Alekz Aguilla

Este 9 de junio vimos como en el portal de la Secretaría de Turismo y Economía del estado, así como en la plataforma de noticias de la empresa Airbnb, se presumió un acuerdo realizado durante la Cumbre de las Américas celebrada en California, que en palabras de la Secretaria Maribell Collins busca “atraer viajeros que quieran hacer de Baja California Sur su hogar temporal, mientras trabajan y viajan por todo el estado”, medida que lamentablemente promueve la gentrificación y el desplazamiento urbano.

Primeramente, hay que hacer énfasis en que esta estrategia privilegia en gran medida a esta empresa que el día de hoy está prohibida en ciudades como París, Barcelona, Amsterdam, Miami o Santa Mónica; y la razón es muy simple: pone a la vivienda como objeto capitalista para la generación de dinero especialmente para grandes inmobiliarios, sin que realmente provoque una derrama económica local como lo manifiestan las autoridades.

Es importante conocer el colapso económico que Airbnb ha traído no solamente en estas ciudades en las que está prohibido, sino también en otras urbes que regulan fuertemente su uso como Berlín, Londres, Nueva York o San Francisco. Ya que las consecuencias son el cierre de muchos negocios locales como lo son las tienditas o incluso la discriminación a población local, ya que estos nómadas digitales no suelen comprar en estos abastecimientos y suelen buscar más los cafés o restaurantes, y si bien se podría pensar que esto es una buena medida para la economía local, la evidencia de otras latitudes han demostrado que no, te lo explico.

Precisamente el que comiencen a proliferar estos espacios de vivienda, y que a la par impulsen el crecimiento de negocios enfocados a atender a estxs turistas, provoca el encarecimiento de la vida para quienes no tienen la capacidad económica para comer todos los días en un restaurante -como lo son la gran mayoría de quienes sostienen la economía paceña-, una fórmula que en México se puede observar en el corredor Roma-Condesa de la Ciudad de México y que empieza a mermar en otras colonias que todavía se consideran populares como Santa María de la Ribera.

Asimismo, esto es una invitación abierta para que los inmobiliarios acaparen la vivienda y sea imposible para la población local acceder a rentas justas, y es que precisamente quien escribe, fue desplazado de su departamento en el corazón del centro porque el edificio se convirtió en alojamiento para esta plataforma, y a dos meses de búsqueda, ha sido imposible encontrar una alternativa al mismo precio y con las mismas condiciones. Y es que el problema reside en que justamente no existe una regulación de la renta por parte del estado o el municipio, lo cual provocará que el centro de la ciudad se convierta en un espacio para personas extranjeras que ganan en dólares o euros; lo cual acentúa el problema de arraigo, ya en realidad esta población flotante no se apropia de los barrios, aumentando así la inseguridad y la falta de un tejido social que cuide y vigile el territorio del corazón de las ciudades.

Así pues, es importante decir que el rechazo a estas medidas no son producto de la xenofobia, sino de la gentrificación, proceso que está siendo alentado ante la turistificación de La Paz; estrategia bien planteada por el gobierno panista anterior, pero que está siendo reforzada por Collins y el gobernador Víctor Castro; que son incapaces de incluir a quienes sufren de las problemáticas de desigualdad urbana en la elaboración de políticas públicas, y ahora tenemos en puerta una tan neoliberal como ésta, que además está poniendo a La Paz como el nuevo destino para las personas que están huyendo de Tulum -donde la turistificación elevó de manera alarmante la presencia del crimen organizado- encuentren un refugio que en aras del falso mito de la derrama económica venga a acabar con las dinámicas sociales de la capital estatal.

Puntos clave para formar su propio criterio son que estxs nómadas, con importantes ingresos económicos, es que no pagan impuestos como el ISR y se limitan al pago del IVA -impulsando muy poco a la recaudación para un gobierno que se dice ser progresista-; así como que las ciudades que por tantos años han estado viviendo la turistificación de la mano de Airbnb, han ido aprendiendo a que este modelo debe ser regulado y hasta prohibido.

Así que vale preguntarnos, realmente para quién es esta ciudad; si quienes verdaderamente la sostenemos económicamente, no podemos acceder a una renta justa y digna, sin la más mínima preocupación del estado y dejándole todo al mercado.