Este artículo fue originalmente publicado por Causa Natura Media

Por Daniela Reyes / Causa Natura Media

Son muchos los riesgos laborales que enfrentan todos los días los trabajadores del mar al salir a pescar. Exponen su vida para alimentar a miles y pese a lo importante que es su profesión, la mayoría de los pescadores no cuentan con seguridad social que los proteja ante accidentes, invalidez o enfermedades, ni tienen asegurado un fondo para tener un retiro digno.

Una actividad de alto riesgo

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), ha señalado que la pesca es una de las profesiones más peligrosas del mundo e informó que al menos 24 mil pescadores o personas relacionadas con la pesca y procesado de pescado fallecen cada año.

Muchas tripulaciones de pesca carecen de contratos de empleo, no tienen acceso a la seguridad social, a pensiones, seguros de salud e invalidez, y no han recibido formación básica en materia de seguridad ni tienen acceso a equipos de seguridad y ropa de protección que los expone a diversos riesgos laborales, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).

En Baja California Sur se estima que hay alrededor de 6 mil 169 personas dedicadas a la pesca, tomando en cuenta los registros del Apoyo para el Bienestar de Pescadores y Acuicultores (Bienpesca) que otorgó la Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca (Conapesca).  

Sin embargo, se desconoce el número exacto de pescadores que cuentan con seguridad social a nivel estatal. Para este reportaje se solicitó al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) el número de pescadores asociados y libres afiliados pero no hubo respuesta.

Los datos más actualizados y accesibles están en el portal de IMSS, en donde no desagrega datos sobre la afiliación y los riesgos en el trabajo del sector pesquero;  en cambio, los agrupa junto a otras actividades económicas.

Por ejemplo, se indica que durante 2021 había 18 mil 122 personas en la entidad afiliadas al IMSS que se dedican a la agricultura, ganadería, silvicultura, pesca y caza; y que a nivel nacional se registraron 4 mil 026 accidentes de trabajo con relación a la producción de carne, pescado y derivados.

La ausencia de cifras concretas no permite precisar cuántos pescadores en Baja California Sur carecen de cualquier tipo de protección al pescar o de atención médica fuera del mar que ayude a acceder a su derecho a la salud.

Santiago Villa, Juan Manuel Villavicencio y Jahil Villa, pescadores de la cooperativa Puerto Chale en San Juanico usando redes para captura de pez guitarra. Fuente: Daniela Reyes

Contribuciones al IMSS

Florencio Aguilar es vocal de finanzas de la cooperativa Puerto Chale que agrupa a pescadores de San Juanico y Las Barrancas, en el municipio de Comondú, al noroeste de México.

El 26 de abril, día de la entrevista tuvo una reunión con el IMSS y se muestra preocupado. Necesita 60 mil pesos para firmar un convenio por un adeudo de 200 mil pesos que tiene la cooperativa y así garantizar la seguridad social de sus agremiados.

Las Sociedades Cooperativas tienen por obligación afiliar a sus trabajadores y socios a los sistemas de seguridad social e implementar medidas de seguridad e higiene en el trabajo, de acuerdo con el artículo 57 de la Ley General de Sociedades Cooperativas, pero a menudo tienen complicaciones para cubrir con este pago.

De acuerdo con José Alfredo Bermúdez Beltrán, secretario de Pesca, Acuacultura y Desarrollo Agropecuario del Gobierno del Estado de Baja California Sur, hay un promedio de 136 cooperativas acuícolas y 200 sociedades cooperativas para pesca comercial en la entidad.

De éstas, sólo puede asegurar que nueve cooperativas agremiadas en la Federación de las Sociedades Cooperativas de la Pacífico Norte cumplen con la afiliación total de sus socios, de tal forma que cuentan con seguridad social durante su vida laboral y al retirarse obtienen una pensión por parte del IMSS. 

El norte del estado de Baja California Sur, donde se encuentra esta Federación, cuenta con especies de alto valor por lo que sus producciones son muy buenas y les permite cumplir con todas sus obligaciones. 

Esta situación va cambiando hasta llegar al sur del estado, donde algunas cooperativas cumplen con muchas complicaciones estas obligaciones y otras definitivamente no lo hacen, porque no está dentro de sus posibilidades económicas.

