Mundial. Con un gran equipo volvieron a jugarla en 1919 contra los Cincinnati Reds. Chicago perdió en 8 juegos pero la prensa divulgó rumores de que algunos jugadores habían vendido la serie. Se sabía los conflictos entre ellos y el dueño del equipo Charles Comiskey. En septiembre de 1920 se convocó al Gran Jurado y el pitcher Eddie Cicotte confesó. Habían perdido a cambio de dinero proveniente de un sindicato de apostadores liderado por  Arnold Rothstein, jefe de la mafia judía en Nueva York (Cottrell 2002). 

Los dueños de las Ligas Mayores decidieron proponer a un juez que juzgara con mano de hierro como Comisionado del Beisbol. Kenesaw Mountain Landis fue asignado y expulsó a 8 de los jugadores del Chicago de por vida, entre ellos al célebre Descalzo Jackson.  Landis fue Comisionado hasta el año de su muerte en 1942.