El día 2 de febrero de 2020, la empresa Conciencia Ambiental Devangari A.C. solicitó al Ayuntamiento de La Paz la Autorización del Plan Maestro para la realización del «Proyecto Ecoturístico Mountain Bike», a construirse en la delegación municipal de El Sargento, Playa Agua Caliente.

Al año siguiente (4 de febrero de 2021), la Dirección General de Desarrollo Urbano y Ecología autoriza el Plan Maestro del proyecto turístico-campestre y establece en el Oficio No. DPYRU/DPU/PM-011/2021 que su Zonificación cumple con el Plan de Desarrollo Urbano de La Paz. Se emitió un dictamen técnico favorable de uso de suelo en Zona Federal Marítimo Terrestre para uso exclusivo de protección.

A finales de octubre de 2021, para ir abriéndose terreno en el área en la que planea instalarse el proyecto, maquinaria pesada retiró palapas ubicadas en playa Agua Caliente, lo que provocó la irritación de los residentes de la comunidad, quienes no se hicieron esperar para lanzar reclamos a la administración municipal.

Además del retiro de palapas, la comunidad denunció la «destrucción», «desaparición» o «despojo» de otra playa pública en las inmediaciones de El Sargento y La Ventana. Remover las palapas fue la parte más visible y un aviso sobre el desarrollo, que a decir de la gente local es responsabilidad de la empresa Tatehuari, de Alfredo Rendón Ibarra junto con Manuel Vila Velázquez, representante legal de Conciencia Ambiental A.C., dueña del terreno desde el 8 de diciembre de 2020.

Al ser cuestionados los empresarios, dijeron que en el sitio se construiría un centro deportivo y cultural.

Luego de la denuncia por el retiro de palapas, el director municipal de Zofemat programó una revisión para verificar los actos y efectuar la medición de los veinte metros del área federal, en la que no se podría utilizar maquinaria pesada y en la que tiene sitio la anidación de tortugas marinas, por lo que, de haber incurrido en alguna falta sería derivada del uso de la maquinaria.

De ser así, se iniciaría la indagatoria correspondiente a través de la autoridad ambiental competente, en este caso la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA).

El 10 de enero de 2022 la presidenta Milena Quiroga, acompañada por funcionarios de Profepa y Semarnat, se comprometió en la Subdelegación de El Sargento a colocar en su sitio las palapas y en consonancia con el motivo de irritación local, declaró: «no vamos a permitir que nos quiten las playas».

Por su parte, Alfredo Rendón y Manuel Vila Velázquez desde el 9 de noviembre del año pasado ya habían ingresado la solicitud al Procedimiento de Evaluación de Impacto de Semarnat (PEIA), apenas unos días después del asunto de las palapas. La MIA sería publicada el 25 de noviembre de 2021.

«El proyecto consiste en realizar cambio de uso de suelo en terrenos forestales para la construcción y operación de un desarrollo turístico en ecosistema costero, consistente en pista de ciclismo, 24 lotes de montaña, vialidades con camellón, acceso para llegada, áreas verdes, bodega, área deportiva, área de palapa, club de playa y glamping, así como área de conservación», informa la Semarnat.

En la MIA se asegura que se «tiene como objetivo principal lograr mantener la sustentabilidad como una de las grandes virtudes y fortalezas del proyecto, al estar comprometidos con la preservación y conservación del medio ambiente, lo cual lo evidencia con algunos aspectos como el que todas sus vialidades internas serán permeables, es decir, no serán asfaltadas, así como un coeficiente del uso de suelo muy bajo, que haga resaltar la naturaleza de la zona».

También muestran un fragmento del plano del PDU de La Paz en el que «se identifican los Usos y Destinos del Suelo, señalando que para el sitio del proyecto le corresponde un uso de suelo (TU) Turístico».

Se consideran una pista de ciclismo de 2 mil metros cuadrados, estacionamiento, áreas verdes, tres clubes, áreas deportivas y zonas ecológicas, abarcando un total aproximado de 449 mil 786 metros cuadrados. La inversión alcanzaría los 31 millones 950 mil pesos, aunque aclaran que es una cantidad aproximada.

El Proyecto Mountain Bike «pretende ofrecer en venta lotes de terreno y la prestación de algunos servicios basados en el turismo tipo glamping, el cual y como ya es de conocimiento general, este tipo de turismo está ligado al cuidado del medio ambiente y a un concepto exclusivo de camping, lujo y viajes sostenibles. Aúna el ecoturismo o turismo sostenible y ecológico, de naturaleza o playa, con el cuidado de los detalles en alojamientos con encanto y hoteles diferentes. En base a lo anterior, la vida útil del proyecto puede extenderse de forma indefinida», describen.

A estas alturas, lo de las palapas es una victoria pírrica; es decir, un triunfo obtenido con más daño del vencedor que del vencido, en tanto que los reclamos por las palapas eran la destrucción, desaparición y despojo de playas públicas.

Ante la publicación de la MIA, los mensajes de inconformidad no parecen ser tan numerosos en las redes sociales como en el caso de censura API-BCS por el proyecto de muelle para los cruceros, aunque la irritación en éstos es generalizada.

Integrantes de una asociación de ciclistas de La Ventana y El Sargento, fundada en 2017 y que han construido senderos sostenibles para practicar ese deporte, señalan que no han oído o leído sobre una intención de apoyo o colaboración por parte de «Conciencia Ambiental Devangari», y opinan que es un negocio que intenta obtener beneficio del lugar dejando poco o nada a cambio.

Alfredo Rendón Ibarra es conocido –junto a Roberto Goicoechea– por su empresa turística de deporte y aventura y «chill out», Chilo Chill, que ofrece, entre otras cosas, kite surf, senderismo, yoga, gourmet, gampling (glamour y acampada), ubicada a unos 8 kilómetros de la playa Agua Caliente.

En una entrevista publicada en la revista ITSMO.MX, el 14 de enero pasado, Rendón comparte sus experiencias como empresario y hace referencia a un nuevo proyecto, del que no dice el nombre, pero anuncia su inauguración para marzo de este año.

En sí, lo expuesto en la MIA del Mountain Bike vuela sobre la playa Agua Caliente y encierra las esperanzas de la empresa promovente, que expresa lo sustentable, ecológico, amable con el medio ambiente y exclusivo que es su proyecto. Pero aunque presenta cifras como la extensión en la que se realizaría, como los litros de agua que obtendría de pipas para su construcción, da la impresión de que le faltan números, cantidades concretas o aproximadas de las afectaciones de fauna y flora. Una fisura por la que podrían entrar los inconformes mediante la consulta pública, y hacer ver esas carencias, en caso de que Semarnat no las percibiera.

Como ya se notó a raíz del retiro de las palapas, el reclamo de la gente, al menos en esa ocasión, no se enfoca precisamente en el impacto ambiental, sino en la cultura y convivencia local, que ven en el desarrollo de un proyecto como éste (y de muchos otros) una forma de despojo y exclusión.