Raúl Piñeda Chacón, autodidacta como su padre Filemón pero en otro campo del saber, proyectista, diseñador, maquetista, dibujante y rotulista; el Caimancito, casa presidencial, casa habitación sexenal de los gobernadores, casa de eventos oficiales, acuario y pronto hotel Boutique; las concesiones y  renta de la propiedad pública que se acostumbra es un paso previo a la privatización. Estas son las motivaciones para escribir lo que sigue.

Allá por el 2018, último año que El Sudcaliforniano publicó mis artículo después de casi 30 años de hacerlo gratuitamente,  escribí uno de la serie “Breves de la Memoria” en el que recordaba una imagen que desde pequeño me había quedado grabada que fue ver a Raúl en el cuarto que daba hacía el porche de la casa del Esterito, sentado en su banco frente a la mesa de dibujo plegable (conocido como el “restirador”);  desde muy de madrugada con su cigarros “Delicados”, su taza de café negro que lo sorbía del plato de vez en vez, con su regla T y sus escuadras, su lapicero (portaminas), su tiralíneas para tinta china,  dibujando planos y secando las líneas de tinta del plano con el calor del cigarro, para que no se le manchara y para acelerar el tiempo de trabajo; y como el “restirador” era de madera, el cigarro que colocaba en la orilla, al consumirse dejaba quemada la madera (Todavía guardo ese restirador en mi estudio de La Casa de Chayito y Raúl). Cabe recordar aquí  que a mediados del siglo XX no había Arquitectos en La Paz, así que los dibujantes jugaban ese papel, entre ellos Don Raúl y su compañero de trabajo y amigo “Goyito” Beltrán.

Don Raúl, aunque le gustaba “pistear”, fue muy responsable en la entrega de los planos (y diseño) que le encargaban hacer,  una persona muy querida por muchísima gente a quien frecuentaba dentro y fuera de su trabajo; estoy seguro que a muchas de las familias paceñas les dibujó el plano de su casa, les tramitó los permisos de construcción y les orientó en la obra, amigo entrañable de los viejos y experimentados Maestros Albañiles, como Roberto Carballo, Ramón Ortega y el “Chicho” Martínez; y seguramente dibujó los planos de muchas de las edificaciones públicas que se construyeron en la época entre 1940 y 1960 cuando él trabajaba como dibujante en la oficina de Obras Públicas que se encontraba en la esquina de Independencia y Belisario Domínguez dentro de la antigua Casa de Gobierno, como por ejemplo la Casa Presidencial “El Caimancito” construido en 1948, un año antes de que Yo naciera,  durante la administración del General Agustín Olachea Avilés (1946-1956), así lo documenta el profesor Gilberto Ibarra Rivera en su libro sobre La Paz, Ciudad y Puerto Mexicano:   “..el edificio original fue diseñado por el diseñador paceño Raúl Piñeda Chacón y levantado bajo la responsabilidad del [ingeniero) Gilberto Herrera González”  y que “una vez construida … iniciaron una serie de proyectos y construcciones de fincas de una planta distribuidas en la zona urbana de La Paz”  como por ejemplo “la casa particular del general Agustín Olachea Avilés y todas las casa de la colonia Aviación…” cerca de la pista aérea que se encontraba por la calle Isabel La Católica, donde todavía existen algunas. Un paréntesis: me llamo Gilberto por el ingeniero Herrera que fue mi padrino de bautizo junto con mi madrina Gracielita Taylor que trabajaba como boticaria en el antiguo Hospital Salvatierra allá en El Esterito, la mejor amiga de Chayito, mi´amá. Pienso a la distancia, que Yo estudié arquitectura por la admiración tan grande que le tenía a esa habilidades técnicas y artísticas que había desarrollado mi´apá, sin haber estudiado en ninguna escuela.  Eso de ser Autodidacta, me sorprende.

