Por Octavio Escalante

Un grupo de pescadores furtivos fueron cazados por elementos de Seguridad Pública de Los Cabos, advertidos y confiscados sus instrumentos de pesca, pues se encontraban realizando esta preciosa arte en un área natural protegida, es decir el Estero de San José del Cabo, cuya belleza se ha intentado conservar con una serie de restricciones.

Una de esas restricciones es la pesca. Así como alimentar a los animales que ahí podrían apreciarse, o la extracción de plantas, o de madera, y habrá algunos que hasta arena se habrían querido llevar de ahí.

En este caso, al grupo de pescadores se les exhortó a que evitaran la pesca –a sabiendas de las multas– y en el momento se les recogió sus artefactos para tal objetivo.

Todo pasó en la noche. No se especifica si los pescadores se habían metido con arpón y lámpara, si estaban tirando tarraya o si estaban tirando piola con un comprensible balde a un lado lleno de botes de cerveza entre hielos. Como sea, el acto se considera una falta administrativa.

Sólo como paréntesis: el estero en cuestión es hábitat de especies endémicas de Baja California Sur, área natural protegida de alta importancia para la conservación, por lo que si había algún listo –qu no faltan– ya no hubo oportunidad ni de mostrar una Manifestación de Impacto Ambiental para justificar una de las posibles formas en las que se informó que pescaban en dicho sitio.

Por ser hipotético, no se ha confirmado tampoco la existencia del balde lleno de hielo y botes; ni que se haya tenido que efectuar algún acto de violencia institucional, pues no hubo resistencia por parte de los pescadores, quienes se quedarán sin discada de cabrillas fritas a menos que acudan a un lugar de pesca libre.