Otro problema sale a flote relacionado con las llamadas empresas o desarrolladores inmobiliarios, que parecen tener cancha abierta en cuanto a irregularidades redituables se refiere. En esta ocasión –pero no por ello novedad– se declara la falta de servicios públicos básicos en unidades habitacionales, que fueron entregadas a miles de familias sin la debida fiscalización, sin agua, sin alumbrado y sin seguridad.

Estas carencias las corroboró la alcaldesa de La Paz Milena Quiroga –y los vecinos– y apuntó el número aproximado de 3 mil familias afectadas por inmobiliarias que operaron durante administraciones pasadas y que acabaron vendiendo fraccionamientos «no municipalizados» –dijo– pues los desarrolladores habían comprometido en sus proyectos proporcionar los servicios de los que ahora se carece y que –muy al contrario de lo que se había acordado– lo terminaron solicitando al municipio.

Este es el caso –por poner un ejemplo– de Valle del Mezquite, construido hace ocho años y cuyo proyecto incluía la construcción de un tanque elevado para proporcionar agua; era un compromiso de la empresa desarrolladora, que al final no entregó la infraestructura al cien por ciento como para que el municipio proporcionara el servicio. Ya se está llevando, según afirma la presidenta municipal, el agua a este fraccionamiento, pero necesitó de una inversión de suministro de red por parte del Ayuntamiento que fue mayor que la acordada.

Es decir que la inmobiliaria presentó un proyecto razonable, se le aprobó y, una vez vendido, no lo desarrolló completo, teniendo que concluirlo el Ayuntamiento, que ya tiene sus propios problemas. Y en parte, por eso continúan ése y otros fraccionamientos con las carencias mencionadas, que no se reducen al agua únicamente.

Por ejemplo –probablemente no faltarán ejemplos futuros– el alumbrado. Tan sólo en Valle del Mezquite hay 2023 familias, no vecinos, sino familias, parte de las cuales se han acercado al Ayuntamiento para pedir solución en cuanto al suministro de agua, que ya fue atendida, según lo dicho arriba.

Tal vez la bisagra entre lo que es el servicio que debe dar el Ayuntamiento y el compromiso de los desarrolladores inmobiliarios pueda explicarse con el término «municipalización» o «municipalizar». Y es tan sencillo para la RAE como «Convertir en municipal un servicio público que estaba a cargo de una empresa privada».

En estos casos, un servicio público como el del alumbrado del Valle del Mezquite contaba con un transformador que no tiene la capacidad que se requiere para todas las casas y ni siquiera los cables que corresponden para su funcionamiento pleno.

No era de sorprenderse que las luminarias no sirvieran.

Al tratar de repararlas el Ayuntamiento podría darse un problema mayor. El servicio público de alumbrado correspondía a la empresa desarrolladora y la «reparación» por parte del Ayuntamiento en realidad no sería una reparación simplemente, sino que tendría que darse una reinstalación bastante significativa, una «municipalización» de un servicio público que lo presentaba tan bien la empresa y que en los hechos no fue tal.

«El problema es que nosotros no podemos dar el servicio si la infraestructura no se entrega al cien por ciento como se aprobó para poder dar un buen servicio», declara la presidenta municipal, y también reconoce que existen carencias por parte del Municipio, pero son carencias de servicios que le corresponden de por sí, no derivadas de una empresa desarrolladora.

Milena Quiroga confía en «el acercamiento con el desarrollador para que resuelva estos puntos y para futuros desarrollos no emitir terminación de obra hasta que no se tenga una visita en donde, por inspectores del Ayuntamiento, se corrobore que cumplió con todo los requisitos y las instalaciones aprobadas». Por lo pronto confirmó la problemática en 2023 viviendas del Valle del Mezquite y 1300 en Perla del Golfo.

En este fraccionamiento ha habido una serie de manifestaciones contra la constructora, pues ha pasado más de una década en que los servicios básicos de la colonia son un problema, y para hacerse notar han tomado, por casi una semana, las oficinas de la inmobiliaria reclamando se satisfagan las necesidades de agua, luz y seguridad.

Hasta este año, el Valle del Mezquite se abastecía de agua con pipas –mediando quejas recurrentes– que la autoridad municipal ha logrado solventar conectando a la red de agua potable con dinero del XVII Ayuntamiento, es decir «municipalizando» el supuesto servicio de la empresa privada.

Otro lado aun más oscuro es la criminalidad que existe en esos fraccionamiento, en todos los niveles, desde asesinatos, feminicidios, y robos –oleada de robos. Incluso torturas.