El 25 de julio, el buque japonés, el MV Wakashio, encalló en un arrecife de coral frente a la costa de Mauricio, una pequeña nación insular perteneciente al continente africano. El carguero transportaba combustible, y en poco tiempo comenzó a derramar toneladas de petróleo en el océano Índico. 

Según informaron medios internacionales, se cree que el barco contenía 4000 toneladas de petróleo a bordo. La situación empeoró la semana pasada cuando el casco del barco comenzó a romperse y toneladas se filtraron a las aguas circundantes, provocando el derrame más devastador en la historia de Mauricio.

Los grupos ambientalistas han dado la voz de alarma ante el desastre ecológico. “Miles de especies corren el riesgo de ahogarse en un mar de contaminación, con nefastas consecuencias para la economía, la seguridad alimentaria y la salud de Mauricio” , advirtió Greenpeace África.

Las autoridades mauricianas han declarado el estado de emergencia y llevan días luchando para crear barreras absorbentes en un intento de contener el derrame apoyándose en organizaciones no gubernamentales y voluntarios. 

Los ciudadanos de Mauricio se han volcado a ayudar a su comunidad. Una de sus estrategias ha sido donar su cabello en las peluquerías locales para crear “oil booms” caseros, una especie de tubos que flotan en el agua que “acorralan” el combustible, hechos con hojas de caña de azúcar, paja, medias y pelo humano, que han demostrado su eficiencia en derrames de combustible.

Un kilogramo de pelo humano puede llegar a absorber 8 litros de petróleo debido a su carácter lipofílico (es decir, es capaz de atraer las grasas y/o aceites) y no agua.

Fotos: Maxar Technologies