El compañero Ezequiel se nos fue, nos lo arrebató la pandemia, es cierto, pero fueron dos instancias,
una privada y una pública, las que generaron las condiciones para que no se recuperara de la Covid
19.

Todos lo sabíamos porque él mismo lo dijo y, a pesar de ello y de sus dificultades para respirar,
se limitaron a suponer que como ya había terminado el tiempo de su incapacidad, debía regresar al
trabajo. Fue CPS Media, la empresa en la que Ezequiel trabajó, la que lo obligó a salir de casa para
seguir laborando y fue el Instituto Mexicano del Seguro Social, quien no valoró médicamente las
condiciones de Ezequiel y dio luz verde para que la empresa justificara administrativamente su
insensibilidad. Hoy Ezequiel se fue, y él lo menos que hubiera hecho ante esta circunstancia, sería
guardar silencio.

Como un antecedente del acoso laboral y político que medró en una ocasión anterior su
salud, el propio Ezequiel relató en un texto publicado el 7 de junio de 2020 en el medio electrónico
Tres Seis Cinco el modo en que el gobierno de Carlos Mendoza lo acosó en 2016 como resultado de
su labor periodística a propósito las acciones represivas del mandatario estatal contra
manifestaciones relacionadas con asuntos como el intento de cierre de la Casa del Estudiante
Sudcaliforniano y el despojo de la playa a los pescadores de Punta Lobos a manos del proyecto
inmobiliario Tres Santos. En ese texto, Ezequiel relató las presiones laborales y políticas que
pusieron en riesgo su salud provocándole estrés y depresión. No sería la última vez que Ezequiel
sufriría presiones laborales que comprometieran su salud. El cinismo del gobierno de Mendoza que
publica una esquela por el fallecimiento de Ezequiel —dejando intacta a la empresa que le redujo el
sueldo y lo obligó a trabajar de forma criminal— es patente: en el ejercicio de su oficio informativo
fue acosado por ese gobierno autoritario y antidemocrático que no tolera la libertad de expresión y
persigue a sus críticos. El periodismo crítico, comprometido con el deber de informar a la ciudadanía,
estorba al poder político y económico, coludidos de forma corrupta para despojar y cometer
crímenes que sólo se pueden ejecutar bajo la condición del silencio y la opacidad. Ezequiel conocía
muy bien el juego de los poderosos pero no se dejaba vencer y resistía: alzaba la voz, tecleaba, hacía
transmisiones en vivo para sus redes sociales, un ejercicio periodístico guiado por el principio ético
de informar a la sociedad con la verdad, comprometido con la defensa del bien común. Las múltiples
mentiras, trampas y atropellos por parte de la empresa al compañero Ezequiel, fueron expuestas de
forma contundente en el reportaje firmado por el reconocido periodista Témoris Grecko bajo el
título “Compañero Ezequiel. Fallece periodista orillado a trabajar con secuelas del Covid”
(Eme|Equis, 30 de noviembre de 2020).

Por eso es que levantamos la voz y hacemos eco de lo que han exigido sus compañeros y
compañeras de la Red BCS de Periodistas quienes consideran que “la recaída del compañero tuvo
relación con conductas insensibles empresariales, de parte de su empleador, CPS Noticias, que no
permitió un reposo necesario o el trabajo desde casa”, por eso ellos advierten que se violentaron los
derechos laborales motivo por el cual insisten en hacer un llamado al Instituto Mexicano del Seguro
Social, a la Secretaría del Trabajo y Previsión Social del Gobierno Federal y a la Secretaría del Trabajo
y a Desarrollo Social de Baja California Sur a investigar las actuaciones de la empresa CPS Media
donde laboraba el compañero Ezequiel.


