Carlos G. Ibarra

Una especie de estafa piramidal sucedió hace unos días en el negocio –legal– del cultivo de mariguana. La empresa Juicy Fields, que prometía una rentabilidad del 33 al 66 por ciento en cada planta que compraras –y que ellos se encargarían de cultivar– acaba de colapsar muy convenientemente para los que estaba detrás de ella. Y fatal para quienes tenían sus inversiones en cannabis.

El producto supuestamente se vendía como «mariguana medicinal» en los lugares o ciudades donde esta modalidad fuese legal, y del cual surgía la ganancia para los clientes de Juicy Fields. Desde antes de la estafa comenzaron a aparecer miembros de la compañía, como redactores o «directores de área» que por alguna razón ya no aparecían vinculados a ella.

Por lo pronto,  las decenas de miles de inversores, muchos de ellos que compraban, por ejemplo, diez plantas, se quedaron con el dinero encerrado en las cuentas de Juicy Fields en las que tenían sus «inversiones», las cuales darían frutos monetarios y psicótripos a los 100 días. Nada de eso.

A inicios de julio de 2022 los usuarios comenzaron a darse cuenta que no podían hacer uso de su inversión ni de las ganancias, es decir que no podían transferir su dinero de la app de Juicy Fields, luego de una larguísima terapia de confianza en la que parecían estar tratando con personas súper avanzadas en lo alternativo, sin regulaciones, saltándose a los villanos más conocidos de Occidente y haciendo el trato entre internautas, fumadores y agricultores underground que querían un mundo mejor.

¿Las sedes de Juicy Fields? Presumían que en Alemania, Holanda, Valencia y Suiza, sin prueba alguna. En apenas unos días –del 11 al 14 de julio de 2022– se han reportado la desaparición de 17 millones de dólares de muchos de esos usuarios y no sabemos hasta dónde pueda llegar la fortuna que unos casi anónimos estafadores han cosechado para sí mismos.

Los usuarios planean una denuncia masiva y dicen estar organizándose vía internet para proceder. Sin embargo, de los tres dueños se sabe apenas que –supuestamente– llevan pasaportes rusos, por una imagen un poco turbia que apareció en internet publicada por el «ex CEO» de la empresa, quien se dice perturbado por este repentino colapso.

Juego de sombras.

Las «filiales» de Juicy Fields se constituyeron en Suiza, Alemania y Panamá. Y las sedes en las distintas ciudades europeas aparecían en google maps como locales sin logotipo; un negocio al más puros estilo de quien escribe desde su casa con una máscara puesta.