El exdirector de la empresa Exportadora de Sal de Guerrero Negro (ESSA), Nonato Avilés Rocha, aseguró que la salmuera que la paraestatal viene acumulando desde 1995 no contiene apenas litio –al contrario de lo que algunos quieren creer– y que más bien representa una amenaza ambiental contra la reserva de la biosfera El Vizcaíno, Laguna Ojo de Liebre, pues la zona de almacenamiento está separada por unos diques que podrían romperse en cualquier momento.

Esto sería fatal para toda clase de vida y no sólo por la concentración de ballenas grises que arriban cada año a la región. Dijo que la salmuera se dejó de tirar al mar desde 1995 porque la empresa quería dar una impresión de respeto al medio ambiente, concentrándola en un territorio que abarca aproximadamente 3 mil hectáreas y que durante el sexenio en el que ocupó la silla presidencial Enrique Peña Nieto (2012-2018) despertó el interés de quienes desean hallar en ello una cantidad importante de litio, «el oro blanco».

Sin embargo, Nonato Avilés Rocha recuerda que el consejo de administración de ESSA contrató al Servicio Geológico Mexicano para que analizara el área en busca de ese mineral, de lo que se obtuvo resultados negativos, pues la cantidad que se podría encontrar era «prácticamente insignificante»: 10 partes por millón. «O sea, no hay litio en esa salmuera», dijo.

Mencionó que, a pesar de que la salmuera no tenga el litio deseado, el riesgo ecológico persiste y que de haber un accidente el director actual de ESSA podría acabar en la cárcel por los severos daños al ambiente que esto generaría.

El ex director de ESSA también habló del litigio que existe por la cantidad de salmuera que otro director vendió a una empresa; una cantidad exorbitante (300 millones de metros cúbicos) que serían aproximadamente tres veces más de con lo que realmente cuenta la exportadora.

Así, por un lado, la salmuera está tratada ya con una empresa (a quien Avilés Rocha no identificó), por lo que no podría ser desechada como se pretende; y por otro lado, esa cantidad que alcanza apenas a un tercio de la que se «vendió» a la empresa interesada, no contiene el litio, por lo que Avilés Rocha considera que tal vez existan otros minerales con valor comercial y por ello persista el litigio, pero también el riesgo de desastre ambiental.