Hacemos nuestro el reclamo de Justicia por Ezequiel y apoyamos las peticiones concretas
que ha hecho la Red BCS de Periodistas:

Que las investigaciones se realicen con determinación y no con simulación, y que se
resuelva lo conducente sobre la actuación de la empresa.
Que la muerte de nuestro compañero no quede en el olvido y nos recuerde que las voces
críticas son indispensables en una sociedad democrática, y que paren los intentos y
actos de censura a las que estamos expuestos, periodistas y ciudadanos

Ezequiel ya no está con nosotros, pero hacer justicia a Ezequiel es que las autoridades
federales y estatales esclarezcan dos cosas: primero, las violaciones de sus derechos laborales antes,
durante y después de que enfermara de Covid-19 a causa del hostigamiento impuesto por la
empresa en la que laboraba por la imposición de una jornada de trabajo extenuante y una
disminución arbitraria de sus salarios que incrementó el grado de ansiedad y estrés laboral;
segundo, las violaciones de su derecho humano a la protección de la salud por la omisión sucesiva
de la incapacidad médica que deterioró gravemente su salud al punto que lo llevó a la muerte.

Fundamentamos lo anterior, apelando al espíritu del artículo 3º Bis de la Ley Federal del
Trabajo que a la letra dice: “Para efectos de esta Ley se entiende por: a) Hostigamiento, el ejercicio
del poder en una relación de subordinación real de la víctima frente al agresor en el ámbito laboral,
que se expresa en conductas verbales, físicas o ambas”. Aunque el derecho a la salud está
contemplado en el artículo 4º Constitucional, la poca credibilidad en las autoridades que no están
sensibilizadas en materia de Derechos Humanos desanima al trabajador a quejarse de los abusos
patronales, quienes, a conveniencia, aparentan cumplir con las incapacidades, sin contar la dignidad
del trabajador, su sentir y opinión, que es el espíritu del artículo citado que con gran contundencia
dice: “Toda persona tiene derecho a la protección de la salud. La ley definirá las bases y
modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y
las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción
XVI del artículo 73 de esta Constitución”, en este mismo sentido los artículos 473, 474 y 475 de la
Ley Federal del Trabajo tiene relación con el estado de salud de los trabajadores, por ejemplo el
último artículo que se cita dice a la letra: “Enfermedad de trabajo es todo estado patológico derivado
de la acción continuada de una causa que tenga su origen o motivo en el trabajo o en el medio en
que el trabajador se vea obligado a prestar sus servicios”.


Los daños colaterales post Covid-19 no son considerados por las instituciones de salud
pública, por eso no cumplimentan la incapacidad médica bajo el supuesto de que los pacientes de
Covid-19 ya superaron la enfermedad por el hecho de que salieron del hospital, pero esto no es así;
mientras que las autoridades laborales estatales y federales se lavan las manos ante estos hechos,
dejan a los trabajadores y trabajadoras en manos de la barbarie de la empresas capitalistas que
anteponen a la salud física y mental de su trabajadores y trabajadoras (como lo establece el artículo
4º), su obsesión por las ganancias y el beneficio económico, lo que es equiparable al hostigamiento
laboral como lo establece el artículo 3º Bis de la Ley Federal del Trabajo. Este fue el caso de Ezequiel.


La empresa capitalista donde trabajaba Ezequiel, CPS Media no puede seguir gozando de
impunidad y protección de las autoridades laborales y sanitarias federales y estatales. Esta
compañía redujo los salarios de la mayoría de sus trabajadores y trabajadoras entre un 25 y 50%
(llamando a estas reducciones “solidaridad con la empresa”), les impuso contratos leoninos donde
se fijaba un salario por tiempo y se les pagaba salario a destajo por nota producida, se fijaba una
jornada de 8 horas y se trabajaba una jornada mayor sin pago de horas extras; mientras que la salud
de sus trabajadores y trabajadoras ha quedado sin protección durante la pandemia.


