«Hoy fue aprobado por el pleno del Senado de la República el Punto de Acuerdo que presenté para que se vigilen, de manera puntual, los manglares #DelMogote, una pequeña península frente a la bahía de La Paz, que además de proveer protección contra las corrientes es hogar de flora y fauna valiosa para la región», escribió en sus redes la senadora por Morena Lucía Trasviña Waldenrath, integrante de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático este martes 18 de octubre.

El punto de acuerdo presentado el 15 de marzo de 2022, ha sido aprobado, al parecer, con un sólo cambio:

Proposición con Punto de Acuerdo por medio del cual el Senado de la República exhorta a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales a establecer vigilancia permanente a los manglares del mogote en La Paz Baja CaliforniaSuren especiallos colindantes con la zona en desarrollo de club de golf Paraíso delMar.

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El Senado de la República exhorta respetuosamente a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales a establecer vigilancia permanente del sitio Ramsa Humedales Mogote-Ensenada, ubicados en La Paz, Baja California Sur.

Además de mencionar los manglares esparcidos por los más de 1380 km de litoral, el Punto de Acuerdo enfatiza sobre el peligro que corren por la falta de vigilancia y especifica: «En el caso de La Paz, el desarrollo de complejos turísticos y habitacionales han destruido los manglares, lo cual es causa de constantes denuncias. Especialmente en El Mogote, una pequeña península frente a la Bahía de La Paz, la cual provee de protección contra las corrientes y es hogar de especies de flora y fauna valiosas para la región».

Y continúa: «Diversos desarrollos urbanos han sido objeto de denuncias que no han prosperado debido a la corrupción y tráfico de influencias relacionadas con el crecimiento de la zona. Por lo tanto, es necesario promover acciones de prevención para conservar los ecosistemas».

El punto señala la necesidad de aumentar la vigilancia y apunta su conservación y cuidado van «en línea con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 y con los compromisos adquiridos de México con el Acuerdo de París», en muchos aspectos, todos aparentemente positivos, como la reducción de la contaminación, la garantía de autosuficiencia alimentaria para pescadores rivereños de la zona, el agua limpia y la conservación de las especies que en ellos habitan.

Hace mención del peligro que representan los desarrollos urbanos desproporcionados, así como el modelo turístico acelerado y sin planificación, y contrapone ante ello vigilancia y sanciones debidamente aplicadas a quienes incurran en delitos ambientales, poniendo el ejemplo de Paraíso del Mar, pero que por extensión se podría referir a muchos otros, actuales o venideros.

«Existen diferentes planes de conservación de mangle diseñados por expertos. Todos coinciden en que la mejor manera de asegurar un manejo y protección adecuados es considerar a la comunidad cercana a los manglares dentro del plan, tanto en el diseño como en la implementación. Los pobladores son los primeros en ser afectados cuando se destruye el bosque de manglar, y también los primeros en denunciar su destrucción, como ha sido en el caso de La Paz», señala, por lo que es necesario involucrar a la población –dice– para « que las medidas de conservación, adaptación y mitigación se lleven a cabo de manera sostenible en el tiempo.

Así mismo hace referencia a la necesidad de tener un plan de manejo «y protección de manglares de acuerdo con cada sitio, considerando las características físicas y sociales de cada ecosistema. Aunque se estima que la conservación de manglares a nivel nacional debe estar relacionada fuertemente con esfuerzos comunitarios, también es importante tener un liderazgo nacional que utilice su autoridad legal y experiencia en vigilancia».

El Punto de Acuerdo sugiere patrullajes de monitoreo, ofrecer a las personas interesadas asesoría técnica para la reforestación de manglares, talleres, comités de vigilancia ciudadanos y difusión, sobre todo a poblaciones cercanas a ese ecosistema, pero en conjunto con los tres niveles de gobierno que estén facultados para las sanciones ante los delitos ambientales.

Queda por decir que, como antecedentes, el propio Punto de Acuerdo cita un artículo en el que se denuncia el deterioro –casi exterminio– de los manglares, humedal ubicado frente a la zona de Pichilingue, al cual «lo encontraron, en un buen tramo, ya sin afluente de agua, por la mala planificación de la carretera, que no construyó un ducto adecuado para dejar pasar el flujo de mar», esto en enero de 2021.

Quienes dieron el recorrido para revisar las condiciones de los manglares notaron en esa misma zona –según continúa el artículo– «había trabajadores con casco y chaleco perforando dentro del manglar. Un hueco enorme y profundo que, más tarde, se sabría que allí iban a instalar unas enormes estructuras para la red eléctrica de la nueva central de gas natural de Amaunet SA de CV filial de New Fortress Energy», empresa consecionada. Incluso se señala que la SCT ya había sido criticada por «daños a los manglares, como rellenarlos con piedras, incumpliendo con lo que ellos mismos se comprometieron en el documento presentado a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat».

Aunque queden numerosos casos por citar, recordemos a Misión Punta Norte, que tiene un proceso en su contra iniciado por la actual administración a raíz de permisos concedidos presuntamente de manera irregular por el pasado Ayuntamiento de La Paz, presidido por Rubén Muñoz Álvarez, actualmente diputado federal y presidente de la Comisión de Recursos Hidráulicos, Agua Potable y Saneamiento.

Por lo que, si bien este puede ser un avance –hacia cierta dirección– para la protección no sólo de los manglares sino del territorio, a través de la vigilancia policial, comunitaria y la preparación técnica, difusión etc., citado arriba, la vigilancia permanente –con rondines y patrullaje, si gustan– parece ser que podría aplicarse también en el ámbito de las oficinas, al momento de la firma de concesiones, acuerdos, lógicas de mercado, turísticas o de cualquier otra índole, así se anuncie como sostenible.