Antiformas:
Por nuestras viudas / Punk n´roll
SR/ @El ojo de la Görgöna
Si morimos, moriremos como soles: despidiendo luz.
Ricardo Flores Magón
¿Cómo podríamos comenzar a romper la aparente distancia entre música y conflicto, entre la creación y la lucha por la libertad? La música es la realización en la vida de la poética de la libertad, aunque solo sea por un instante, supone la curvatura capaz de reventar las grietas del mundo ordinario.
La música de Por nuestras viudas, es el conflicto con la sociedad de clases: la consciencia de que estamos condenadxs a luchar, y al mismo tiempo la celebración de asistir a dicha colisión. La continuidad del tiempo de la dominación se sostiene de la contradicción capital-trabajo, mientras se resuelve la cita para la abolición de la sociedad de clases, nos dicen: hay que abrir espacio para divertirnos.
Julián sostiene su guitarra a dos amplificadores, para ellos la música no es una prótesis, se ha vuelto condición vital. Luisman también se sostiene vitalmente a la fórmula de los dos amplificadores. Una estrategia que recuerda a la sierra maestra.
Roberto, Julián, Luisman y Elohim, forman este universo, un regreso a la raíz, y al mismo tiempo la supresión de todas las determinaciones y los límites que antes parecían inabarcables, mientras nos recuerdan que policía y punk son conceptos antagónicos. Una constelación que nos permita reflexionar sobre la composición histórica de Por nuestras viudas, pasaría necesariamente por la comprensión de un vínculo básico para la escena, cuyo cisma sostiene su propia superación: Sus miembros sostienen la escena, hace aproximadamente 20 años, y han pasado por varias agrupaciones.

Truena la guitarra y tras ella en una infatigable aleación de fuerza, gasolina y velocidad, la batería de Elohim. El bajo apuntala y eleva el golpe: la estocada final aparece en el grito y la palabra de Roberto: como puños sobre los muros que resguardan la violencia burocrática, en un tiempo administrado por celadores que replican la vieja trampa: convertir todo en objeto, pues esto es el paso previo de la esclavitud generalizada. La banda no ostenta la música, la sustrae del mundo de las cosas porque igual que la libertad no se negocia, la música se atraviesa y se habita: Marrazo tras marrazo.
Y si, las derrotas nos liberan de la síntesis entre subjetividad y dominio, somos vencidxs, porque detrás de nosotrxs hay lucha, esto nos constituye:
“Desde que celebro mis derrotas a mi habitación entra más luz…”
La poesía de Por nuestras viudas, alimenta nuestro retorno a la hoguera. Su música plantea una crítica a la linealidad, nos permite reflexionar sobre la posibilidad: comprender la música como un lugar de conocimiento. La experiencia estética nos sustrae de la integración, se enfrenta a la reproducción de la materialidad de un mundo que experimentamos como negación de la vida.

Tienen tres álbumes publicados, De putas y alcohol, Cambia y Acelera, y Nada nos puede detener Vol. 1 (entre el bien y el bar) En el caso del último álbum, realizaron una apuesta poco común: una presentación que fue al mismo tiempo la incorporación en directo de más temas de los que incluía el álbum en un primer momento: ese concierto titulado: más allá del bien y el bar, celebrado en 2023.
Aquí la música es también la lucha por sostener la historia de la calle. La consciencia de que nuestra constante expulsión de la historia sucede al mismo tiempo que se niegan nuestras vidas. La banda nos dice:
“Contamos historias de la calle porque la habitamos, la hemos visto desde el autobús atravesando la ciudad, en primera persona.”
La música es un lugar de conocimiento. La historia de la calle constituye a la música de Por nuestras viudas, mientras nos ofrecen lo siguiente:
“La música y la calle son nuestra aproximación a la filosofía.”
Queríamos sustraer este ejercicio del formato tradicional de una entrevista, no obstante, fue difícil no pasar por un lugar común, la pregunta por el nombre de la banda suscitó una comprensión todavía más profunda y honesta de la propuesta:
“Cuando te comprometes vitalmente con algo suele decirse: “estoy casadx con esa idea.” Entonces, si morimos o perdemos la batalla, la idea permanece, pero se ha vuelto viuda, esas son nuestras viudas, que son también la rememoración de quienes estuvieron en la lucha antes que nosotrxs.”

