El término «violencia vicaria» fue acuñado por la psicóloga clínica Sonia Vaccaro para referirse a «aquella violencia que se ejerce sobre los niños para herir a la mujer». Es una realidad que puede ir desde lo aparentemente más insignificante, como el regaño exagerado, hasta el incumplimiento de obligaciones o el homicidio de los hijos por parte del padre, a voluntad, para dañar a la madre.

Según la definición, este tipo de violencia se puede manifestar en incumplimiento de obligaciones alimentarias, custodia, guardia y régimen de convivencia por los menores de edad de padres separados; dilación de procedimientos judiciales a propósito para afectar los lazos maternos, ya sea mediante fabricación de falsas acusaciones o incluso la agresión física, frecuente en México y Baja California Sur.

El concepto puede ser considerado violencia contra la mujer en tanto afecta a ésta psicológica o afectivamente en los lazos que tiene con los hijos, daño del que es difícil recuperarse. El agresor es lo que busca al dañar a los hijos, padres, todo aquello donde la mujer tiene un vínculo.

Este año el Congreso de Baja California Sur analizará una iniciativa sobre la «violencia vicaria» que ha preparado la Comisión de Igualdad de Género, presidido por María Luisa Ojeda. La diputada consideró que todavía falta mucho por hacer en la república y en el estado en materia de violencia contra la mujer; parte de ese esfuerzo tiene que ser a través de leyes que se lleven a la práctica y cuyo acatamiento sea procurado y establecido como violencia contra la mujer.