Bermúdez señala que actualmente no hay ninguna instancia federal, estatal ni municipal que tenga dentro de sus facultades y atribuciones legales vigilar el cumplimiento de Ley de Sociedades Cooperativas, por lo que todo se maneja de forma interna.

En el caso de la Secretaría del Trabajo, de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo, esta se encarga únicamente de vigilar el cumplimiento de contratos laborales en centros de trabajo donde hay una prestación de servicios por parte de trabajadores, mientras que en el caso de las cooperativas pesqueras, estas son sociedades y no empresas y por lo tanto se rigen únicamente por su propia ley, la Ley General de Sociedades Cooperativas.

La Federación de Cooperativas Pesqueras Zona Centro, por ejemplo, que agrupa 27 cooperativas en todo el estado principalmente de Comondú, Loreto y La Paz, sólo 10 cumplen con registrar a sus socios ante el IMSS.

Seguridad social para el acceso a servicios de salud y pensión

En una experiencia intermedia se encuentra la cooperativa Puerto Chale, que tiene 125 socios pescadores y seis trabajadores externos de las localidades de San Juanico y Las Barrancas, inscritos en el IMSS desde 1985.

Por afiliarlos a todos, la Cooperativa paga mensualmente la cuota de alrededor de 220 mil pesos mensuales. Es decir que, de los 10 ó 12 millones de pesos que ingresan a la cooperativa anualmente, 2 millones 600 mil pesos se van en cubrir la seguridad social de sus socios.

La forma de organizarse es sencilla, los pescadores salen a pescar y al regresar entregan su producción a la cooperativa, que se encarga de comercializar sus productos a cambio de una comisión que se les retiene para cubrir gastos como mantenimiento de la embarcaciones, equipamiento, transporte, vehículos, el pago de sus contribuciones al IMSS y un fondo para el retiro, mientras que el resto se le entrega quincenalmente al pescador como su ganancia.

Sin embargo, cuando había mayor abundancia en la producción y una mala administración de los recursos, menciona Florencio Aguilar, los pescadores pedían prestado a la cooperativa y se rezagaban en sus cuotas generando una deuda con la cooperativa. 

Eso ha generado que la cooperativa actualmente tenga una deuda de 18 millones en sus finanzas generales y que solo el 35% de los pescadores esté al corriente en sus contribuciones. Los demás tienen una deuda con la cooperativa que suma 1 millón y medio de pesos sólo en cuotas al IMSS. 

Aguilar, señala que los pescadores salen al mar y no reportan su producción a la cooperativa, porque de reportarla, saben que se les va a retener la mayoría del dinero de su producción por el adeudo que tienen y prefieren vender lo que pescan por su cuenta para que, aunque les paguen menos por su producción, quedarse con toda la ganancia y no abonar a su deuda con la cooperativa.

Al momento de hacer este reportaje, en el mes de abril, es temporada baja y solo hay 10 equipos que permanecen trabajando. En promedio obtienen de mil 500 a 2 mil pesos por quincena de ganancia.

El resto de pescadores sólo trabaja en la temporada alta, que en el caso de la cooperativa de Puerto Chale va de octubre a febrero con la producción de langosta y de mayo a julio con la producción de lenguado, cuando obtienen en promedio de 10 y hasta 25 mil pesos quincenales. 

Sin embargo, la cooperativa tiene que pagar la seguridad social de los socios todos los meses, sin importar si es temporada baja ni si todos los socios producen o no.

Jahil Villa, pescador de la cooperativa Puerto Chale durante temporada baja con captura principalmente de pez guitarra y mantarraya. Fuente: Daniela Reyes

Ahora Florencio está juntado para pagar los 60 mil del convenio, para abonar a los 200 mil que debe, pero tan pronto empieza el siguiente mes, tiene que hacer el pago que corre el riesgo de sumarse a la deuda debido a la baja producción de estos meses.

En otras cooperativas, como Las Barranquitas, el IMSS ha llegado al punto de embargar bienes como autos y casas de pescadores de la cooperativa por el adeudo.

