Se manifestó totalmente en contra del «alquiler de vientres» la diputada María Luisa Ojeda González; actividad que consiste en dar una cantidad de dinero a una mujer para que geste a un bebé que, en alguno de los casos, al nacer es rechazado por los «padres adoptivos» interesados y también por los padres biológicos.

Si bien en Baja California Sur no se tienen registros oficiales sobre esta práctica ilegal, la diputa señala que hay un incremento de casos de renta de vientres en mujeres de escasos recursos durante la pandemia por Covid-19 en México, en la que se detuvieron muchas actividades laborales y comerciales aumentando el ya de por sí alto índice de pobreza en el país.

La diputada, presidenta de la Comisión de Igualdad y Género en el Congreso del Estado, aseguró que esta práctica cosifica a la mujer, acentúa su vulnerabilidad y promueve el comercio de niños cuando, por otro lado, ya están las condiciones de adopción legales.

Menciona que la llamada «maternidad subrogada» debería estar prohibida, porque se trata de una explotación del cuerpo de las mujeres y la comercialización, y agrega que hay una divergencia en opiniones cuando otros consideran que debe ser regulada para permitir las condiciones más saludables para su práctica.

El debate de su legalidad ya está activado en la Ciudad de México, aunque con numerosas diputadas federales que incluso proponen sancionar «vientres de alquiler» en la Ley General de Trata. Académicas y feministas llamaron a la Cámara de Diputados a no aprobar una legislación que cosifique el cuerpo de las mujeres.

«Como mujer y como legisladora rechazo que se legisle en ese sentido, porque se priva de la libertad a la mujer… son nueve meses que se somete a un proceso a un estado de reproducción inducida y no se sabe las consecuencias posteriores» expresó la diputada Ojeda González.

El tema es permanente pero salió a colación en un reciente foro organizado por la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, como parte del análisis de la propuesta de reforma para reconocer esta práctica como trata y explotación.