Todas las edificaciones del mismo estilo arquitectónico, El Caimancito, la antigua Casa del General Olachea en la esquina de 16 de septiembre y Álvaro Obregón donde ahora es un restaurante-bar, y una casa que todavía existe en la esquina de Isabel La Católica y Degollado, como algunas más que todavía hay en la ciudad,  tienen algo en común, son del llamado por algunos “estilo Californiano” por la semejanza a las existentes en California, donde siempre aparecen muros muy anchos de tabique rojo recocido aplanados con mortero cal-arena, arcos de medio punto en los pórticos de acceso, o en una arquería de medio punto  a lo largo de un corredor  techado inclinado de terrado sostenido con vigas de madera en serie y cubierto de teja roja. Como Raúl era un auténtico autodidacta con extraordinarias habilidades artísticas y técnicas, se nutría de revistas estadounidenses que seguramente  se trajo cuando se fue de “mojado”, que probablemente recibía de conocidos y que también se vendían en la antigua Librería de  Don Pancho Arámburo, ahí mero en la esquina de 5 de mayo y Madero, donde venían muchos diseños “estilo Californiano” elaborado por arquitectos de California, Estados Unidos. Otra fuente de conocimiento de Raúl fueron los dibujos de plantas, fachadas y perspectivas de casas que semanalmente aparecían en la revista Jueves de Excelsior, para casas más modestas  y de otro tipo, llamado por algunos, “estilo nacionalista” con su pórtico abierto a veces volado o sostenido con pilares redondos de albañales de cemento o tubulares de fierro, sus ventanas cuadradas, su saliente de la losa en la fachada y su remate de pretil, muy sencillas.

Don Raúl era muy observador, muy cuidadoso en sus trazos, muy detallista, tenía una letra extraordinaria, así que también se convirtió en rotulista y maquetista. Cada vez que había un evento, en las graderías del estadio Arturo C. Nahl por las noches rotulaba las mantas que le encargaban, sin necesidad de trazarlas, a veces de niños le acompañábamos; pero algo que a mí en lo personal me impactó mucho fueron las maquetas de madera a segueta, clavo, martillo, lija y pegamento  que elaboró  de las modernas escuelas construidas durante la administración del general Bonifacio Salinas Leal siendo funcionarios de Obras Públicas los ingenieros Calles y Arenal, como las escuelas Robles, Hidalgo, Carranza, 18 de marzo, y edificios como el que ocupaba el DIF en Aquiles Serdán (Recuerden que en esa época, el gobierno ordenó la demolición de  varias  edificaciones históricas). Hasta aquí lo que escribí en el artículo que cito líneas arriba.

Elizabeth Acosta Mendía y Sandino Gámez editores de “La Casa Presidencial El Caimancito .Un libro abierto en la Historia de Baja California Sur” durante el gobierno de Marcos Alberto Covarrubias Villaseñor, que fue la administración que reconstruyó y rehabilitó el Caimancito, documentan e ilustran el proceso de transformación de esa emblemática edificación a partir de su construcción en 1948 hasta 2013. Coincido plenamente con Elizabeth y Sandino que a pesar de que la edificación de propiedad pública corresponde a mediados del siglo XX y se excluye de la Ley Federal de Monumentos Históricos, “El Caimancito debe reconocerse como un edificio preñado de valor histórico”, ý agregaría, como emblemático de las altas esferas del poder político, que se ha ido formando en la historia local, como un edificio público.

El diseño de Don Raúl  y del Ingeniero Gilberto Herrera que estuvieron merodeando en sus cabezas, ya se habían materializado en 1948. Las imágenes de El Caimancito recién inaugurado, son impactantes, por ejemplo, en una de ellas la que tomó Don Miguel Macías con su mirada extraordinaria, un fotógrafo muy conocido en La Paz,  se observa en primer plano, a casi flor de tierra, el pozo de agua con el arco de medio punto que tiene como remate un cruz, sostiene el travesaño de madera donde se fija la polea para sacar el agua; al fondo la terraza y a sus costados la cubierta inclinada recubierta de teja bajo las gárgolas de la azotea; otra de la fachada con una arquería de medio punto que llegan a un intersecto también con arcos de medio punto con techado inclinado de terrado sostenido con vigas de madera que sobre salen en la fachada,  recubierto de teja;  y en la parte superior, una terraza con techumbre de dos aguas recubierta de teja, y en las azoteas, varios remates esféricos, uno de ellos sobre un contrafuerte de un cuarto de círculo. Al frente uno de los pocos  vehículos que había en la época.

Cuentan que originalmente El Caimancito fue concebido para ser la casa del Lic. Miguel Alemán Valdés en su calidad de presidente de la República, pero finalmente fue una residencia presidencial para el ejecutivo federal y secretarios de Estado en turno,  pero también para gobernates destacados del extranjero, como por ejemplo, la recepción que hizo el General de División Bonifacio Salinas Leal al presidente de los Estados Unidos Dwight Eisenhower en una de sus vistas vacacionales, hay varias fotos emblemáticas del Archivo Histórico Pablo L. Martínez, como la de la serenata con un mariachi frente la terraza de El Caimancito y la de la comida donde las hermanitas Flores, Aurora y Balbina, acompañadas del Trio “Los Madrigales”, le cantan al presidente Eisenhower, a  su esposa y demás invitados extranjeros. O sea, que las personalidades de las más altas esferas del poder pudieron convivir más de una vez en El Caimancito, ni más ni menos.

