SR – @El ojo de la Gorgona – @HellsonShows

Concierto de Los Viejos en La Paz, Baja California Sur

18/octubre/2025

La música tiene un pulso capaz de agrietar los muros del mundo administrado. Desde temprano, sobre las cinco de la tarde, comenzaba la conspiración: en la banqueta del Underground Bar, se posaba la fuerza como afirmación cósmica de la vida: las bandas escuchándose entre sí, esperando constelarse a la prueba de sonido. Los Viejos ponían el listón.

Más tarde, el rumor de una brisa ligera acariciaba la calle. La tensión antes del incendio, se mecía como las hojas del otoño en picada. Las tenues luces de casa nos asisten, el calor de una noche que se abre a lo imposible.

Las voces fundidas colectivamente, la multitud se sentía como un abrazo cálido. Lxs amigxs, la familia…

Knull abre el primer asalto: una patada en la puerta, nos falta el aire porque su música atraviesa el lugar de una vez y para siempre. De un momento a otro, el peso contrae el escenario, los muros, los cuerpos. El tiempo abierto al desastre, una anticipación de la abolición de la gravedad.

Por los costados, las manos se enredan en el apoyo mutuo y la posibilidad como potencia de supresión de cualquier forma de esclavitud. La música nos sostiene.

Le Paranoise, se abre el segundo asalto. Oscilaciones, velocidad y cuchillos. El perfecto cruce entre precisión y agresividad. La furia atraviesa las comisuras de música y palabra, una elaboración crítica que se arroja como negación de toda la negatividad que sostiene a la realidad: la desaparición como ausencia absoluta. La banda es capaz de poner de relieve los costados ocultos de la simulación.

Por todas partes, se derrama energía y luz. A la mirada le cuesta sostener su relación con la realidad. La música es el pulso que sostiene a la afirmación radical de la vida. En el grito nos reconocemos: porque habitamos la colisión, es en ese encuentro en el que la furia nos asiste y soporta toda tentativa de conflicto, liberarnos de la prolongación de lo existente.

No Somos Nada, tercer asalto. El fuego atraviesa igual a la tierra que al cielo. A un tiempo, se comprende que en el horizonte se hilvana el límite entre el mar y la montaña, la melodía: sostiene la relación entre furia y poesía, en el cruce preciso de agresividad y atmosferas inestables. La banda nos recuerda que, si los sueños fueron fuego, seremos de ceniza, porque la herida nos devolvió a la vida y a la hoguera.

Del suelo brota lo imposible. La gravedad suspendida. Entonces en el tumulto la multitud se enreda, la espera parece contraer mirada y cuerpo, tensión, fuerza y gritos. Todas las voces se han vuelto una sola.

Los Viejos, la abolición de la gravedad: todo vuela por los aires. Un aluvión, se ha vuelto imposible distinguir entre potencia y música, todo aquello gravitaba la colisión entre los restos del mundo administrado reducido a escombros y la liberación absoluta. Sangre y sonrisas. Velocidad, fuerza y fuego: la calle huele a mota, Kalimba murió por chemo y el destructor siniestro, son algunos de los temas que componen su último álbum: Cuentos desde la grifa disponible en formato físico y en todas las plataformas. Su propuesta se sostiene por una amplia producción musical de más de cinco discos y sencillos. Una constelación que nos recuerda que la contracultura es un espacio abierto para el desenfado y la diversión, sin olvidar que dichas coordenadas forman parte de la búsqueda de la antiforma y la negación de la esclavitud.

Muchas gracias por venir.

Agradecimientos especiales a Hellson Shows, Underground bar, Conorick, Gabriel Estrada y Luz del Desierto por sostener la noche.