A tres semanas de que, por decreto del Comité de Protección Civil se indicó el cierre total de las playas del municipio de La Paz, la ciudadanía comparte con enfado las imágenes de embarcaciones y empresa que, por una módica suma ofrecen viajes de placer a las playas vacías que protege la autoridad municipal solo a través de sus caminos.

 “Íbamos rumbo a Calerita y en el retén que está a la altura de Balandra una oficial nos informó amablemente que sí podemos pasar, pero ir al restaurant. Nos advirtió que no podemos entrar al mar ni ir a la playa que si iban y nos encontraban en la playa nos decomisarían el auto”, relata una usuaria del grupo “Playas para tod@s” en Facebook donde los paceños denuncian diversas formas de privatización de las playas locales.

“Belleza de normas anticovid, puedes estar en un restaurante con muchas personas, pero no en la playa”, opinan los usuarios que comparten fotos de diversas empresas que gozan de la ventaja del monopolio de la arena, el sol y el mar.

“Los gobiernos locales están aprovechándose de la pandemia para privatizar la playa”, soltó otra ciudadana en redes sociales.

Y de alguna manera esto es cierto “si puedes pagar un viaje a la isla si puedes gozar de la playa y el mar”, recomendó otro compartiendo el anuncio de un emprendedor que ofrece viajes a Balandra por 800 pesos por persona quien dice gozar de todos los permisos.

La Red de Observadores Ciudadano que se dedica de manera continua a monitorear el manejo apropiado de las áreas naturales de Balandra e Isla Espíritu Santo compartió una decena de fotografías donde se pueden ver a embarcaciones registradas para la prestación de servicios, dándole la vuelta al problema y desembarcando a sus clientes en la playa privada de Balandra, que ahora luce mejor sin tantos visitantes.

Solo falta una búsqueda del término “Balandra” en Instagram para notar que las historias de muchos sí incluyen sol, playa y desacato.

“Si quieres, puedes pagar cinco mil pesos por la playa secreta de El Tesoro” recomendó un tercero quien aseguró que la playa cerrada para el público sigue abierta, para quien pague una módica suma.

Al respecto, los prestadores de servicios turísticos aseguran que tienen los permisos federales para salir en viajes de placer sin que el cierre de playas les afecte y que en sus viajes jamás se desembarca en la playa.

Al respecto Susana Rubio, directora de ZOFEMAT en el municipio de La Paz, quien en la última sesión de protección civil aseguró que no tiene personal ni capacidad para evitar que todos los paceños usen los cientos de kilómetros de playa que ofrece el municipio de La Paz confirmó que, más allá de la línea de playa, la dependencia no tiene jurisdicción.