Carbon Streaming Corp anunció que comenzará una estrategia para crear bonos de carbono azul con 22 mil hectáreas de manglares y 137 mil hectáreas de ecosistemas marinos en Bahía Magdalena. La idea será convertir en conservación de ecosistemas para conseguir crédito internacional por medio de la captura de dióxido de carbono frente al cambio climático.

La estrategia proviene de REDD Azul, un instrumento del sistema financiero, algo parecido a lo que sucedió con REDD y los bonos de carbono para proteger bosques, Esta empresa pretende inyectar seis millones de dólares en su proyecto de conservación y producción de carbono azul “MarVivo” en Bahía Magdalena en la costa del Pacífico sudcaliforniano.

Todo suena muy bien hasta que, como pasó con los bosques, se trata de especular por parte de corporativos que contaminan, es decir,  “es un mecanismo que permite a Gobiernos u organismos intergubernamentales como la Comisión Europea distribuir licencias para contaminar (o ‘permisos de emisión’) entre las grandes industrias. En lugar de cambiar su comportamiento, la industria contaminante puede después negociar estos permisos con otra que podría realizar cambios ‘equivalentes’ de forma más barata”, según se lee en el libro El mercado de emisiones: cómo funciona y por qué fracasa.

El proyecto anunciado recientemente a través de la oficina de relaciones públicas de la corporación, estaría enfocado en la conservación de bosques de manglares y hábitats marinos en la región sur de la península y podría ser uno de los más grandes sistemas de conservación en el mundo el cual plantea acreditar la captura de 26 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono equivalente en un periodo de 30 años.

MarVivo pretende conservar 22 mil hectáreas de manglares y 137 mil hectáreas de ecosistemas marinos en Bahía Magdalena en la parte norte del estado para generar bonos de carbono azul. La iniciativa MarVivo pretende reforestar espacios donde los manglares fueron destruidos para permitir granjas de camarón.

La empresa de Justin Chochrane informa que pretende invertir una suma de hasta 6 millones de dólares (119.3 millones de pesos) con una inversión inicial de 2 millones de dólares (39.7 millones de pesos), que seguirán de pagos de un millón de dólares a partir de ciertas metas.

A cambio la corporación Carbon Streaming conseguiría el derecho a 200 mil créditos verdes, o el 20% de los créditos de carbono verificados por generaría el proyecto, si llegan a ser mucho mayores.

 ¿Carbono azul? La financiarización de la conservación  ambiental

Se le llama carbono azul al carbono capturado por los ecosistemas oceánicos costeros del mundo, principalmente manglares, marismas salinas, pantanos, praderas marinas, turberas y potencialmente macroalgas

Un crédito de carbono es un certificado que representa el derecho a emitir una tonelada de dióxido de carbono o su equivalente en otros gases de invernadero.

El mercado del carbono es un componente de los intentos internacionales para mitigar el crecimiento de concentraciones de gases de invernadero. Un crédito de carbono es equivalente a una tonelada de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero. El comercio de carbono es la aplicación de las emisiones a un enfoque comercial. Se estima un tope a emisiones de gases y luego se usa de la dinámica del mercado financiero para asignar emisiones a un grupo de fuentes reguladas como la iniciativa anunciada por Carbon Streaming. Es decir, otorga crédito a terceros para poder contaminar a cambio de lo que se captura en carbono en el proyecto.

Con este acuerdo, la compañía se reserva el derecho de la venta del 40% de las ganancias totales de la venta de los créditos de carbono provistos por el proyecto de conservación MarVivo. La duración del proyecto a 30 años espera rendir sus primeros créditos a partir del 2023.

Foto: Marco Mejía