Residencias de lujo en el Mar, grandes, medianas y pequeñas, pronto, muy pronto será el paisaje portuario-urbano dominante a lo largo de la costa de la ciudad de La Paz entre la Marina contigua  al Hotel Grand Plaza La Paz hasta el complejo turístico-inmobiliario de Puerta Cortés, conocida como Costa Baja, pasando por la Marina Vista Coral, el Muelle Turístico (antiguo Muelle Fiscal), la Marina Palmira y las que se agreguen a lo largo de esta tercera década del siglo XXI. 

Yate Just B con bandera de las Islas Marshall atracado en el muelle turístico (antiguo Muelle Fiscal) del Puerto de La Paz privatizado temporalmente (acceso prohibido a la población paceña). Foto: Gilberto Piñeda Bañuelos, 31 de diciembre de 2020.

Hace unos días, el titular del organismo estatal operador del despojo en la zona marítimo terrestre, la API (Administración Portuaria Integral) tolerado por el gobierno federal declaró que “Antes de dos años, La Paz tendrá dos nuevas Marinas Turísticas …. Una de 85 peines en El Manglito y otra de 200 en Pichilingue” y destaca que “la del Manglito será para embarcaciones menores y para pesca comercial, y en este sitio se estarán habilitando espacios para los pescadores ribereños locales, tales como un área de fileteo y de comercialización, y podrán usar el área de botado en sinergia con los propietarios de las embarcaciones de alto lujo que estarán llegando a esta marina” (subrrayado nuestro) y miren la evidencia de la modalidad de privatización de la superficie marina con su propia declaración: “Respecto a los montos de inversión, en la Marina del Manglito se estarían aplicando 130 millones de pesos y 350 en la de Pichilingue, en un esquema en donde la APIBCS cede parcialmente los espejos de agua, con una paga al arranque del proyecto y una renta mensual” (El Sudcaliforniano, 15 de febrero de 2021), recordar que la renta de la tierra fue un mecanismo histórico gradual de despojo en la tierras de propiedad ejidal y familiar, para pasar íntegramente a manos privadas; pero con el turismo náutico de gran lujo se adopta la renta de la superficie y el suelo marino, a través de las conocidas como “Marinas”.

Tanto el gobierno estatal como el gobierno federal hacen el mejor esfuerzo para justificar el despojo, insistiendo una y otra vez que los primeros beneficiados serían los trabajadores por cuenta propia que realizan servicios turísticos y  los pescadores ribereños del barrio histórico El Manglito a quienes se les “dará” oportunidad de usar el espacio “para fileteo y comercialización”. Obviamente que esto es sólo la pantalla que le sirve de transmisor hacia la opinión pública para que la población se sienta no solo satisfecha con este tipo de inversiones, sino para que aplauda estas acciones de gobierno, como lo hizo con el “Malecón de Clase Mundial”, como se le promocionó antes durante y después de la modernización, y lo mismo hacen con el Museo del Arte, el Jardín Velasco, y “modernización” de las calles 5 de mayo, Madero y  Revolución, también con el aval del gobierno municipal y la delegación del INAH.

Con las nuevas Marinas del Manglito y Pichilingue queda confirmado de nueva cuenta que la ensenada de La Paz es el territorio a ocupar por las embarcaciones extranjeras de lujo como parte del “Macro proyecto Turístico de Marinas”, como le voy a llamar a esta estrategia de los gobiernos Estatal, Federal y Municipal, sean panistas, perredistas, priístas o morenistas, que van a concluir con la expulsión definitiva de los ya muy pocos pescadores ribereños del Manglito y del Esterito que todavía quedan.

Pero además pone al desnudo el uso de la mentira y el engaño del que es objeto la población paceña; solo recuerden el dragado de la Ensenada entre octubre de 2017 y junio de 2018  por parte de la Secretaría de Marina (SEMAR) con el pretexto de que la tormenta Lidia había azolvado la Bahía de La Paz que impedía el acceso de sus embarcaciones hasta su cuartel en el barrio El Manglito al final de la calle Sonora, y por lo tanto argumentó que  el dragado no contaminaba y que lo hacían por Seguridad Nacional, lo cual es un verdadero engaño. 

