Me tiene que valer totalmente verga contigo, me vas a doler y te voy a doler, esto se alcanza a ver desde más de 9 mil kilómetros y no es para echarse atrás pero el imperio ruso se deja ver sobre nosotros con todo su armamento. Me tiene que valer totalmente verga contigo porque no hay otra manera de servir platillos tan finos a los momentos del destino que con esta actitud de kamikaze o de quien lleva en sí amarrada la dinamita al pecho para destruirse en un solo acto que considera vivible.

Un acto lleno de fragmentos divisibles infinitamente como el proceso de los mensajeros que predijo Kafka, atiborrado de papeles y tinta de máquinas de escribir mientras pensaba en la transformación que los editores franceses convirtieron en metamorfosis.

Me tiene que, te tiene que, nos tiene que, pese a que sabemos desde hace 7 siglos de este monumento imposible de nuestros gestos que 7 siglos después pueden observarse mutuamente con la espiga de un trigo truculento de lo imposible.

Nos tiene que, porque si no nos tiene, no nos tenemos, y si no nos tenemos, esto no sería el pantano de fertilidades color oscuro plomo de cada una de nuestras pláticas, de cada uno de nuestros mensajes que se presentan, no obstante, con el brillo coloroso de los placeres bienvenidos que tiene la vida para todos sus seres.

Estoy cansado a veces, de tanta de tanta, tanta, tanta cosa linda que de vez en cuando se mete entre mis sueños como un relato de advertencia. Imposible lo que nos rodea, lo que está debajo de nuestros pies y lo que llueve sobre nuestros peinados. Y posible este encontronazo cotidiano con la alegría de seguirnos conociendo.

Uuuuum, corazón formado de pulpos que por accidente lamieron coral alucinógeno; corazón el otro de almejas chocolatas que por accidente segregan la baba lenta luego de haber caído en sus lenguas una pizca de arena blanca, que brillará como perla, esféricamente belleza que para mí vale mucho menos que un limón y una salsa huichol compartida contigo, aunque al día siguiente nos sintamos como dos monstruosos insectos luego de una terrible pesadilla.