La MIA tampoco informa sobre la afectación de la estadía de lo cruceros, una vez construido el proyecto. Descarga de aguas de lavado de depuradores, efectos por el agua de lastre, entrada de especies exóticas a la bahía, emisiones atmosféricas por la quema de combustóleo ni evaluación mediante herramientas ambientales sobre la gestión de la basura.

En un documento firmado por los investigadores Laura Carreón Palau, Jannette Murillo Jiménez, María Concepción Lora-Vilchis y Jorge Arturo del Ángel Rodríguez, se registran una serie de observaciones respecto a las imprecisiones, carencias y ambigüedades de las que padece la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) del proyecto Ampliación de Muelle API-BCS Puerto Pichilingue.

Se hace notar en el documento que la MIA fragmenta los impactos verdaderos que provocaría y no ofrece la mejor información disponible, por lo que en el marco de la consulta pública a cargo de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) entra como documento de observaciones importantísimo para determinar o no la cancelación del proyecto.

Los científicos apuntan que la zona en que se piensa construir el proyecto se halla dentro del polígono de influencia de área Natural Protegida (ANP) de Balandra, por lo que de acuerdo a prohibiciones establecidas en el Programa de Manejo: «la remoción, relleno, trasplante, poda o cualquier actividad que afecte la integralidad del flujo hidrológico del manglar, del ecosistema y su zona de influencia» no está permitida. Un dato que evadieron apuntar en las más de 600 páginas de la Manifestación de Impacto Ambiental.

Tampoco se especifican las consecuencias ambientales de una planta desaladora que piensan construir para abastecer de agua dulce a un complejo turístico en el que se ofrecería servicios de restaurante, bar, amenidades, mercado, y que necesariamente incluye el dragado de 78 mil metros cúbicos.

Los investigadores presentaron información sobre la liberación de 13 mil 226 toneladas de limos del fondo marino y de 51 mil 265 kilogramos de hidrocarburos insolubles en agua de mar, y señalaron las consecuencias en cadena que generaría el aumento de salinidad en las especies de la zona, por efecto de la desaladora.

«Es importante señalar que los limos, por su composición de partículas tan pequeñas y con afinidad al agua, no son fácilmente sedimentables, por lo que podrían quedar obstruyendo el paso de la luz lo que podría alterar los procesos fotosintéticos, alterando, por un tiempo indeterminado, las cadenas tróficas marina en esa zona. Lo anterior incluye tanto peces de importancia comercial como grandes organismos (mamíferos, tiburones), además de los invertebrados que ahí habitan» se escribe en el documento.

La MIA tampoco informa sobre la afectación de la estadía de lo cruceros, una vez construido el proyecto. Descarga de aguas de lavado de depuradores, efectos por el agua de lastre, entrada de especies exóticas a la bahía, emisiones atmosféricas por la quema de combustóleo ni evaluación mediante herramientas ambientales sobre la gestión de la basura que dejarían los clientes de estos cruceros.