He leído en varias páginas de cine que esta película se trata de una expresión de narcisismo onanista. Y estoy de acuerdo en parte con ello pero debo decir que lo hacen como si eso fuese un detrimento de la película y agrego que hay miles de películas, posiciones políticas y marchas por los derechos de ciertos grupos que también tienen algo de narcisismo onanista. Como si uno no se masturbara siempre consigo mismo; es un pleonasmo el narcisismo onanista y sin embargo, se agradece que alguien tenga la intención de hablar de sí mismo pese a que lo que creen que se salva de la falla literaria sea que el autor se salga de su propia obra; eso es imposible.

De cualquier manera, será porque tenía mucho sin ver cine mexicano y me sigue pareciendo una impostura el decir «hijos de la chingada», «se los llevó la chingada», hasta hay una escena donde dicen «carajo». ¿De dónde serán esos mexicanos? Si acaso los he conocido en alguna discoteca pero andando demasiado mal para recordar sus caras pero lo suficientemente consciente para recordar sus perfumes.

En ese sentido creo dos cosas: o que está mal actuada, o que me parecen muy patéticas ciertas actuaciones sinceras en la película; una especie de visión desde cierto tipo de mexicano que puede lanzarse a hacer una película que lo refleje como director de cine y al mismo tiempo lo desnude como alguien que está en un pequeño estrecho trozo de «lo mexicano».

Desde mi punto de vista, a pesar de que me hicieran sentir incómodo ciertas actuaciones, en la misma película el director critica todo el tiempo esa posición. Los diálogos –no el script completo– parecen una de esas obras literarias que pueden leerse, pero que al leerse en voz alta suenan ridículas.

Y aun así, se ve sostenida esa manera de dialogar por una propuesta de cine del género fantástico que podría ser muy aburrida, como muchas series y películas y como muchas cosas de la vida día a día.

Después de unos cuantos párrafos sigo creyendo que hay que tener ciertas agallas para escribir o filmar sobre sí mismo de una manera ficcional, y al mismo tiempo estarse satirizando sobre la propia obra. «Ya estoy cansado de hacer lo que no siento» dice, o algo parecido.

Hay un momento en que me pareció falsa, postureo total, malas actuaciones, diálogos de Juan Rulfo llevados al cine, pero da un poco igual. No será la gran película pero creo que a partir de ella otros podrán atreverse a ser honestos consigo mismos para exponerles a los demás un monstruo que quieren que los demás vean. No obstante, un monstruo interior nunca se muestra como realmente lo sentimos, ya sea escritura, música, cine, etc. Siempre lleva sus cuidados que lo hacen parecer más sutil o más horrendo.

Me ha gustado. Pese a que sentí esa aberración por la pronunciación de ciertas frases groseras que debían haber parecido como de barrio. Y que para escucharlas sólo hace falta salir a la calle, o quedarse bebiendo en casa con alguien y que en la película se ven cubiertas por el aun no superado tono de Amores Perros.

Desde las estancias en Estados Unidos hasta las de Hernán Cortés, no está mal, sólo que creo que uno no se siente propio porque viene auquello de una familia reconocida por sí misma como adornada por ciertas oportunidades que no todos tienen.

La verdad es que me importa poco. Me pareció bien la estructura, malas las actuaciones, pero bueno el ir caminando por aquí y por allá y sin embargo parece un ensayo, algo que debería volver a grabarse con mejores actores pero a fin de cuentas un desastre, un desastre que está bien de ver; un desastre voluntario en el argumento, y muchos baches en otras cuestiones que al menos para mí no tienen tanta importancia como decir: bueno, fue él mismo, según él fue él mismo. Pero nadie es siempre uno mismo, ni siquiera con uno mismo.