“Estamos viéndolas negras para conseguir cilindros” confesó don Raúl de la tortillería Katia en la colonia 8 de Octubre confirmando que la crisis de abasto de gas licuado hace peligrar el preciado insumo de la gastronomía sudcaliforniana.

A las afueras de las empresas distribuidoras de gas, en las salidas al norte o al sur de la capital del estado y desde las primeras horas de este último día de noviembre se pueden ver largas filas de vehículos esperando su turno para poder cambiar sus cilindros de gas vacíos por los que alguno lleno del hidrocarburo al precio preestablecido por autoridades como la Comisión Reguladora de Energía y vigilados celosamente por la Procuraduría Federal del Consumidor.

Pero, aunque el precio controlado debe ser respetado, el problema es que las importantes obleas de harina de trigo y manteca vegetal podrían quedar sin paso por el fuego de asegurarse el desabasto que tiene a los integrantes de más de un hogar bañándose en agua fría o comiéndo ensalada de atún por carecer de medios de generar fuego en sus viviendas.

El gobierno del estado de Baja California Sur, a través de la Secretaría de Turismo y Economía (SETUE), dio a conocer que el buque Cosalá, embarcación que cuenta con depósitos para el traslado de gas y surte en su gran mayoría al estado,se encuentra en mantenimiento, por lo cual, el abasto se está realizando por medio de la empresa naviera Baja Ferries, en la medida de sus capacidades.

Pero lo cierto es que el desabasto ya se dejó sentir por más de una semana, y la proximidad de las tradicionales posadas con su importante dotación de tamales, birrias, champurrados, ponches, frijoles charros y sopas frías representa ya una condición de apremio entre la ciudadanía.

Por su parte negocios como restaurantes y tortillerías deben buscar ciertos medios para hacerse primero de gas o de plano suspender sus actividades actividades.

“Son de uno a dos cilindros diarios” dijo el representante de la tortillería en la tradicional colonia al sur de la ciudad, quien confesó que deben buscar el apoyo de “un amigo en la gasera” para que les permita tener acceso al preciado cilindro de hidrocarburo licuado.

“Nosotros tenemos que preparar tortillas para taquerías, puestos de hot dogs, señoras que hacen burritos, si dejamos de vender, se quedan sin su sustento muchas familias” lamentó el comerciante.

Mientras la empresa responsable del desabasto de gas no ha ofrecido información alguna a la ciudadanía, las autoridades del gobierno del estado disuaden de una crisis mayor asegurando que este fin de semana es posible que el gas pueda,.finalmente, llegar a los hogares cuando se normalice la llegada de gas al sur de la entidad con la reparación de la embarcación afectada.