Es imposible no volver a las tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin, quien nos dice:
“Si hay una generación que debe saberlo, esa es la nuestra: lo que podemos esperar de los que vendrán, no es que nos agradezcan por nuestras grandes acciones, sino que se acuerden de nosotros, que fuimos abatidos.” (Benjamin, 2008:49)[1]
Otras traducciones ponen lo siguiente: “No pedimos a quienes vendrán después de nosotros la gratitud por nuestras victorias sino la rememoración de nuestras derrotas.” Esto es la organización del pesimismo. Por nuestras viudas, nos ofrece un horizonte reflexivo que propone la comprensión de la derrota como inicio para el incendio: El pensamiento no muere: asiste a lxs que vendrán.

Luisman, se recarga en Sartre: estamos condenados a ser libres, “siempre nos vamos a quejar”. Buena parte del fondo reflexivo que sostiene a la propuesta estética de la banda, se basa en la amistad. La amistad es una huella indeleble de la calle y de la inquietud: la música como aquello que nos permite comprender todo lo que es imposible abarcar de manera inmediata. Nos llevará una vida, o dos.
“Yo también quiero tocar” Recuerda Julián, como se sentía el fuego que lo arrojo a la música. Las canciones regularmente son compuestas por Roberto y Julián, quienes realizan una maqueta a la que se suma la creatividad de Elohim y Luisman, esto último, termina por elevar la música, cada canción es un proceso singular, pero comparten esta condición básica: se construye una maqueta que posteriormente se vuelve de creación colectiva, sin que esto último implique el sacrificio de la individualidad de quienes componen la agrupación.
La música, como la escritura es un accidente, nos estrellamos con ella. Roberto nos dice:
“Encontrar la melodía es como deshilar un suéter, una vez se inicia… tarareo y escribo muchas veces en la calle, en el trabajo.”
La música es un acontecimiento. Nos atraviesa. La canción traerá consigo un nombre propio, en su singularidad nos opone imágenes, esto es pintar una canción. La vida cotidiana encuentra su límite absoluto aquí, donde el fuego atraviesa la necesidad de realizar la experiencia y la poesía en la vida: música y libertad ¿Cómo dilatar esta experiencia para vivir en la música? Una canción: “Esta y otras tonterías: dame un lugar donde caer.” Sostiene la potencia para la afirmación de la vida, que surge de la desolación:
“Hace tiempo que perdí la dirección, no sé dónde estoy, no sé a dónde voy, tome el mismo rumbo que llevaba el sol, borrando las fronteras, librando siempre guerras. Dónde caer, donde soñar, dónde vivir, dónde volar, quiero estar donde tu estas…”
Una breve deriva personal: Los procesos no son lineales: Voluntad de hierro es una canción que agradezco mucho, me acompañó en un momento sumamente difícil y desde entonces vuelvo constantemente a ella. Comprendí aquella noche, en conversación con la banda, que el motivo es estar en la lucha, no importa ganar, tampoco perder. Sustraernos de la desolación es habitar la lucha.
El próximo álbum de la banda se encuentra en proceso, aunque ya bastante avanzado, se enfrentan a las dificultades materiales que la autogestión impone, así como a la falta de tiempo para las grabaciones.
La fórmula para la composición puede iniciarse de la siguiente manera: “lograr la base y luego componer los arreglos, pero los arreglos se componen una vez que la base esta lista.”
Lo que se sospecha: una canción nunca es la misma, entre una y otra actuación se transforma, es una dilatación temporal, nos sustrae del tiempo ordinario, de una vida integrada al imperativo civilizatorio de la obediencia.
Buena parte de este proceso se hace posible en el fuego: componer al momento e intentar atrapar las imágenes del acontecimiento: la técnica no abre el mismo espacio que la furia. Mantener un sonido Punk y sonar bien. Hacer música. Nos dicen:
“Buscar nuestro sonido, es comprender que la música está viva. El punk te golpea en el cerebro, no te incendia sólo el corazón sino también el pensamiento.”
La amistad y el punk parecen abrir posibilidad, allí donde nos encontramos siempre hay maneras de volver a empezar…
¡Nada los puede detener!
*Toda la música de Por nuestras viudas se encuentra disponible en plataformas digitales.
Gracias a Por nuestras viudas por la confianza, por todo.
[1] Walter Benjamin, 2008. tesis sobre el concepto de historia. ITACA. México
Son una banda con mucho ritmo y profundidad en sus letras, se les admira de corazón y se les quiere!!!, soy fiel seguidora de su musica en Spotify. Abrazo grande y vamos con todo por ese próximo álbum.