Mientras que por un lado se declara que Los Cabos y La Paz serán de las próximas ciudades del país que se queden sin agua, continúa la promoción de inversiones inmobiliarias turísticas y residenciales, en donde encalla perfectamente la «ultima opción» de implementar desaladoras.

Esta tecnología ya anunciada –¿advertida?– por el gobernador Víctor Castro Cosío, conlleva un sin fin de contras, a pesar de que tenga el pro de proporcionar agua al estado.

Esto se menciona ahora como preámbulo a las declaraciones de la presidenta ejecutiva de la Asociación de Hoteles, Lilzi Orcí, quien asegura que en los próximos 4 años se sumarán 1500 cuartos de hotel a los más de 18 mil 500 que hay ya en Los cabos.

Este incremento se debe al interés –dijo– de marcas inmobiliarias interesadas en implementar sus negocios en el municipio de Los Cabos, pero sólo, de momento, en el ramo turístico.

Y como si la inversión fuese agua corriente, Orcí expresa que las inmobiliarias han ido incrementando sus tentativas inversiones para traer «gran peso y renombre a Los Cabos», que por otra parte tiene serios problemas de agua.

«Vamos a tener el Four Seasons aquí en Los Cabos, tenemos uno en Cabo del este, este sería el segundo en el municipio y ese es un gran logro para Los Cabos, que viene también a reforzar el segmento de lujo». 

Este enfoque obedece a un tipo de turismo con necesidades específicas, en las que se pueden incluir innumerables vocablos de lujo, exclusividad, e incluso sostenibilidad, pese a que en los lugares a los que llegan no faltan los pobladores locales que ponen el grito en el cielo.