En un análisis realizado por Data Crítica y Quinto Elemento Lab, se encontró que los estados de la república con niveles altos de arsénico en el agua, a nivel nacional, han subido de 17 en 2012 a 24 en 2018, año del último registro completo. En 2019 y 2020, si bien hubo menos muestras, éstas siguen mostrando aumento del metal pesado sin que las autoridades informen al respecto.

Los Planes es una de las poblaciones cuyo aumento de arsénico es uno de los más alarmantes en todo el país, duplicando el número de pozos con niveles altos de arsénico de 2012 a 2019. Suena más alarmante aun si se tiene en cuenta que el arsénico es un detonante de cualquier predisposición genética a desarrollar cáncer, y más aun si se sabe que en México la norma que debería regular la cantidad permitida en el agua dulce es más del doble que la sugerida por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En México la cantidad permitida es 0.25 miligramos por litro, mientras que la sugerida por la OMS es 0.01, lo que da una idea de la toxicidad de esta sustancia. Otra cuestión es que no veamos a corto plazo los efectos nocivos, aunque podríamos poner las barbas a remojar, pues las enfermedades causadas por el arsénico se manifiestan a los 10, 15, 20 años, según explica Teresa Alarcón Herrera, académica del Centro de Investigación en Materiales Avanzados (Cimav), del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.

La enfermedades asociadas al arsénico van desde diferentes tipos de cáncer, deficiencias cognitivas en niños, diabetes, hasta infertilidad, lo que supondría un problema de salud pública y social en una población de menos de mil habitantes como es San Juan de Los Planes.

Al estar sobre un eje volcánico, los estados del centro y norte del país tendrían mayor concentración de esta sustancia. Sin embargo, una causa no natural de esa concentración podría ser la mencionada por activistas como Juan Ángel Trasviña, quien vincula la cantidad de arsénico en la región con las 800 mil toneladas de desechos tóxicos que quedaron después de la extracción minera desde 1784 hasta 1984. Aunque la población se ha movilizado para impedir la entrada de nuevas empresas mineras, el efecto de esos años que forjaron, dicho sea de paso, al pueblo, persiste hasta hoy.

El propio Juan Ángel Trasviña al mencionar un solo dato sobre el ejercicio de la minería, nos revela la desmesura del peligro: «Por cada gramo de oro que se extrae se liberan mil 360 gramos de arsénico. Es una locura», comenta el especialista en contaminación ambiental y también cofundador de Medio Ambiente y Sociedad (MAS). El dato anterior es citado de la Manifestación de Impacto Ambiental de la empresa del proyecto minero Los Cardones.

Retomando lo mencionado más arriba, desgraciadamente la minería no es la única causa de la alta presencia de arsénico. A poco menos de 400 km de Los Planes la geología volcánica marina de la Sierra de La Giganta tiene entre sus delicias una gran cantidad de arsénico, a la par de atractivos turísticos fuera del dominio de los spring breakers. Pareciera una fatalidad a la que habríamos de resignarnos si no hubiese la posibilidad de contrarrestar esas cantidades.

La experta en ingeniería ambiental de la UNAM, Alessia Kachadourian, explicó que el uso desordenado de pozos en México tiene un impacto modificador del agua. Ya que los pozos operan a todas horas para nuestra necesidad de energía, y tanto el tipo de pozo como las grandes distancias que recorre por redes subterráneas tienen un impacto en la salubridad del agua. Agregando a eso detalles, como que el agua la necesite una cervecera, o una refresquera, o un gran productor agrícola, volvemos a la circunstancia en la que no hay sólo una causa natural.

Como dato casual, hay una serie de propuestas para cambiar el régimen de concesiones en la Ley General de Aguas, desde hace ocho años en la Cámara de Diputados. Algunas de las propuestas son poner medidores para reportar la extracción de agua de las industrias; cobrar su uso de acuerdo a las ganancias de los concesionarios; que las concesiones no sobrepasen los 30 años. Que se extraiga sólo el agua estipulada, vigilar, normar la operación y construcción de los pozos y otras propuestas hechas por los expertos y que dan a entender que así como hay ciertos mililitros de propuestas, también hay varios litros de irregularidades actualmente.