En San Juanico han llegado a poner motores fuera de borda como garantía de pago, sin embargo, Florencio señala que actualmente la amenaza del IMSS es embargar las cuentas de la cooperativa, por eso firman convenios de pago para evitar ese desenlace. 

Aún así, la cooperativa ha cumplido pese a las complicaciones y ya tiene pescadores pensionados por el IMSS que reciben 3 mil pesos y hasta 19 mil pesos mensuales, sin embargo, el promedio está entre 8 y 10 mil pesos.

Los pescadores que reciben las pensiones más bajas en promedio tienen el reclamo generalizado de que lo que reciben no es proporcional a todos los riesgos que enfrentaron en su vida productiva.

Para mejorar esta situación se han buscado estrategias para aumentar la pensión, una de las más recientes y eficientes ha sido subir la base de cotización de 300 a mil 200 o hasta mil 500 pesos durante los últimos cinco años para poder alcanzar una pensión digna. 

Juan Robles, conocido como El Piteco, es el primer caso de éxito de esta estrategia. Hace seis meses se dió de baja en la cooperativa, solicitó su fondo para el retiro e inició los trámites para obtener su pensión del IMSS. 

A sus 62 años, este 1 de mayo recibió el primer pago de su pensión por 19 mil pesos, la recompensa por dedicarse 45 años a la pesca y 36 años como socio activo en la cooperativa Puerto Chale.

Juan Robles en su casa en San Juanico. Fuente: Daniela Reyes

Para percibir esa pensión, Juan Robles pidió a la cooperativa que, de los 400 mil pesos que le tocaban de su fondo de retiro, un monto que se le da a cada pescador al darse de baja de la cooperativa, 100 mil lo pagaran para subir su base de cotización, por esta razón alcanzó una pensión considerada alta. 

Él afirma que es suficiente para mantener a su familia y vivir bien y tranquilo, que es como todo pescador se debería de retirar sin embargo, aunque su pensión por parte el IMSS está resuelta, la cooperativa aún le debe al Piteco 300 mil pesos, que es el resto de su fondo para el retiro, beneficio que sale de las finanzas internas y que al igual que las cuotas al IMSS son un compromiso difícil de cumplir.

Retiro: un compromiso indispensable para una vejez digna

Cirilo Aguilar es, junto a Juan Robles, uno de los 25 socios que ya solicitaron su retiro a la cooperativa Puerto Chale y que siguen sin recibir su dinero. A ellos se les debe alrededor de 9 millones de pesos y algunos llevan esperando este fondo hasta tres años.

El artículo 57 de la Ley General de Sociedades Cooperativas establece que todas las sociedades deben contar con un Fondo de Previsión Social  para cubrir riesgos y enfermedades profesionales, así como para crear fondos de pensiones, primas de antigüedad y para cubrir gastos médicos, de funeral, subsidios por incapacidad, becas educacionales, guarderías infantiles, actividades culturales y deportivas.

Estas prestaciones son independientes a las que los socios tienen por derecho por su afiliación a los sistemas de seguridad social. Cada cooperativa establece el monto de su fondo para el retiro y las condiciones para otorgarlo, sin embargo, esto también varía dependiendo de sus ingresos.

José Flores Higuera, presidente del Consejo de Administración de la Federación de Cooperativas Pesqueras (Fedecoop) Zona Centro, que agrupa a 27 cooperativas pesqueras en BCS y presidente del Consejo de Vigilancia de la Confederación Mexicana de Cooperativas (Coonmecoop), señala que en la Federación de Cooperativas del Pacífico Norte se les entrega un retiro de hasta 4 millones de pesos en una sola exhibición, además de la pensión que reciben del IMSS.

Sin embargo, en otras regiones, como la cooperativa de Puerto Chale tienen establecido que después de 20 años de trabajo los socios pueden solicitar su retiro de 400 mil pesos.

Cirilo se jubiló a los 65 años con 2 mil semanas cotizadas y recibe una pensión de parte del IMSS de 13 mil 500 pesos, pero no le alcanza para sostener su casa y mantener a personas que dependen económicamente de él. 

