Alejandro Aguirre Riveros/@SaludEmergente

Hasta ahora el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico tiene una bajísima letalidad del 2%. Sin embargo, para que se mantenga así es necesario reconocer sus primeros síntomas y dar atención temprana. Algo sumamente importante ya que suele presentarse incluso en niños que han desarrollado Covid-19 de manera asintomática. Se trata de un contexto complicado teniendo en cuenta que datos recientes sugieren un aumento de casos posiblemente relacionado con las nuevas mutaciones del virus.  Una situación a la que se suma el anuncio de la reapertura de las escuelas particulares en nuestro país y que puede devenir en un repunte de casos a nivel nacional.

En febrero son las inscripciones

La actual pandemia ha resultado verdaderamente devastadora para la economía. Uno de los sectores más afectados son las escuelas privadas que han visto una importante disminución de su alumnado: se estima que 2.2 millones de estudiantes podrían pasar del sector privado a las escuelas públicas y que más de 20 mil instituciones están en peligro de cerrar de manera definitiva.  Es por ello que la Asociación Nacional de Escuelas Privadas lanzó en fechas recientes un ultimátum: a partir de marzo iniciarán clases de manera presencial sí o sí. Para ello aseguran mantendrán un aforo no mayor del 60% y además argumentan que prohibirselo resulta en una violación a los derechos de la sociedad en materia educativa.

Esta postura fue recibida con una rotunda negativa por parte de las instituciones gubernamentales. De acuerdo con lo estipulado por la SEP el regreso a las clases presenciales sólo podrá ser considerado una vez el semáforo epidemiológico pase a verde.

Niños: ¿los supercontagiadores?

Desde inicios de la pandemia las escuelas fueron cerradas de manera inmediata bajo el argumento de que los niños son “superpograpagadores” de los gérmenes respiratorios. Esto ha suscitado una serie de complicaciones relacionadas con el encierro y la ausencia de clases presenciales: abuso físico, brechas de aprendizaje, ansiedad, depresión, aislamiento social y aumento en el cibercrimen relacionado al abuso de menores y el consumo de pornografía infantil.

Ante todo esto resulta contrastante que estudios recientes señalan que los niños no son en realidad los principales transmisores del Sars-Cov-2. De acuerdo a los datos de la Organización Mundial de la Salud: los menores de 18 años representan alrededor del 8% de los casos de Covid-19. Un porcentaje bastante bajo si se tiene en cuenta que constituyen el 29% de la población. Lo cual no implica que existan las condiciones necesarias para regresar a clases, dado que las nuevas mutaciones del virus y la falta de una vacunación de los maestros pone en riesgo el repunte de la enfermedad.

¿Los niños aún pueden enfermarse gravemente de Covid-19?

Definitivamente. Y con más razón si se tiene en cuenta ciertas comorbilidades como diabetes, obesidad, cáncer u otras afecciones potencialmente mortales. Además de que existen casos documentados del llamado “Covid prolongado” en niños. Un cuadro clínico en el que pueden llegar a presentar algunos de los siguientes síntomas durante un periodo mayor a 120 días: fatiga, dolor muscular y articular, dificultades respiratorias y palpitaciones. Al respecto un estudio reciente encontró daño cardiaco en 1 de cada 7 competidores deportivos menores de edad entre los que se incluye casos asintomáticos. En este contexto resalta la afección infantil más común en relación al Covid-19: el síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (PIMS)

Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (MIS-C/PIMS)

Durante la primera ola de la pandemia esta afectación solía ser confundida por la enfermedad de Kawasaki: un trastorno con síntomas similares que produce inflamación en las paredes de algunos vasos sanguíneos del cuerpo y que suele ser muy común en bebés y niños pequeños. Hoy se sabe que el Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico (MIS-C/PIMS) es una afección grave relacionada con la enfermedad del Covid-19. Se estima que solo el 2% de los casos han conducido a la muerte y que solo uno de cada 5 mil niños llega a desarrollarlo un mes después de tener Covid. Sin embargo, el caso de Reino Unido ha suscitado una importante alarma al presentar una alza de casos de manera paralela a la aparición de las nuevas mutaciones del virus. Situación que a principios de febrero llevó a que se registraran en este país hasta 100 niños hospitalizados por semana a causa de esta enfermedad.

¿Cómo detectarlo?

Lo más importante a tener en cuenta es que dicha afectación se presenta también en niños tras un Covid-19 asintomático. Es decir, infantes que, pudieran haber enfermado sin que sus padres lo notaran. Por esto es importante reconocer los primeros síntomas: erupciones cutáneas, temperatura de hasta 40°C, presión arterial peligrosamente baja, vómitos, diarrea, dolor de estómago, sarpullido en la piel, cansancio inusual, latidos rápidos del corazón, respiración rápida, ojos rojos, enrojecimiento o hinchazón de los labios y la lengua, enrojecimiento o hinchazón de las manos o los pies, dolor de cabeza, mareos o aturdimiento y agrandamiento de los ganglios linfáticos

Signos de emergencia

En caso de presentar alguno de los síntomas antes mencionados se debe contactar a un médico de inmediato. De no ser atendido puede evolucionar en dolor de estómago intenso, dificultad para respirar, labios o cara de color azulado, desorientación y una incapacidad para despertarse o permanecer despierto. Lo que puede conducir rápidamente a emergencias médicas derivando en un shock tóxico y la falla de uno o más órganos.

Reino Unido y California

La variante “Kent” del Sars-Cov-2 detectada originalmente en Reino Unido y catalogada como potencialmente 70% más mortal, coincidió con una alza en casos de Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico a principios de año. La información al respecto reveló que 75% de los niños que terminaban en cuidados intensivos eran principalmente no blancos: afrodescendientes, asiáticos y grupos étnicos minoritarios.

En California sucedió algo similar durante la segunda semana de febrero cuando hubo un aumento del 35% en los casos de síndrome inflamatorio en el condado de Los Ángeles. En total se registraron 90 casos en tan solo dos semanas y de estos el 72% fueron niños de origen latino. Esto indica que quizás la población infantil mexicana es probablemente más susceptible a desarrollar este tipo de secuela con la llegada de las nuevas variantes del virus. Una situación preocupante teniendo en cuenta que en nuestro país el 33 % de los niños de entre 6 y 11 años de edad presentan sobrepeso y obesidad. Y que tres de cada 10 niños tienen diabetes. Una serie de comorbilidades relacionadas con complicaciones derivadas del Covid-19 que ponen en peligro a nuestra población infantil.

¿Y en México?

De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México hubo 364 menores de edad fallecidos por el COVID-19 entre abril y diciembre de 2020. Los estados con un mayor número de defunciones infantiles a causa de la pandemia son el Estado de México (53), Baja California (30) y Puebla (25). Además de que un sondeo elaborado por Grupo Imagen destacó que en al menos 16 estados de la república carecen de un registro de niños cuyos padres o tutores han muerto a causa del coronavirus. Y aunque algunos ofrecen becas, no existe detrás una estrategia de apoyo integral. A todo esto hay que agregar el subregistro, la falta de pruebas, el maquillaje de cifras y la opacidad en el manejo de la pandemia. Una serie de condiciones que hacen complicado conocer la realidad en nuestro país en relación al Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico.

 Por lo pronto es importante recalcar la importancia de mantenerse alerta ante un posible aumento de casos relacionados a esta nueva enfermedad infantil vinculada al Covid-19. Aún más dada la potencial llegada a México de las nuevas mutaciones del virus y la amenaza de las escuelas privadas para abrir sus aulas a partir de marzo.