Alekz Aguila

El caluroso mes de agosto comenzó con la noticia de un helicóptero que aterrizó en la zona núcleo de nuestra Sierra de la Laguna para supuestas actividades turísticas, territorio importantísimo para sostener la vida como la conocemos en la parte sur del estado, así como para conservar la cultura ranchera que ha estado presente por tantas generaciones antes de la llegada del turismo depredador que caracteriza a Cabos San Lucas.

Lo más increíble de todo, que raya en lo irrisorio y ofensivo, es que este aterrizaje se dio con la autorización expresa del Director General de la Reserva de la Biósfera Sierra de la Laguna, el biólogo Benito Bermúdez, argumentando que el excesivo ruido y las corrientes de aire provocadas por las hélices, no causarían daño alguno a la ecología sierreña. Por su puesto que esto es más que cuestionable y la comunidad académica local ya explicó el porqué estos sobrevuelos —incluso sin que aterricen las aeronaves— son sumamente dañinos, especialmente para la fauna silvestre.

Y aunque Bermúdez se escuda en que estos vuelos son inofensivos, el problema de trasfondo es que las propiedades que conforman a los famosos Primer y Segundo Valle, están en un proceso de traspaso a un personaje con relevancia nacional: Jorge Emilio González Martínez, mejor conocido como ‘El Niño Verde’, heredero de una estirpe política y líder del Partido Verde Ecologista de México, que de verde y ecologista, solamente tiene el nombre.

El ‘Niño Verde’, rémora del sistema político partidista, se ha caracterizado por estar involucrado en diversos casos de presunta corrupción relacionados con el despojo de territorios prístinos para lucrar con ellos a través de inversiones inmobiliarias, y de ahí el miedo que la sociedad sudcaliforniana tiene ante su intrusión en nuestro territorio.

Rancheros de la zona han declarado que representantes del “nuevo dueño” no están siguiendo el plan de manejo, mismo que establece que las personas visitantes no pueden estar más de tres días en la zona núcleo, mientras que se pasean de manera impune y alardeando que representan al capitalista nuevo dueño del terreno, y que al ser de ellos, no les importan las reglas bajo las cuales se rige este espacio tan frágil ambientalmente.

Desde que brotó el escándalo, se le ha pedido declaraciones a diversas autoridades de gobierno, pero ni el gobernador Víctor Castro, ni lxs alcaldes Milena Quiroga y Christian Agundez se han posicionado de manera contundente al respecto. Lo mismo ha sucedido con diputadxs que recibieron a habitantes que por generaciones han vivido a las faldas de la sierra, y solamente emiten posturas cómodas que denotan su desconocimiento en materias de conservación y la falta de compromiso para la defensa del ‘tinaco de la zona sur del estado’, como la llaman los rancheros.

Ante la pregunta que ha surgido en varios espacios sociales: ¿es posible que se construya un desarrollo turístico en la zona núcleo de la Sierra de la Laguna?, la respuesta fácil de la autoridad es que no, porque existe un plan de manejo que no lo permite. Sin embargo, el que un inversionista de esta calaña y conocida experiencia esté adquiriendo estas tierras, es porque seguro tiene un plan que podría estarse fraguando a futuro.

Los emisarios del supuesto nuevo comprador ya le adelantaron a los rancheros que se vayan despidiendo de las visitas guiadas en la modalidad de turismo de bajo impacto que sostienen no solamente la economía de tantas familias, sino que abonan a la conservación de un espacio lleno de vida y que permite la infiltración de gran parte del agua que se consume en los municipios de La Paz y Cabo San Lucas; pues han amenazado con que instalarán cercos perimetrales que de ser traspasados, se les denunciarán como invasores. Tremenda desfachatez para llamarles así a quienes ahí, al igual que sus padres, madres y abuelas, nacieron y crecieron.

Ante esta situación, hoy se emitió una rueda de prensa en el palacio de gobierno, para hacerle un llamado a Castro Cosío a que respete uno de sus compromisos de campaña, que va en aras de la conservación de la sierra y acompañamiento a las familias de la zona.

El testimonio de uno de los habitantes sierreños fue claro y contundente: ningún político sabe de lo que habla sobre nuestra sierra y nada de lo que declaran tiene sentido, por lo que les invitó a sostener diálogos abiertos y de escucha activa para entender los fundamentos de quienes realmente conocen y cuidan a uno de los espacios naturales más atractivos de la desértica Baja California Sur.

Y si bien el tema de forma es la válida y legal compra-venta entre privados, en el fondo vemos a personajes políticos que se van por una declaración fácil y que no abordan lo que realmente importa: saber qué van a hacer para evitar la depredación del territorio.

Una vez más, vemos a un Estado incapaz de actuar y escudado en terminología vacía que pone en riesgo a la vida como la conocemos. Y tan es así, que Benito Bermúdez ha sido el gran ausente en las últimas reuniones que ha sostenido la CONANP con los rancheros, pues se sabe rechazado por este gremio al que ha estado engañando por tanto tiempo.
Y que al ‘Niño Verde’ le quede bien claro: La Sierra no se vende, se cuida y se defiende.