Después del dragado un buzo de El Manglito declaró que “el dragado nos afectó porque no nos dejan sacar el callo de hacha porque según esto está en veda y cuánta matazón hicieron de callo de hacha, de caracol con el dragado que estaban haciendo aquí. Esa especie estaba sembrada, la están matando. Como buzo me afecta por la revoltura de agua que hay y que no nos deja trabajar por la visibilidad del agua” mientras que una reconocida investigadora local, la Dra. Rocío Marcín Medina Directora de la Asociación de Investigación y Conservación de Mamíferos Marinos y su Hábitat, A.C. (AICMMARH, A.C.) denuncio oportunamente el dragado que hizo la SEMAR señalando que “no pueden decir que no contaminaron porque la contaminación es increíble. Los sedimentos los tenían que haber tirado en el Golfo de California y los tiraron en la boca de la Ensenada de La Paz, frente a Balandra, frente a una Área Natural Protegida. Tiraron ahí más de 300 mil metros cúbicos de sedimentos contaminados que se dispersarán por las corrientes, y todas las playas desde Balandra, todas las playas del sureste hasta El Manglito están contaminadas, gústele a quien le guste y lo niegue quien lo niegue es la realidad y no la podemos tapar”, pero además, denunció que “hay estudios científicos publicados que indican que a 10 o 20 cm del fondo hay más de 20 metales pesados como arsénico, cadmio, mercurio, vanadio, azufre, etc.. y SEMAR dragó a menos 3 metros sin ningún estudio de impacto ambiental, lo cual es un impacto que jamás podremos dimensionar”.  (El Grampín, 2018).

Dragado de la Ensenada de La Paz en 2018 entre la calle Pineda y Sonora en el probable sitio donde se construirá la nueva marina.  Foto: elaboración propia con base en SDPNoticias.com

El cinismo recurrente de los gobiernos federal y estatal se repite en enero y febrero de 2020 con el “Proyecto de dragado, construcción de un muelle, rehabilitación de los terraplenes y rampa de botado en la playa El Manglito” hecho denunciado por el Colectivo de Académicos Sudcalifornianos,  al poner ”en riesgo a especies marinas protegidas y al sitio Ramsar humedales de El Mogote- Ensenada de La Paz”. (El Sudcaliforniano, 8 de febrero de 2020).

Las residencias de lujo en el Mar, como le llamamos a los yates de magnates, jerarcas, jeques, políticos, empresarios y otras personalidades  que viajan por el mundo marítimo que demandan una y otra vez la privatización de la superficie marina, de los puertos, marinas, embarcaderos y muelles; que a su vez atraen al capital inmobiliario y turísticos encargados de satisfacer esa demanda recurrente, que finalmente son quienes ordenan al poder público federal, estatal y municipal, el tipo de desarrollo que debe tener la ciudad de La Paz, sin importar el despojo del paisaje y de la superficie marina, la expulsión de los pescadores ribereños y la conversión de los trabajadores paceños en servidumbre de los ricos visitantes que llegan a La Paz por vía marítima, aérea o terrestre. El problema no es menor; ahora mismo en La Paz, hay más espacios para yates que en Los Cabos.  La Paz cuenta con 751 espacios para yates mientras que en los Cabos solo hay 640, de los 1 mil 450 espacios para yates en todo el Estado de Baja California Sur (Información Estratégica BCS, 2020).

Marina Costa Baja y Marina La Paz, un ejemplo de ocupación y privatización de la superficie marina de la ensenada de La Paz. Fotos: golapaz.com

Con la privatización anunciada por la API con la construcción de las dos marinas, una en la costa del barrio El Manglito y otra en Pichilingue, La Paz tendría en el corto plazo, 1 mil 26 espacios para yates. Esta es la tendencia del desarrollo capitalista para la ciudad de La Paz, que pone en riesgo el consumo de agua para la población, y no sé si podría formarse un Frente Anticapitalista contra los Mega Proyectos  Turístico-inmobiliarios, sería lo mejor, antes de que se concluya la colonización de la ensenada de La Paz. No es fácil. 

La Paz, Baja California Sur, a 16 de febrero de 2021.