Iván Gutiérrez

Es la primera vez que veo a Mint Field en vivo y lo que percibo es una experiencia sonora inmersiva. La voz de Estrella del Sol viaja envuelta en un reverb que le da un toque surreal a la altura de su tesitura, mientras que el bajeo de Sebastián Neyra aporta el ritmo justo a cada canción. Los riffs distorsionados inyectan potencia en los temas que lo requieren, y las armonías arpegiadas y de cierta configuración mística transmiten la sensación de un río que ondula y fluye.

Este proyecto oriundo de Tijuana (con base fija en Ciudad de México desde el 2017) se encuentra en Ensenada culminando su reciente gira por varios puntos de la República y algunos de EEUU, en lo que fuera una serie de shows donde han presentado canciones del disco que planean estrenar el próximo año, esto a decir de Estrella del Sol, con quien charlamos un poco al terminar el show.  

“Estamos en un momento de transformación. Cada álbum ha sido distinto el sonido, y este nuevo disco tiene un sonido diferente, está evolucionando. Ya está grabado, y esperamos terminar de masterizarlo en próximos meses para sacarlo en 2023; van a ser un total de 10 u 11 tracks”, nos comparte Estella, sobre su próximo trabajo, producido desde su disquera Felte, en Los Ángeles.  

La noche de hoy empezó con la presentación de Mabe Fratti, compositora guatemalteca con quien Mint Field estuvo compartiendo shows en lugares como Puebla, Toluca, Ciudad de México, Long Beach y Santa Ana. La propuesta de Mabe tiene tintes ambientales-experimentales de bases clásicas. En lo personal me pareció un show impresionante, claro ejemplo de las posibilidades musicales que se pueden alcanzar cuando hay virtuosismo en el instrumento, dominio de efectos y loopers y una propuesta bien enfocada. Su música me recordó a ratos a algunas de las composiciones de Max Richter, pero siendo sinceros no tengo tantos referentes de este estilo musical como para ahondar en ello.

Nos encontramos en Seta Rosa, un espacio de gastronomía vegana que en últimos meses ha estado fungiendo como espacio receptor de bandas “alternativas” y potenciando la escena independiente regional. Entre el cambio de músicos en el escenario me puse a reflexionar que, al igual que La Camorra, Seta Rosa ha hecho lo propio en fungir como espacio promotor para bandas de la escena independiente, en su caso presentando propuestas más enfocadas al noise, el shoegaze, el post-rock, el punk y la música experimental, ambiental y electrónica, con proyectos como Lorell Meets the Obsolete, Tajak, Los Árboles y ahora Mint Field, dándonos la oportunidad de escuchar proyectos de gran calidad musical que de otra manera seguramente requerirían un viaje a Tijuana —y por ello un gasto mucho mayor para nuestros bolsillos tan golpeados estos meses, gracias inflación—. De parte de Los Perseguidores del Ruido Alternativo agradecemos mucho a todos los que hacen este tipo de eventos posibles, ¡que siga habiendo muchos más!

De vuelta a la experiencia Mint Field, es de apreciarse que Estrella toca con un vestido blanco que le da un toque de ensueño, efecto que se multiplica cuando escuchas la mezcla de su voz aterciopelada con una distorsión pesada. Al terminar la música agradece los aplausos y va por su Tecate roja para refrescarse; hoy Ensenada está en temperaturas elevadas.

Empieza otra pieza musical y pienso que a ratos sus bases armónicas me recuerdan a los viajes nostálgicos de Motorama, pero con esa sutil distorsión que te deja una atmósfera bien texturizada como en el estilo shoegaze. El talento de los músicos en escena se manifiesta cuando ambos intercambian instrumentos sin problema: Estrella se pasa de la guitarra a los synthes y luego le cambia estos a Sebastián por el bajo. “Llevamos seis años tocando y siempre lo habíamos hecho con batería, y como para reinventarnos y evolucionar el sonido, decidimos probar este formato de solo dos músicos, cambiando de instrumentos para fluir con libertad”, me comentará Estrella al terminar.

Si estaba complacido con lo que iba del show, el cierre de “Quiero Otoño de Nuevo” me deja con ganas de más. El último arrullo de Mint Field se siente como el mecer de una ola en el mar: se va apagando el sonido, el ruido queda atrás y en la noche se oye solo el cantar de los grillos. “Nada Es Estático y Evoluciona”, lleva por nombre una de sus canciones. Así la vida, así la música.

Concluimos este paseo sonoro preguntándole a Estrella un par de recomendaciones musicales desde Ciudad de México para nuestros oídos porteños. Menciona a Mabe Fratti, por supuesto, y “Diles que no me maten”, a quien justo nos recomendaron esta semana por otros lados. Habrá que escucharlos y ver que ondas sonoras llegan a nuestros oídos.