Foto Alejandro Peña

En el Litoral

Alfredo Zuloaga González

La historia y las luchas la escriben los pueblos, pero hay ocasiones que a falsables conveniencias lo redactan los gobiernos. Es por eso que cuando se toca el tema sobre el asunto de las ciudades, una administración cursante de cada época no puede echarse flores a sí misma. Por otro lado, la opinión pública y la crítica “diplomática” <<que sirve para nuevas construcciones>>, deben ser aceptadas por aquellos que como todos nosotros, tienen aciertos y errores.

Así, en el mismo orden de ideas, para algunos que están al “servicio de la población” se les es más fácil instruir a la censura, o del mismo modo y parecido, cortar de tajo una relación entre ellos y la expresión social, en donde esta última tiene gran relevancia en los principales derechos humanos, y que tiene como primer plano el recolectar, analizar o sintetizar <<en algunos casos>> información que dejará marcada una época, efecto que después servirá para mantener encendido el auge de cultura y desarrollo de un tiempo, dándoles identidad a los pueblos. Es por eso su importancia.

A progresión de tema, cuando hablamos de preservación nos referimos al acto de resguardar, de mantener algo o a alguien que esté a expuestas de un peligro, o un daño que pueda ser catastrófico e irreversible en cualquier circunstancia. En ese sentido entra el cuidado de las especies en peligro de extinción, las floras, las zonas ecológicas y patrimoniales de cada nación.  Por ello, tenemos un gran deber como habitantes del mundo, el proteger a toda costa esas zonas que sirven para el deguste de locales y extranjeros.

 Esto nos entró de análisis hace unos días que recibí un “link” por parte de mi buen amigo Enrique Fiol, oriundo de las Cuevas, B.C.S. Era una noticia como las que acostumbra a mandarme en las mañanas. En susodicha información se expresaba sobre un proyecto que se está queriendo llevar a cabo en unas de las playas más significativas para los sudcalifornianos. El proyecto “KUNI”, que pretende anteponerse a cargo de la empresa Maravía S.A. de C.V. que busca reabrir sus trámites para la construcción de propiedades alrededor de un complejo hotelero, acción que repercutirá significativamente en la zona ecológica en la flora y fauna de la vida marina. 

Es verdad que de unos años para acá, en BCS se haya notado el incremento de la urbanización inmensurablemente, y que se haya experimentado un gran porcentaje en el crecimiento  de la infraestructura, de igual manera en su tasa demográfica. Ahora bien, de los sudcalifornianos es sabido de que somos serviciales, nos gusta ser buenos anfitriones con el turismo, y aunque Baja California Sur se considera un Estado turístico, “no vive del turismo, sino de sus riquezas naturales”<<Salvo aquellos que se brincan la ley>>. De sus limpias y tranquilas playas, sus zonas arqueológicas que casualmente colindan con las serranías, o simplemente de lo afrodisiaco de su gastronomía. ¡Por ahí es por donde se debe hacer! Por otro lado se le hace un llamado a la población sudcaliforniana de estar atentos y dar seguimiento a estas acciones.

 En contexto más ameno, se ha visto por las redes que la participación de la juventud dentro de las cuestiones sociales se mira enérgica y con gran entusiasmo. Esto se alcanza a apreciar en todos los ámbitos, tanto laborales, culturales, políticos y deportivos. Esa es la energía que ocupan las ciudades, ya que la juventud es la que se encarga de comparar los hechos pasados y reflexionar en el análisis para darle pauta a la formación de nuevas ideas, técnicas y métodos, libres de pensamiento, así como lo expresó alguna vez Galeano: “Libres son aquellos que crean, y no los que copian”, a palabras más y menos, quien no se manda solo, a alguien le ha de hacer caso.

Es por eso que hoy, le apuesto a los jóvenes, a su entrega y su constante disciplina para sobrellevar su pasión a un nivel que brinde un beneficio en pro del servicio para todo aquel que lo requiera. ¡Un saludo fraterno y el éxito para todos!