Rodrigo Rebolledo
Retrocedamos a 1940, cuando el Western Flyer navegaba rumbo al sur. ¿El destino? El Mar de Cortés en México. ¿Los clientes y la tripulación? El escritor estadounidense John Steinbeck (Las uvas de la ira, La perla, Bitácora del Mar de Cortés) y el biólogo marino Ed Ricketts. Cargados con frascos de vidrio y galones de formaldehído, la misión principal del viaje era clasificar y recolectar invertebrados marinos para la investigación científica. Según la Western Flyer Foundation, Steinbeck y Ricketts realizaron 24 recolecciones en 21 localidades durante su aventura de seis semanas, registrando más de 560 especies de invertebrados marinos y publicando la primera compilación de fauna invertebrada del Golfo de California.

El objetivo de la expedición Ricketts-Steinbeck no era ver cuántas especies podían encontrar ni cuántas especies no descritas podían descubrir (aunque descubrieron muchas). Se buscaba algo más amplio: lograr una idea general de la fauna, sus relaciones ecológicas con otras regiones y una visión de todo un ecosistema interconectado del Mar de Cortés.
Otro objetivo era escribir sobre la experiencia, lo que lograron en el clásico libro Bitácora del Mar de Cortés. El viaje fue la reacción de Steinbeck ante la fuerte controversia que generó su novela más conocida: Las uvas de la ira. Publicada el año anterior en 1939, la obra retrata crudamente los abusos en la agroindustria contra los campesinos californianos por parte de la clase alta. Con gran maestría, el libro expone cómo la organización del campesinado era reprimida con violencia inmediata y letal. Sus poderosas líneas luego le valdrían un Premio Nobel. Las líneas fueron adaptadas en los 90’s por Bruce Springsteen en una triste balada y luego reinterpretadas por Rage Against the Machine en un himno contra la opresión capitalista.
Steinbeck recibió amenazas de muerte, mientras las copias de la primera edición de Las uvas de la ira fueron quemadas públicamente por considerarse vinculadas al comunismo. Incluso el FBI de J. Edgar Hoover inició una investigación en su contra por sus ideologías. Calificado de drogadicto y comunista, Steinbeck se sintió tan afectado que llegó a declarar que su carrera como novelista había terminado. En ese contexto, la expedición a los mares mexicanos con Ed Ricketts surgió como una manera de escapar de la polémica y la funa norteamericana.

La Bitácora del Mar de Cortés es igualmente un texto crítico de la realidad, pero con un tono muy diferente. Lo que comienza como un diario de expedición pronto se convierte en un relato que no solo aborda el encuentro de Steinbeck con el mundo natural y la vida marina, sino que también se adentra en reflexiones sobre la naturaleza humana y la filosofía. Conforme el derrotero los lleva al puerto de ilusión, las entradas narran interacciones con la niñez en las calles de La Paz de los años 40, reflexiones sobre las flotas pesqueras insostenibles y la avaricia de la modernidad.
Descripciones detalladas de liebres de mar o de una poza de marea prístina se entrelazan con pensamientos sobre la filosofía oriental y la unidad cósmica, adelantándose en una o dos décadas a los beatniks y a los hippies que después popularizarían esos temas.

La Paz dejó una marca indeleble en Steinbeck. Su novela La perla, que anticipa su visión sobre la explotación y el extractivismo, retoma una conocida leyenda paceña sobre un pescador desafortunado que se ve en más problemas que bendiciones tras encontrar una perla de gran tamaño. La historia fue llevada a la pantalla de plata por Emilio “El Indio” Fernández quien dirige y actua en una de las obras fundamentales de la época dorada del cine mexicano.
De regreso a la actualidad. Casi 85 años después de su histórico viaje, el Western Flyer volverá a surcar las aguas del Mar de Cortés. Restaurado a su antiguo esplendor, este legendario barco sardinero convertido en laboratorio marino flotante zarpó de Monterey, California, el 16 de marzo pasado y se espera que llegue a La Paz el 13 de abril, marcando un emotivo regreso para una de las embarcaciones más famosas de la historia literaria y marina.
Su partida desde Monterey fue celebrada con un gran evento de despedida en el Muelle de los Pescadores, con música en vivo, un concurso de disfraces de la década de 1940, recorridos por el barco, actividades científicas y artísticas, y una escolta de botes de bomberos para su salida a las 3 PM. Ahora, mientras avanza hacia el sur, crece la expectativa por su llegada a La Paz.
La Fundación Western Flyer desea que la embarcación sea el barco insignia de una iniciativa para promover la investigación marina y la educación ambiental en las aguas que unen la región costera de las californias.
Fue un Viernes Santo cuando el Western Flyer llegó por primera vez a La Paz, y el próximo 13 de abril será recibido nuevamente con un evento inaugural que incluirá una ceremonia oficial, actividades científicas y artísticas, exhibiciones de socios, música y más. Será una oportunidad única para que locales y visitantes presencien un pedazo de historia flotante y celebren el espíritu de exploración y descubrimiento marino que trajo por primera vez al Western Flyer a estas aguas.
Ya seas amante de la literatura, la biología marina o simplemente del romanticismo del mar, presenciar su llegada a La Paz será un momento inolvidable.
