Si Rubén Muñoz Álvarez cree ser un estratega está muy equivocado. Él solo es una pieza más en el tablero político de Leonel Cota Montaño. Un títere del Lord de Santiago. Una prueba de ello, es la cantidad de leonelistas que ocuparán alguno de los espacios en la administración municipal tras la venganza política del alcalde contra gente que no apoyó sus aspiraciones personales camino a la gubernatura de 2021, tras la derrota abrumadora en la elección de consejeros distritales de Morena.

El exgobernador perredista resucitó políticamente gracias a la invitación hecha por el superdelegado federal Víctor Castro Cosío para unirse a la 4T. Hoy Cota Montaño es el flamante Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad, cargo que no le imposibilita maniobrar para cumplir sus ambiciones, quizá quiera alguna posición  para Leonelito o su hermana Rosa Delia, porque como dice él: “no luchas por puestos políticos”.

Entonces, ¿quién manda en el municipio de La Paz Leonel o Rubén? Sin duda, la lucha encarnizada iniciada a la vieja usanza priista-perredista de presionar a quienes no apoya el proyecto Leonelista contra el puntero en las preferencias electorales de 2021, Castro Cosío, es una mentada de madre para la ciudadanía. El poder a toda costa.

Ahora, Alberto Rentería y el Sindicato de Gastronómicos tiene la carta marcada para posicionar al dirigente estatal de Morena. ¿Será que negociará con el Leonelato para conseguir bajar a Castro Cosío o el expresidente morenista le recordará a Cota Montaño que él no es bienvenido al partido?

Leonel está acostumbrado a imponer sus intereses. Ejemplos hay muchos. El más claro fue su enfrentamiento con el exgobernador Narciso Agúndez Montaño que lo llevó abandonar el perredismo en 2009. En 2011 dio su apoyo al candidato a la gubernatura del PRI-PVEM, Ricardo Barroso Agramont. En ese entonces, fue aspirante a gobernar el municipio de Los Cabos con el Partido Nueva Alianza a manos de la maestra Elba Esther Gordillo, madrina política de Muñoz Álvarez.

Esto trae a colación un episodio del joven Rubén. Cota Montaño siendo presidente del Comité Municipal del PRI lo animó a competir en los liderazgos de juventudes. Se hacía ganador por el empuje, pero la amarga realidad es que no le fue reconocido el triunfo. Esperemos que Leonel no esté haciendo una jugada para hacerlo ver mal en su camino a la gubernatura y no tenga un plan B bajo la manga.

#EnNuestraOpinióndeMierda los que pierden con estas luchas encarnizadas por el poder son los ciudadanos, quienes ven cómo el patrón histórico de la política mexicana repetirse al importar más los puestos y los proyectos personales políticos que la ciudadanía que los llevó a esa posición.