Mario Jaime

Aunque los orígenes del béisbol se remontan a deportes jugados con palos y pelotas desde tiempos antiguos en China, Egipto y Europa, estos deben considerarse como ancestros secundarios.

Juegos de pelotas y palos se jugaban en la Europa medieval como el “Stoolball”, practicado por las lecheras mientras esperaban a sus maridos. Consistía en arrojar una pelota a un blanco mientras otro jugador defendía el blanco tratando de batear la pelota con un palo. Este juego aparece descrito en un poema de 1330 del teólogo inglés William de Pagula en donde recomiendo prohibir dio juego en los terrenos de la iglesia (Beharry 2016). Este juego se asemejaba mucho al “Dog and Cat”, también antecesor del Criquet, que apareció en Escocia y en donde ya se jugaba a poner out a los corredores.

El antecedente más directo del béisbol moderno parece ser un juego inglés llamado “Rounders” en donde ya hay referencias a strikes, bateo y bases. Este juego era llamado base-ball en 1744 (National Rounders Association 2007). Es probable que los inmigrantes ingleses o irlandeses lo llevaran a territorio americano y el béisbol moderno evolucionara a partir de él. 

La primera referencia escrita al “Base-ball” se encuentra en un libro infantil publicado en Inglaterra en 1744 titulado “A Little Pretty Pocket-Book” en forma de rima (The Daily Telegraph, 2010).

El registro del primer juego de “Base-ball” fue en 1748, jugado bajo techo en Londres por el Príncipe de Gales, el futuro rey Jorge II.

La primera referencia al béisbol en EU aparece en 1791 en Pittsfield, Massachusetts en forma de una ley que rezaba así “…para preservar las ventanas de la nueva casa de oración…ninguna persona o habitante deberá jugar ningún juego llamado, Wicket, Cricket, Béisbol, Futbol, Gato, Cincos o cualquier juego o juegos con pelota a una distancia de ochenta yardas de la susodicha casa de oración”.  [1]

Estos juegos fueron evolucionando y se confunden, como el caso del “Old Cat” que se jugó en las Trece colonias durante el siglo XVIII y en donde ya había Pitcher y Catcher (Block 2005).

En 1823 apareció un artículo en el diario “The National Advocate,” donde se describen juegos de “base-ball” jugados los sábados en Manhattan.

En 1837 William Rufus Wheaton, abogado y político estableció reglas para un juego derivado del “Rounders” llamado “Town ball” que consistía en batear la pelota y sacar fuera a los jugadores golpeándola con ella. Lo interesante es que estableció el uso de bases planas a distancias uniformes una de otras, tres strikes por bateador y nueve jugadores en el campo (Kittel, 2016). Quizá el primer club de “Town Ball” en adoptar un reglamento fue el “Olympic Ball Club of Philadelphia” en 1833, este jugaba contra el Olympic Ball Club los miércoles y sábados y juntos publicaron sus reglas en 1838.  Este juego admitía un numero variable de jugadores, desde 15 hasta 50 en el campo.

Personajes legendarios de la historia norteamericana como Lewis y Clark, los primeros exploradores del oeste jugaron “base” con los indios e incluso el “base” era el juego favorito de Joseph Smith, el fundador de los mormones.

Oficialmente se considera a Alexander “Alick” Joy Cartwright Jr. como el padre del béisbol moderno. Bombero voluntario y librero, Cartwright fue el líder del “Knickerbocker Base Ball Club”. En 1845, un comité de este club se reunió para establecer las reglas modernas del juego. En dicho comité estaba Rufus Wheaton pero no Cartwright. Conocidas como las Knickerbocker Rules, fueron 20 reglas que dieron origen al béisbol moderno. Entre ellas destacan la estipulación del territorio de foul, el terreno en forma de diamante y la prohibición de sacar a los corredores golpeándolos con la pelota. Ninguna de estas fue original pues ya habían sido establecidas anteriormente excepto la principal, que un inning consistiría en 3 outs. No se reglamentaba cuantos jugadores debían jugar por equipo, ni sus posiciones; tampoco se especificaba la distancia del pitcher a home lo cual demuestra que esas cuestiones eran muy conocidas en los juegos de la época.