CPS Media no es una pequeña o mediana empresa, es una corporación capitalista, una
especie de Holding, sus propietarios, sus accionistas y sus miembros del consejo de administración,
forman parte de un grupo capitalista de mayor alcance que tiene muchos intereses creados no sólo
en el sector de telecomunicaciones en la Paz, Los Cabos, Nayarit y Puerto Vallarta (TVMar, Radiante
FM, Tribuna de La Paz, Tribuna de Los Cabos), sino también en el sector inmobiliario y turístico, y
por lo tanto debe estar ligada al poder público para poder mantener la impunidad; se sabe por
ejemplo que el propietario Fernando González Corona que fue alcalde panista de Puerto Vallarta,
es también propietario, fundador y presidente de Tafer Hotels & Resorts y co-fundador y propietario
mayoritario de The Villa Groups; formó Villa Group Resorts y luego fundó Tafer Hotels & Resorts y
ha desarrollado además doce Resorts: cuatro en Puerto Vallarta, dos en Riviera Nayarit, tres en Cabo
San Lucas, uno en Cancún, un hotel boutique en la Biosfera de Sian Ka’an y un Resort junto al lago
en la Sierra Madre, además de tres resorts más en construcción en Los Cabos, Cancún y la Riviera
Maya.


A este poder se enfrentó Ezequiel junto a decenas de trabajadores y trabajadoras en La Paz,
Los Cabos, Vallarta y Nayarit, sólo que a Ezequiel le tocó la peor parte: acabó con su vida.
Cuando Ezequiel salió del hospital y se incorporó al trabajo ya sin la incapacidad que debió
haber otorgado el IMSS, en su desesperación escribió: “las secuelas que te deja el Covid es lo peor
del virus, estoy harto… Entre lo más recurrente es cansancio crónico, dolores de cabeza, falta de aire,
insomnio y dolor en el pecho. Y estoy experimentado depresión. Estos síntomas son terribles, desde
el martes me reincorpore al trabajo y a la vida con todo y las secuelas físicas y psicológicas” (4 de
octubre de 2020). En ese momento, Ezequiel debió haber estado en una situación de ansiedad y
angustia por tener que cumplir con su trabajo a pesar de las deterioradas condiciones de salud en
que se encontraba.

Sin Ezequiel, su mamá quedó en estado de indefensión. Precisamente esa era la preocupación
principal de Ezequiel cuando salió del hospital una vez “recuperado” de la Covid y nos compartió un
testimonio con sus propias palabras ya cansadas, algo que queda para siempre en nuestros
corazones:

“..uno de los doctores me dijo que era candidato a intubarme, pero me dijo que pues como era muy joven y no tengo ningún tipo de enfermedad crónica como diabetes, hipertensión, me dijo que me iba a tener en observación dos días y depende de cómo
evolucionara me iba a mandar al CRIT, lo cual para mí fue un alivio porque en cuanto llegué me pusieron en un camilla, me encapsularon, me pusieron suero, oxígeno y me pusieron una inyección en el estómago que duele mucho; también me dieron como ocho pastillas… y pues yo estaba muy asustado, realmente no sabía que iba a pasar
conmigo, tenía miedo de que me intubaran, tenía miedo… no sé si tenía miedo de morir, la verdad… si llegara a morir, me daba pendiente el sufrimiento que le iba a dejar a mi mamá, era lo único que me preocupaba, porque lo lógico es que los padres murieran primero que los hijos, y yo sabía que si yo moría primero, ella no iba a resistir, y tendría un dolor muy grande… Y bueno, superé los dos días en la clínica, afortunadamente no me intubaron, me mandaron al CRIT, en el CRIT un servicio buenísimo, una nueva camada de doctores, de enfermeros, de personal médico, todos haciendo su chamba, y ahí fue donde me recuperé… Y pues esa es la historia…” (11 de
octubre de 2020).

Unos días después de haber salido del hospital Ezequiel se preguntó:
¿Qué hace el gobierno y los hospitales de BCS para ayudar a los pacientes Covid cuando
regresan a casa?
¿Alguien que me diga si existe algún programa que ayude a la recuperación para
pacientes de la Covid-19 una vez que están en casa, además de las terapias
pulmonares? Están surgiendo problemas porque las secuelas no se curan de la noche a
la mañana, requieren de tiempo y es muy doloroso.
¿Qué pasa con aquellos empleados que tienen que regresar a trabajar y su condición
no les permite hacerlo? ¿Quién los está defendiendo ante el abuso de las empresas?
Los pacientes que han regresado a casa tras estar hospitalizados por fallas respiratorias
están lidiando con problemas físicos, neurológicos, cognitivos y emocionales, ¿quién los
está ateniendo? (16 de octubre de 2020).

