Es el cuarto asesinato contra periodistas, apenas en los primeros 31 días de 2022

El periodista Roberto Toledo fue asesinado hoy lunes 31 de enero en Zitácuaro, Michoacán, confirmado por Armando Linares, director de Monitor Michoacán, medio en el que Toledo trabajaba.

Luego de que tres hombres lo acribillaran a balazos en la cochera de su oficina, Roberto Toledo moriría pasada la una de la tarde en el hospital de Zitácuaro. Tenía 55 años y hacía unos meses que había recibido amenazas por las publicaciones en su blog, enfocado en la corrupción de la ciudad.

Los integrantes del medio Monitor Michoacán habían contactado con Secretaría de Gobernación para advertir del peligro en el que se hallaban, no sólo Roberto Toledo sino todos los miembros del equipo.

«Nosotros no estamos armados, nuestra única defensa es una pluma», ha señalado Armando Linares en un video que circula en redes, en el que expone su mensaje de indignación antes estos actos . Detalla: «Exhibir corrupciones de gobiernos corruptos, de funcionarios y políticos corruptos llevó hoy a la muerte de uno de nuestros compañeros».

Ya abrió investigación la Fiscalía de Michoacán.

Roberto Toledo es el cuarto periodista asesinado, en un país que, según el Comité para Portección de los Periodistas, es (o vuelve a ser) el más mortífero del mundo para el periodismo.

De no haberse repelido el ataque a balazos en Oaxaca contra el periodista José Ignacio Santiago Martínez, estaríamos hablando del quinto ejecutado del año, apenas en el primer mes. Por fortuna no fue el caso.

Aun así, apenas semana y media después de los asesinatos de Lourdes Maldonado, José Luis Gamboa y Margarito Martínez, el de Roberto Toledo aparece peligrosamente como el anunciante de un patrón de normalidad que, esperemos, sea destartalado por las autoridades lo más pronto posible.