Reaparece Leonel Cota Montaño a través de la Seguridad Alimentaria Mexicana, de la cual es director, al inaugurar la primera tienda DICONSA en Los Cabos, prometiendo una canasta básica que se acomode a los ingresos de la población.

Así lo dijo en su discurso inaugural, mencionando al presidente de la república que aseguró –según el dicho de Leonel Cota Montaño– buscar opciones «que permitan que el recurso de la gente ingresa cada quincena sirva para más, no es mucho decir que una familia pueda gastar mil pesos a la semana, de alimentos básicos, aquí lo van a comprar cuando mucho en 700 pesos».

Es decir, que es una canasta con precio rebajado. Por supuesto que estuvo el presidente municipal de Los Cabos Oscar Leggs, y el gobernador del estado, Víctor Castro. Así como diversos funcionarios.

Pero más allá de los personajes funcionarios, hay que destacar que esto está hecho sobre todo para las comunidades rurales, en apoyo a los pobladores, según lo declaró el alcalde de Los Cabos y que –esto hay que apuntarlo– es con precios bajos y de excelente calidad. Así lo manifestó.

Por otra parte, estos dichos se han visto corroborados en la realidad al ver productos de verdad rebajados, productos básicos y inigualables de hecho, como son las tortillas de harina y de maíz; luego, el papel higiénico y por supuesto el detergente. Probablemente lo verdaderamente básico en la región.

Ahora bien, hay que aclarar algo: tienen 40 productos, que no son ni carne, ni fruta, ni verduras; es decir, tiene lo más o menos imperecedero o que sale rápido, lo cual ya es un logro, porque la necesidad de alimentarse es inminente todos los días. Eso sí, lo anuncian con un 30 por ciento de descuento, menor a lo de las tiendas «comerciales». Hasta 13 colonias se han beneficiado hasta ahora.

Y por último, quisiéramos decir que este proyecto de DICONSA constituye un aprovechamiento social de hasta 26 mil comercios comunitarios, distribuyendo la canasta básica. Esperemos que esto continúe así, por que la cuestión global no es para bromear y hasta los europeos, que siempre han ostentado cierta abundancia, están quejándose por l recibo de la luz y por cuánto vale un kilo de tomate.