Las sierras La Gigante y Guadalupe son el último reservorio de la cultura ranchera y ecosistémico de la Península de Baja California; sin embargo, también guardó por años entre sus cerros otro secreto: una reserva estratégica de uranio.

En el libro Uranium Deposits of the World, USA and Latin America de Springer, catalogó la zona serrada de La Giganta conocida como Tembabiche, en el municipio de Comondú, así como a San Hilario, San Juan de la Costa y UF1 como un depósito de 150, 000 toneladas de uranio. Datos documentos oficiales exhibieron que en BCS yace el 92.93 % de lo cuanticado, sumando 151,000 toneladas, de un total de 162,491 en el país.

Por su parte,  Cartocrítica retomó un documento de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de 2006, en el que se catalogó a Tembabiche como uno de los dos lugares con potencial para generar energía nuclear.

Desde 2014, por la importancia natural y cultural de la cordillera, organizaciones de la sociedad civil y autoridades ambientales han impulsado su conservación con el decreto de Reserva de la Biosfera Sierras La Giganta y Guadalupe.

Para conseguirlo, realizaron una serie de consultas públicas y revisión bibliográfica con cuya información elaboraron un Estudio previo justificativo para la declaratoria como área natural protegida, el cual, reconoció a la minería dentro de las problemáticas específicas a tomarse en cuenta; algunas de las otras son el pastoreo intensivo, desforestación de oasis, desechos sólidos, especies exóticas, problemas sociales, entre otros.

 En el documento, con información de la Dirección General de Minas (2014), mostraron que Grupo Fertilan SA de CV posee la concesión minera con el título 232417 de Tembabiche, además de San Juan (232418) y los lotes 4 (204419) y 7 (208430) pertenecen a su filial Roca Fosfórica Mexicana SA de CV.

Grupo Fertinal fue absorbido por Petróleos de México (Pemex) al igual que Agro Nitrogenados, en una operación que el gobierno mexicano actual consideró irregular.

El uranio es uno de los 28 minerales estratégicos imprescindibles para la economía global, actualmente su principal uso es la obtención de energía nuclear, en la industria bélica y con fines médicos.

Organizaciones de la sociedad civil y académicos coinciden en la inestabilidad del uso de la energía nuclear. Es imposible olvidar las explosiones de las plantas nucleares en Fukishina, en Japón, y Chernóbilm en Rusia, que arrojaron toneladas de contaminación por radioactividad en el océano Pacífico y Europa.