Un ex secretario de Turismo de Baja California Sur, está gestionando la venta de 10 mil metros cuadrados del Mogote, en la zona más delgada de ese paraíso frente a la bahía de La Paz, y lo hace como CEO de la empresa inmobiliaria Realty World, Península Brokers, que vende ese tramo en 2 millones 500 mil dólares, según el anuncio que ha puesto en su portal de internet.

El ex secretario es Luis Araiza (Luis Humberto Araiza), quien además ha sido también delegado del IMSS en BCS y director de Finanzas y Administración de la Secretaría de Salud BCS, así como Presidente de la Asociación de Secretarios de Turismo de México, y fue Operador de Franquicias Sushi Zone, y otros cargos en el estado de Baja California, de carácter relacionado.

Todo lo anterior de acuerdo a la información pública y a sus cuentas en linkedin y Facebook.

Esto sería un clásico ejemplo de lo que llaman «puerta giratoria».

Una puerta giratoria es, en términos generales, cuando un funcionario público capitaliza o hace provecho de la información, contactos y relaciones que a través de los recursos y el poder del estado, utiliza con fines privados cuando acaba su función; como en los casos en que un hipotético director de CFE o Pémex termina trabajando en una empresa energética con inversiones en México– habiendo conocido, y quizá teniendo a su alcance documentos privados del gobierno, en cuanto a proyectos, estadísticas, políticas públicas, acuerdos y otros más.

Aquí el problema no es justamente el conflicto de interés, que puede o no haberlo, sino la venta del Mogote y que no esté regulada –ni siquiera la oferta y la publicidad respecto a ello.

Ya conocemos el caso de la alcaldesa de La Paz, Milena Quiroga– advirtiendo sobre los anuncios de Punta Norte, que venden terrenos en esa misma zona pese a tener un proceso en puertas sobre la irregularidad, de hecho, para construir ahí.

Se vislumbra de gran importancia el esclarecimiento de los dueños actuales de unos terrenos y de un símbolo de la ciudad, que a cualquiera le parecería público pero que, en tanto que está a la venta, parece ser privado.

Ya aprobaron la iniciativa sobre el acceso a TODAS las playas de Baja California Sur, por parte de sus habitantes de a pie, y de la protección de sus manglares, precisamente en la zona del Mogote, y en TODAS las zonas de La Paz, por el beneficio que estos espacios, en salud, ofrecen para el ecosistema.

Y sin embargo, todo apunta a que se tiene que escarbar más y desnudar frente a la opinión pública a quienes vendieron y otros, dueños ya, de los terrenos en pugna. No en pugna entre unos políticos y otros, sino entre quienes los jinetean, y quienes los quieren seguir viviendo como parte de sí mismos, es decir, quienes habitan La Paz, sin aspiraciones más que las que dan esos lugares, de disfrute puro.

Sólo como dato anecdótico, cabe recordar un párrafo de una nota de 2012 sobre Leonel Cota Montaño, que le sirve para justificar ciertos aspectos de su administración, pero sobre todo uno que tiene relación con lo que hoy exponemos:

«Dicen que vendí El Mogote y que no saben dónde quedó el dinero, pero la realidad es que fue el Congreso del Estado el que lo hizo con la anuencia de los diputados del PRI y del PAN, y que los recursos se invirtieron en el malecón y la carretera de cuatro carriles al Centenario», aseguró Cota Montaño aquella vez, sin embargo, es indudable que queda mucho por definir respecto a quiénes tienen la potestad de vender El Mogote, entendiéndose que es su propiedad y que alguien, en algún momento, desde el gobierno en turno, se los vendió.