Sigue Odyssey Marine Exploration enfrascado en un juicio por el rechazo reiterado de la autoridad ambiental mexicana ante órganos internacionales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN con la idea de recuperar las supuestas perdidas que tuvieron en su proyecto de extracción de fosfatos del fondo marino del golfo de Ulloa en Comondú.

En su Reporte de Resultados del Primer Trimestre 2021, el corporativo estadounidense infirmó a sus accionistas que por un lado trabajan en la demanda contra el Gobierno de México, pero por otro continuarán con investigaciones relacionadas con el desarrollo y estudios ambientales submarinos.

“Hasta la fecha, el ExO Phosphate Project ha sido nuestro proyecto más importante y potencialmente valioso. Aunque habíamos planeado que este depósito estuviera entregando fosforita para fertilizantes, las acciones de México, que creemos violan el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), han impedido que el proyecto entre en producción. Después de revisar minuciosamente el Memorial de Contestación de México con nuestro equipo de expertos, seguimos teniendo una gran confianza en los méritos de nuestro caso y el valor del depósito. Continuaremos realizando todas las acciones que creemos necesarias para recuperar el valor total de nuestro proyecto de fosfato ExO”, concluyó Gordon.

 Exploraciones Oceánicas S. de R.L. de C (ExO) filial de Odyssey recibió el rechazo de pescadores que verían afectadas sus áreas de pesca, así como una buena parte de la sociedad sudcaliforniana. El proyecto Don Diego pretendía explotar uno de los depósitos más grandes que contiene alrededor de 588,3 millones de toneladas de fosfato.

Ahora, el corporativo trata de convencer a sus inversionistas de continuar con la explotación de una variedad de minerales en fondo marino del mundo.

“A medida que desarrollemos y eliminemos el riesgo de estos proyectos, nuestro portafolio aumentará en valor, no solo creando valor para los accionistas sino también brindando beneficios significativos a la sociedad”, dijo Gordon. “A través de nuestra investigación, desarrollo de proyectos y estudios ambientales, estamos comprometidos con la exploración responsable de los recursos minerales submarinos que se requieren para impulsar la revolución electrónica, construir infraestructura vital y, en el caso de la fosforita, alimentar a la creciente población mundial”.

La empresa ahora tiene un segundo proyecto en Papua, Nueva Guinea, “donde uno de los depósitos de oro terrestre más grandes del mundo está siendo extraído y procesado actualmente por una importante empresa minera internacional”, localizados a 500 a 2000 metros de profundidad.