En respuesta a la presión ciudadana y de los medios de comunicación que denunciaron la contaminación que acarrea su presencia en la bahía de La Paz, Arturo Musi Ganem de la Asociación de Cruceros de México informó que los megacruceros estacionados en la bahía se van a buscar otros puertos luego de que llegaron en febrero buscando refugio por la crisis sanitaria..

Entrevistado por Elías Medina para el diario de mayor circulación del estado, Musi Ganem, promotor principal de las actividades del mega turismo náutico en el país confirmó que solo tres embarcaciones permanecen en la bahía mientras buscan puertos de atraque que los últimos cruceros se van en agosto y la mayoría ya zarpó rumbo a Vallarta unos y Ensenada otros.

La decisión, comunicó fue de las propias empresas Royal Cruises y Holland America, que usaron como puerto de refugio La Paz para permanecer sin pasajeros pero operando sus turbinas para distintas operaciones de mantenimiento.

Aunque hubo intentos de reactivar sus operaciones regulares, un nuevo brote en un crucero que zarpó de Miami dio marcha atrás a las intenciones de reactivación provocando la continuación de la caída progresiva de las acciones de las empresas de megacruceros a nivel mundial.

A pesar de ello, los cruceros ya se van de la Bahía de La Paz donde permanecían fondeados por cinco meses en los que activistas ambientales que destacaron el riesgo que representa la presencia de estas mega embarcaciones para el turismo de aventura, en particular para el avistamiento de tiburón ballena, una especie cuyo aprovechamiento sustentable está protegido por la leyes mexicanas..

El movimiento anti cruceros denunció recibido multas sin precedente por contaminar los océanos y denunciaron en el contexto del fondeo de hasta 10 embarcaciones en un momento, las intenciones del gobierno del estado saliente de concursar una terminal de megacruceros para su construcción en el siguiente ciclo contra la cual una ciudadana ya recurrió al amparo constitucional.

Los ambientalistas habían ya denunciado las acciones de estas compañías en México bajo la etiqueta de ‘dumping’ o vertido ecológico que es la práctica donde se eligen gobiernos con regulaciones menos estrictas en materia ambiental para realizar actividades contaminantes que serían sancionadas en el primer mundo.