El primer partido en jugarse con dichas reglas ocurrió el 19 de junio de 1846 en Elysean Fields, Nueva Jersey. Los “New York Nine”- ex jugadores de cricket- derrotaron a los Knickerbockers 23-1.

En 1852 el “Eagle Club” publicó sus propias reglas y en 1854 los Knickerbockers, Eagles y Gothams se reunieron para uniformar el reglamento. Fue cuando se determinó que la distancia del pitcher al home plate fuera de 45 pies y que el equipo ganador sería aquel que anotara primero 21 carreras.

En 1855 se unieron 7 clubes más para organizar una liga.

En 1857 se reunieron 16 equipos en la Convención de Nueva York en donde se estandarizaron las reglas. Aquí se acordó que los juegos durarían 9 innings cada equipo debía tener 9 jugadores y la distancia entre las bases debería ser de 90 pies.

En 1858 la gente comenzó a pagar  de 10 a 15 centavos para asistir a los partidos. Se estableció la Asociación Nacional de jugadores en donde se llegó a un acuerdo para mantener la pureza del juego: jamás se debería pagar a un jugador. El beisbol tenía que ser amateur para siempre.

En la década de 1860 surgieron las primeras estrellas del béisbol. El precursor fue el gran Jim Creighton, probablemente el primer pitcher en recibir un pago. Revolucionó la forma del lanzamiento. En su época, los pitchers lanzaban con el brazo rígido y trataban de ayudar al bateador, no de dificultarlos. Creighton cambió las cosas de tal forma que muchos detestaban su agresividad. Su técnica de curvar el brazo y la muñeca inauguró el picheo de velocidad. Lanzaba bolas de humo y cambios de velocidad llamados “gotas de rocío” que engañaban a los bateadores. El 8 de noviembre de 1860 Creighton lanzó la primera blanqueada oficial de la historia. Su popularidad fue tal que cuando su equipo el Excelsior Club jugó contra el Atlantic Base Ball Club, 10 000 fanáticos acudieron a verlo lanzar y ganar el juego 24-4. Murió en 1862 a los 21 años de edad al conectar un home run, en el momento del swing se le rompió el cinturón y 4 días después expiraba debido a lesiones internas. Se le había roto el bazo. Injustamente, no se encuentra en el salón de la fama.

Fue el escritor Henry Chadwick – también llamado Padre del beisbol- quien popularizó el juego al inventar el boxscore, la abreviatura “K” para los ponches y las estadísticas de bateo y picheo. Publicó sus estadísticas como reportero del New York Clipper y editó  el primer anuario de béisbol titulado “The Beadle Dime Base-Ball Player” donde llevaba la cuenta de los juegos, outs, carreras, homeruns, ponches por bateador y por equipo. Su objetivo era proveer evidencia numérica para probar que jugadores habían ayudado a su equipo a ganar. En una época donde la gente leía los diarios como único medio masivo de comunicación, las estadísticas permitieron establecer un imaginario que creaba verdaderos ídolos y describir juego por juego, algo único entre los deportes que nos permite recrear la magia de algo que nunca vimos.

En 1861 estalló la Guerra de Secesión y aún con el país en llamas, soldados de ambos bandos, confederados y de la unión, jugaban beisbol en los cuarteles. Los clubes continuaron jugando, principalmente porque los equipos organizados se encontraban en territorio norteño. Cuando la guerra finalizó en 1865, el beisbol ya se consideraba el pasatiempo nacional de los EU y los soldados supervivientes llevaron el juego a cada rincón del país.

Entonces sucedió un fenómeno social que impactó en el juego. Con la esclavitud ya prohibida, los negros adquirían derechos civiles en la legislación pero en la práctica el racismo se los negaba. En 1867, la Asociación Nacional de jugadores impidió la inclusión de jugadores negros en los clubes organizados. Sin embargo durante esa década más de 30 jugadores negros pudieron unirse a equipos de ligas menores. Desgraciadamente a partir de 1887, un nefasto “pacto de caballeros” cerró el acceso de negros a las ligas mayores.


[1] “…for the Preservation of the Windows in the New Meeting House . . . no Person or Inhabitant of said town, shall be permitted to play at any game called Wicket, Cricket, Baseball, Football, Cat, Fives or any other game or games with balls, within the Distance of Eighty Yards from said Meeting House.” (Archivo de Pittsfield)