Coordinó antologías como Cultura Contracultura, La Cresta de la ola, Charles Bukowski Revisited, de Juchitán a Los Angeles, Cultura de las drogas, entre otras. Propulsor literario y tertuliano por la legalización de las drogas. Pequeño monstruo amigable del que sólo unos cuantos muy cercanos conocían su verdadera edad. Un escritor cargando con el discurso de los márgenes, estuviese o no en el centro de las plazas

El periodista, escritor, editor de la revista Generación y promotor de una contracultura que llevaba dentro de sí y la desparramaba por donde andaba, falleció este lunes 7 de febrero. Desde el pasado 7 de enero el escritor solicitó el apoyo de sus amigos o lectores para financiar una prótesis luego de haber sufrido una fractura de cadera desde mediados de diciembre.

Rentería fue reportero cultural de El Universal (1984-1995), fundó en 1988 la revista contracultural Generación, columnista en diversas publicaciones periódicas como El Nacional, El Financiero, Milenio, Play Boy, Siempre!, Cáñamo España o Unomasuno.

Coordinó antologías como Cultura Contracultura, La Cresta de la ola, Charles Bukowski Revisited, de Juchitán a Los Angeles, Cultura de las drogas, entre otras. Propulsor literario y tertuliano por la legalización de las drogas. Pequeño monstruo amigable del que sólo unos cuantos muy cercanos conocían su verdadera edad. Un intelectual de la contracultura cargando con el discurso de los márgenes, estuviese o no en el centro de las plazas.

En una de las pocas visitas que hizo a Baja California Sur, presentó el 27 de septiembre de 2011, en la Universidad Autónoma de Baja California Sur, el número 85 de la revista Generación, titulado «En tiempos de barbarie: ¿filosofía para qué?».

«Lo que he hecho con la revista Generación en estos años ha sido divertirme, pues compensa lo complicado que resulta hacer una publicación de este tipo. La revista ha sobrevivido y se ha mantenido en un trabajo de la inmediatez y de lo cotidiano. Hacer esta revista es convivir con la gente», diría Carlos Martínez Rentería en aquella ocasión. Algunos –no todos– de quienes lo conocieron apenas de reojo, lo recordarán con cariño.