Un euro ha sido el precio de salida en la subasta de la último popote de plástico de McDonald’s. Se trata de un gesto simbólico: en realidad, forma parte del último lote, como las demás que se usarán en sus restaurantes hasta el 24 de febrero. El valor de este denostado trozo de plástico sube como la espuma: en pocas horas ha superado los 5.000 euros, y puede seguir aumentando hasta el 7 de febrero, cuando se dará el golpe de mazo con el que se confirme el afortunado comprador (de forma metafórica, claro, porque la subasta se realiza en eBay). Lo recaudado se destinará a proyectos solidarios en la Fundación Ronald McDonald.

El popote espera a su próximo dueño metido en su envoltorio de plástico, como una pieza de coleccionista, y enmarcado en un cuadro dorado que bien podría acotar la obra de un gran artista en el Museo del Prado. Así la han expuesto esta mañana en un local madrileño del gigante de la comida rápida, donde la empresa ha presentado sus nuevos objetivos de sostenibilidad, que se dividen en las áreas de movilidad, reciclaje y envases, según ha explicado el director general de McDonald’s España, John Alves. Entre otras cosas, la empresa espera que el 100% de sus envases estén hechos con fuentes renovables, recicladas o certificadas para 2025 (hoy en día son el 80%). También quiere facilitar el reciclaje en los locales y, a finales de este año, todos sus establecimientos funcionarán con energías renovables. Además, la compañía seguirá instalando cargadores para coches eléctricos en sus locales.