El 31 de enero el procurador Daniel de la Rosa Anaya declaró que los familiares reportaron que María Fernanda estaba en un centro de rehabilitación, y se dio por hecho. El 2 de febrero la PGJE notificó que la joven ya había sido encontrada, pero de nuevo sin verificarlo.

El pasado 26 de enero, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) activó el Protocolo Alba para dar con el paradero de la joven de 19 años María Fernanda Cosío Plascencia, que había sido «vista por última vez» 15 días antes, la noche del 11 de enero.

Pero la supuesta desaparecida, aparece este fin de semana en un video para denunciar a quienes fueran, según dice, quienes la privaron de su libertad.

En un video 3.47 minutos, de forma clara y tranquila, la joven narra parte de la situación que dijo haber vivido a lo largo de este mes y medio, en el que estuvo retenida en contra de su voluntad por sus familiares, padre, madre y un tío. Al mismo tiempo, su pareja sentimental recibía amenazas por parte de los familiares.

Fue el novio quien hizo la denuncia para que se activara el protocolo Alba.

Los agentes investigadores, al preguntar por la joven a sus familiares, se les dijo que María Fernanda se hallaba bien, y que la amenaza era el novio, a quien María Fernanda no quería ni ver.

Muy al contrario, el día en que fue privada de la libertad por sus familiares, la joven de 19 años estaba en casa de su novio y –luego de mucha amenazas a su pareja, a ella y a la familia de su pareja– decidió ver a sus familiares.

Pero al llegar al punto acordado, la subieron a un vehículo a la fuerza y comenzaron a golpearla, terminando desmayada luego de haber hecho su esfuerzo por liberarse. Posteriormente la llevarían a San José del Cabo.

«Para todo eso mi mamá les decía a las personas que yo estaba bien, que estaba feliz, que tenía miedo de estar con mi novio cuando nunca fue así»., declara en el video.

Con la denuncia del novio para activar Protocolo Alba comenzaron las manipulaciones, las malinterpretaciones y las cuartadas, culpando al novio de incluso burlarse de las autoridades al hacer una petición tan grave, pues supuestamente la joven María Fernanda Cosío Plascencia estaba bien. Los propios familiares les decían a agentes de la PGJE que no cayeran en «en ese juego y tomar con seriedad las cosas».

«Me tuvieron un mes y medio encerrada, los últimos tres días yo me pude contactar con mi novio, pudimos armar un plan, pude salirme de ahí y por razones de seguridad yo ya estoy fuera de la ciudad», reveló la joven.

Afortunadamente este caso ha sido de esta naturaleza, dentro de pésimo. Pues en principio se vinculó a la desaparición de otras dos jóvenes. Pero sin duda cada caso puede encerrar una historia atípica, una peripecia que fuera del ámbito de la criminología, sorprendería a cualquiera.

Y dentro. El 31 de enero el procurador Daniel de la Rosa Anaya declaró que los familiares reportaron que María Fernanda estaba en un centro de rehabilitación, y se dio por hecho, sin preguntar a la propia María Fernanda, estuviese o no dentro del centro de rehabilitación. El 2 de febrero la PGJE notificó que la joven ya había sido encontrada, pero de nuevo sin verificarlo.