Nunca tuvo respuesta, mientras su salud iba deteriorándose cada vez más y la desesperación
de Ezequiel era mayor, así lo deja ver en uno de sus últimos testimonios escritos:

Hola amigos. Buenas tardes… Como muchos saben estoy atravesando por lo que considero el peor momento de mi vida… Salí librado de la Covid-19 y la hospitalización, pero me quedaron secuelas que me están matando.
Los médicos del IMSS me dicen que las secuelas pueden tardar en desaparecer varios meses, de lo cual soy consciente pues se trata de una enfermedad nueva y ni ellos saben, pero por mientras no puedo trabajar y tengo que hacerlo, mi salud se está deteriorando cada día, requiero atención médica, el IMSS ya no me otorga incapacidad y tengo que trabajar, con todo y lo mal que me siento.
En mi desesperación acudo a ustedes porque pretendo ir con un médico especialista particular en enfermedades respiratorias, que me haga estudios para saber qué ocurre en mis pulmones, pero eso cuesta. Con un sólo paso me agito, me canso y siento que muero. Además desde hace dos días tengo un dolor torácico fuerte que aparece cuando
duermo puede ser de día o de noche.
Para ello requiero de apoyo económico, ojalá puedan donarme algo dentro de sus posibilidades. Gracias a todos de corazón…” (22 de octubre de 2020).

Reportero y periodista tenía que ser, y de los auténticos, de los que daban voz a los sin voz,
todavía tenía fuerzas para darnos su testimonio cuando sólo le quedaban tres semanas de vida:
“Hola amigos, hoy me dieron de alta luego de permanecer 12 días hospitalizado por secuelas de
covid-19. Continuaré con mi recuperación en casa, ya que aun dependo del oxígeno. Agradezco a
todos por su apoyo y mensajes de buenos deseos… Gracias de corazón y a mi ángel de la guarda,
Rosa Díaz, que no me soltó en este difícil momento…” (3 de noviembre de 2020).


Es muy doloroso traer a la memoria estos testimonios, pero es necesario, es la prueba
fehaciente de que en el caso de Ezequiel se violaron sus derechos laborales y su derecho humano a
la protección de la salud. No son necesarios testigos que prueben estas violaciones, como suelen
pedir las autoridades para condenar a las empresas capitalistas: él mismo con sus testimonios, es su
propio testigo y la mejor manera de probar que, en vida, fue víctima de una injusticia flagrante.


Hacemos un llamado a ciudadanas y ciudadanos a realizar un boicot a CPS Media y a las
empresas mediáticas y hoteleras filiales, a levantar la voz contra la injusticia sufrida por Ezequiel y
su familia, a demandar que las autoridades vigilen y cumplan con las garantías de ley para todas y
todos los trabajadores sudcalifornianos, a que las instituciones de salud públicas contemplen las
secuelas de la enfermedad por Covid-19, a que se realice una investigación judicial y laboral que le
ofrezca justicia a Ezequiel y a su familia, obligando a la empresa a reparar el daño y el cese del acoso
a su plantilla laboral con recortes y trampas administrativas que atentan contra sus derechos como
trabajadoras y trabajadores.

¡¡¡Hasta siempre, Ezequiel!!
¡¡¡Justicia para Ezequiel y su familia!!!
¡¡¡Justicia para los trabajadores y trabajadoras, ex trabajadores y ex trabajadoras de CPS Media!!!
¡¡¡Ezequiel Vive, la lucha sigue!!!

Colectivos del
CENTRO CULTURAL RICARDO FLORES MAGÓN
Centro de Investigaciones Sociales, Sindicales y Laborales, A.C.
Brigada Ricardo Flores Magón
Radio Zapatista Sudcaliforniana