Este artículo fue originalmente publicado por Causa Natura Media

Por Daniela Reyes / Causa Natura Media

La Paz, Baja California Sur – Residuos de demolición, material para construcción, basura doméstica, excretas de mascotas y hasta estacionamientos privados se pueden encontrar en la zona de amortiguamiento del manglar El Conchalito,  acorralado por la ciudad de La Paz, al noroeste de México y que ahora es presionado por el desarrollo urbano que amenaza con sofocarlo.

Por la tarde del 21 de marzo una empresa dedicada a la construcción depositó arena con basura en el polígono del manglar. Inmediatamente, se encendieron las alarmas de las Guardianas del Estero de El Conchalito, un grupo de 12 mujeres organizadas que realizan vigilancia comunitaria en la zona desde hace seis años.

Las Guardianas interpusieron una denuncia ante la Dirección de Medio Ambiente del Ayuntamiento de La Paz y ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) e incluso se dieron a la tarea de investigar y dar con los responsables, quienes retiraron el material por indicación de Profepa.

Actualmente, Baja California Sur no cuenta con una Ley de Residuos y no existen responsabilidades ni procesos para el manejo de residuos de demolición y construcción, señaló Mayra Gutiérrez, coordinadora de la Alianza Desplastifícate, que agrupa a más de 35 organizaciones, gobierno estatal y municipales e iniciativa privada bajo los trabajos para una iniciativa de Ley que brinde mayor certidumbre en este tipo de situaciones.

Sin la Ley y con solo un acuerdo de destino, las Guardianas únicamente se dedican a vigilar, a colaborar en jornadas de limpieza y a recomendar buenas prácticas a los visitantes del área como no ingresar a la zona de manglar en vehículos motorizados, ingresar mascotas con correa y hacerse responsable de sus desechos.

El manglar lo agradece, se ha empezado a regenerar y a aumentar en superficie. Sin embargo, se requieren herramientas legales que fortalezcan la labor que hacen las Guardianas ya que hay factores nuevos que amenazan con retroceder todo lo avanzado.

El desarrollo inmobiliario impulsado por la gentrificación que amenaza los manglares

Propiedad parcialmente dentro del polígono del humedal El Conchalito y arena con basura depositada. Fuente: Daniela Reyes

De forma contradictoria, los manglares históricamente han sido relegados y poco valorados como ecosistema, dijo Giovanni Ávila Flores, profesor-investigador del Departamento Académico de la Universidad Autónoma de Baja California Sur y miembro del directorio de especialistas en manglares de México de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), debido a que son la última barrera entre el mar y la tierra y son vistos como lugares lejanos y ocultos. 

Usualmente son espacios ubicados en la Zona Marítimo Terrestre que son “de todos y de nadie”, lo cual complica su manejo. Por estas condiciones suelen sufrir graves depredaciones como consecuencia de la contaminación. 

En el caso de los 403 mil 494 m2 de humedales de El Conchalito, en 2011 pasaron a manos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) para ser administrados con fines únicamente de protección, según quedó establecido en el Acuerdo de destino.

Sin embargo, Eduardo Borbolla, jefe de la Unidad de Evaluación y Seguimiento de la Conanp, señaló que para las áreas que se encuentran protegidas por acuerdos de destino no cuentan con personal ni dinero destinado para su conservación.

Sin recursos por parte de las autoridades ambientales y con la expansión de la mancha urbana, Las Guardianas sienten que ahora las personas valoran más este ecosistema que ahora es codiciado para el desarrollo inmobiliario por su cercanía con el mar y al centro de la ciudad.

Hasta el momento ha habido al menos tres intentos de venta ilegal de predios ubicados en el polígono del Conchalito por parte de empresas de bienes y raíces como Century 21, que aseguran tener la propiedad de predios dentro del polígono.

Sin embargo, se han detenido por la política ambiental que lo protege y que establece que el único fin para el que se puede utilizar es para conservación, basado en el acuerdo de destino, comentó Celeste Ortega, gerente de conservación de manglares en la organización Costa Salvaje. 

Eduardo de la Borbolla señala que cada año hay intentos de invasión en el polígono y que incluso personas han resultado estafadas con estos. Aunque estos intentos no han prosperado, si ha habido propiedades aledañas al polígono que se han expandido y han violado el acuerdo de destino construyendo el área protegida.

Las Guardianas empezaron un trabajo incesante por conservar este ecosistema, debido, principalmente, a que ellas pertenecen a la comunidad de El Manglito, un barrio aledaño al Conchalito conformado históricamente por pescadores. Para ellas era importante la conservación del manglar porque es la zona de reproducción de muchas especies, y por ese motivo iniciaron la vigilancia comunitaria de forma autogestiva.

Como resultado de esta labor, en 2017 se obtuvo el acuerdo de comanejo del área por una vigencia de cinco años y que está por renovarse que ha ayudado a generar mayores herramientas legales y aliados para la conservación de este espacio.

Regular El Conchalito antes de que sea demasiado tarde

Pese a la vigilancia comunitaria, a la colaboración con organizaciones e instituciones, a la iniciativa por regular los residuos, y al acuerdo de destino, la situación del Conchalito parece difícil de mejorar si no se da un proceso de ordenamiento.

De acuerdo con la tesis de Ávila Flores, presentada en 2021, la cobertura de manglar para Baja California Sur es de 29 mil 586 hectáreas, de las cuales alrededor de 9 mil se encuentran dentro de Áreas Naturales Protegidas, mientras que La Paz cuenta con 344 de manglar.
Sin embargo, el Sistema de Monitoreo de Manglares de México (SMMM) reporta que la entidad tiene una disminución constante desde 2010 de la superficie de manglar. Mientras que toda la región Pacífico Norte ha perdido 6 mil 300 hectáreas de manglar de 2015 a 2020.

Para frenar la presión urbana que amenaza con sofocar el manglar de El Conchalito, Celeste señaló que están trabajando junto con Guardianas y con la Conanp en una propuesta de Programa de Manejo para que haya buenas prácticas de visitación como el uso de vehículos e ingreso de mascotas solo en ciertas áreas, ya que actualmente no hay ningún reglamento específico en el polígono, sin embargo, aún no está determinado cuándo estará listo un primer borrador.

Hasta el momento solo se tiene un mapeo participativo de los usos que tiene el sitio y sugerencias sobre los usos futuros para hacer una zonificación que dará pie a un reglamento. Este último facultará a las Guardianas para hacer recomendaciones vinculadas a su labor de vigilancia comunitaria.

Una vez aprobado el Programa de Manejo vendrán más retos con su implementación, mientras que las Guardianas siguen inspirando a otras organizaciones comunitarias para que potencien su trabajo en defensa del territorio.