Si al relleno le quedan 5 años de vida útil, según el director de Servicios Públicos, su antecesor plantea la necesidad de uno nuevo, pero reconoce las dificultades para lograrlo: «Ese es un problema legal que habría que ver de dónde o cómo y con qué, y de a cuánto estamos hablando». Nos queda, por otra parte, enfrentarnos a la propia idiosincrasia y desarrollar una cultura en el manejo de la basura, según sugiere Ponguinguiola A.C.

De vez en cuando, lo que aparentemente sólo es un problema técnico –como el incendio del relleno sanitario de la ciudad de La Paz– esconde una o varias cuestiones de otra índole. El incendio del relleno sanitario, ha vuelto a tocar las fibras de los pepenadores, el de las colonias de ampliación o invasión, la contaminación y la falta de servicios públicos (o su manera de manejarlos).

Luego del incendio mencionado y debido a la mala calidad del aire que se respira tanto por el relleno como por el otro incendio en la Central de la CFE, a los pepenadores no se les permitió acercarse a hacer su trabajo diario, viendo sus ingresos mermados gravemente, teniendo en cuenta que sus ganancias son de día a día.

Entre las mercancías que estas personas recogen para su venta, se hallan el plástico, el fierro, aluminio, botellas de vidrio, cobre y lámina y hasta bronce, entre otros, siendo alrededor de 70 pepenadores antes de la pandemia. Número que fluctúa, ya que no todos se dedican permanentemente a este trabajo, sino a lo que vaya presentándose.

En la colonia Villas de Guadalupe, un asentamiento irregular de aproximadamente 17 años en La Paz que no cuenta con servicio de agua ni luz, Rosario Aguilar habla un poco de su caso como pepenador. Gana entre 600 y 700 pesos semanales, cantidad con la que va sorteando el diario. El problema del incendio lo ha dejado sin esa cantidad, que es el mínimo con el que se ajusta para comprar alimentos como arroz y frijol en grano, sopa, huevo y agua purificada.

De momento, su fuente de ingreso se cerró. Hay que admitir que los riesgos por la mala calidad del aire son reales, y no sólo son innegables para los pepenadores sino para la población en general. A través del monitoreo de aire, los especialistas han destacado que los parámetros de calidad registrados después del incendio de la planta de energía eléctrica y el relleno sanitario, aumentaron hasta 230 partes por millón, una suma histórica en La Paz.

El director de Servicios Públicos, Héctor Sánchez, mencionó que ya se trabaja de manera normal en el relleno sanitario, y que es verdad que «se sintió mucho el humo, pero eso fue por un tema que se llama inversión térmica. Está fría la atmósfera, frío el suelo, entonces el humo se encapsuló en altura baja. El relleno sanitario aun cuenta con una vida útil de cinco años».

Héctor Sánchez también aplaudió la labor de la presidenta municipal Milena Quiroga, pues si bien el relleno sanitario ahora está como está, cuando fue recibido por la nueva administración, en diciembre de 2021 «ya estaba rebasado, estaba desbordado. Los residuos llegaban hasta la entrada. Ya no podías pasar en carro».

Por su parte, el arquitecto Eugenio Santa Cruz, ex director de Servicios Públicos, es de la opinión de que se requiere otro relleno sanitario. De hecho, es un tema que ya expuso el propio gobernador Víctor castro Cosío, cuando exhibió de manera somera los recursos extraviados o de destino impreciso, que debieron usarse para obra pública.

Eugenio Santa Cruz, sin embargo, ve una dificultad: «el Ayuntamiento no tiene ahorita reserva territorial para hacer un nuevo relleno sanitario. Ese es un problema legal que habría que ver de dónde o cómo y con qué, y de a cuánto estamos hablando. La ciudad ya requiere un relleno sanitario totalmente tecnificado e involucrar a los ciudadanos a tener una cultura del reciclaje y de la limpieza».

¿Estamos preparados para practicar una cultura del reciclaje y de la limpieza, como dice el ex director de Servicios Públicos?

Por lo pronto, nuestra actual cultura con el manejo de la basura ha sido señalada recientemente por la directora de Ponguinguiola A.C., Mayra Gutiérrez Sandoval, quien exhortó a la ciudadanía y habitantes de La Paz en general, a que hagan conciencia de que la mala calidad del aire que respiramos tras el incendio, es también provocada por el tipo de residuos que desechamos.

Destacó que baterías, celulares y basura tecnológica deben ser llevadas a centros de reciclaje especializados. Y explicó que las baterías contienen plomo, cadmio, mercurio, níquel, litio y otras sustancias tóxicas en forma de polímeros. Y que cuando hay un incendio estos componentes hacen que la contaminación sea mayor.