Él debía 150 mil pesos de sus cuotas al seguro social, por lo que la cooperativa le debe 250 mil pesos para completar su retiro, con eso pretende saldar sus deudas y sobrellevar su economía con la pensión.

Cirilo Aguilar, pescador pensionado de la cooperativa Puerto Chale. Fuente: Daniela Reyes

Cumplir las cuotas para el retiro representa uno de los mayores retos para la cooperativa Puerto Chale, cuyos socios tienen 30 años en promedio.

Para tratar de detener esta dinámica que parece no estar funcionando, Aguilar menciona que la cooperativa está trabajando en una reforma a sus bases constitutivas para establecer que el fondo para el retiro se otorgue de acuerdo con la producción que haya tenido el pescador, ya que no es justo que se le entregue la misma cantidad a quienes reportan su producción a la cooperativa y contribuye a su sostenimiento que a quienes no lo hacen.

Juan Manuel Villavicencio. Fuente: Daniela Reyes

Para cualquier pescador de la cooperativa de Puerto Chale, la causa de que la cooperativa tenga dificultades para cumplir sus compromisos financieros es la baja producción. 

De acuerdo con Florencio Aguilar esto se debe por un lado, al cambio climático. Cada vez son más los huracanes en la zona, cuyos escurrimientos contaminan el mar y por otro lado, a la pesca ilegal que captura especies en veda o en tallas menores a las permitidas afectando su reproducción.

Aguilar también señala que con el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador hubo muchos recortes a algunos subsidios que recibía el sector pesquero para costear motores fuera de borda y gasolina, que ahora representan gastos y una carga económica extra para la cooperativa.

Sin embargo, no deja de señalar que este problema también es a causa de la actitud de los propios pescadores que no se esfuerzan por cubrir las cuotas, debido a malas prácticas financieras del pasado. “Es su obligación trabajar para que el directivo pueda sacar el dinero del trabajo y pueda cumplir su responsabilidad, que al final es responsabilidad de ellos, de los socios”, señala.

La Conmecoop está implementando, en las 500 cooperativas que agrupa, un proyecto de fortalecimiento al sector en el que buscan sanear e instruir a las cooperativas para que mejoren hábitos administrativos y productivos, y una de las metas que tiene es que las cooperativas de las cuatro federaciones en Baja California Sur afilien al 100% de sus socios al IMSS, comenta José Flores Higuera.

Además, señala que es necesario que se le haga modificaciones a la Ley de Seguro Social a fin de que ésta se adapte a las condiciones económicas del sector pesquero, de tal forma que las cuotas al Seguro Social se establezcan de acuerdo a la producción de cada cooperativa. 

Si los pescadores no están pagando es por algo, señala, y la solución no es embargar sus bienes, ya que eso solo empeorará la situación económica para el sector.

“No tengo nada en contra del Seguro Social, lo que sí tengo es ese punto de vista. No me cuadra por qué el sector productivo muchas veces no puede acceder a ese servicio o a ese beneficio por las condiciones del trabajo. No hay flexibilidad y no es compatible con la forma en la que trabajan las cooperativas pues si un pescador trabaja seis meses, seis meses va a haber ingreso en la cooperativa, los otros seis meses va a haber ingresos muy bajos, poco o nada”.

Aún así, mejorando la administración y flexibilizando las cuotas al IMSS, Alfredo Bermúdez de la Sepada, señala que es necesario que se modifique la Ley de Sociedades Cooperativas y se faculte a la Secretaría del Trabajo para revisar el cumplimiento de estos derechos laborales como lo hacía antes de 1994 cuando se reformó. 

Mientras no se emprendan acciones para subsanar el derecho que tienen los pescadores a la protección social, como menciona el decálogo por el Año Internacional de la Pesca y la Acuicultura Artesanales en México, continuará esta deuda del Estado mexicano con quienes integran esta red de valor pesquero, que a pesar de proveer bienestar a la sociedad, no tiene asegurada la seguridad social ni un retiro digno, lo cual los coloca en una situación de  vulnerabilidad.

El mismo decálogo señala, “la integridad física en el mar y unidad de producción debe ser un asunto de Estado y derecho que atañe a toda la sociedad”.