Como se documenta en el libro citado, originalmente, el predio era de siete hectáreas y media, seis hectáreas donadas por un diputado  federal  oaxaqueño que era su  propietario y el resto concesionada por una Secretaría del Gobierno Federal, ambas fracciones dan al mar, con una amplia loma rocosa en la parte central donde se construiría la Casa Presidencial, una playa arenosa al sur y otra al norte, y frente al predio, cuando la marea es baja, sobre sale una roca en medio del mar que parece un caimán; probablemente ese haya sido el motivo por el cual la población paceña llamó a la Casa Presidencial, “El Caimancito”. No solo el edificio sufrió transformaciones a partir del gobierno de Hugo Cervantes del Rio sino también parte del predio, en la playa sur, se construyó un Hotel Escuela, en apariencia un uso del suelo educativo, pero más temprano que tarde se convirtió en parte del grupo de Hoteles Presidente, que después quedo privatizado en manos del Hotel La Concha que aunque sigue siendo un lugar donde pueden acudir los paceños, los accesos son cada vez más restringidos por las construcciones inmobiliarias y turísticas que se han levantado en la playa sur de El Caimancito.

Así que eso de las privatizaciones disfrazadas, no es ninguna novedad,  (acuérdense de lo que pasó también con la 18 de marzo) ese será  el curso que seguirá la renta de El Caimancito para instalar ahí un Hotel Boutique, será el camino de la privatización, más temprano que tarde, aunque los promocionales del gobierno traten de justificar una y otra vez, que los ingreso por la renta del Caimancito irán directito al bienestar social de todos los 5 municipios, así será seguramente por un tiempo, pero solo será un nuevo engaño a la población, porque es casi seguro que ese edifico público, El Caimancito, será privatizado. O ¿ustedes creen que los rentistas están pensando operar un Hotel Boutique, frente al mar, por un sexenio?. Claro que nó. O ¿ustedes creen que ya privatizado no se les ocurrirá construir una marina frente al Hotel?. Claro que sí.

Fue de conocimiento público que El Caimancito había sido rentado a una compañía capitalista hotelera  por 600 mil pesos al mes mientras que el Comité de Arrendamiento de El Caimancito informó que  “La propuesta ganadora resultó ser Orchid House Hotel representado por el C. Patricio Vargas por asegurar las mejores condiciones para el estado y el inmueble en mención, así como las coincidencias en las manifestaciones firmadas en el acta con fecha de 29 de abril de 2022 y su propuesta escrita” (Tribuna de La Paz, 23 de mayo de 2022).

El grupo Orchid House es una cadena de Hoteles Boutique. Miren lo que dicen de ellos mismos: “En Orchid House somos un grupo de viajeros activos que hemos descubierto que hay un exquisito equilibrio entre estar en casa y tener a mano las lujosas comodidades de un hotel. Esta es la naturaleza de Orchid House, que brinda la facilidad de sentirse como un lugareño de la mano con la emoción y los lujos de viajar lejos. Buscamos que cada huésped se sienta conectado en una tierra nueva y misteriosa. Para abrir las puertas hacia el descubrimiento. Venimos de un linaje de exploradores urbanos que siempre van más allá de cada ciudad visitada. Donde nadie se conforma con lo que se ve en la superficie, sino que con cada paso va despegando sus capas. Con ese deseo de revelación se crean nuevos binoculares para que cada destino se revele de formas inimaginables” (orchidhousehotels.com). Para los propósitos lucrativos de esta compañía capitalista, el Gobierno del Estado le ha puesto la alfombra roja con la renta de El Caimancito. Asi que pronto tendremos una “exquisita” Casa de la Orquídeas en la Paz.

Los Hoteles Boutique de Orchid House en Polanco de la Ciudad de México fue una lujosa mansión hace un siglo; cuenta con tres modelos: Selva, Villas y Playa en Tulum, Quintana Roo, y  en San Miguel Allende, Guanajuato, la Casa Hixuli, es una casona del siglo XVIII; ahora le han puesto en bandeja de plata el emblemático Caimancito en la ciudad de La Paz por 600 mil pesos mensuales para que en el momento oportuno sea privatizado; como dije antes, los capitalistas del Orchid House no están pensando que termine Víctor Manuel Castro Cosío su gestión en 2027 para salirse, ellos se van a quedar, y si no son ellos, otros capitalistas lo ocuparan, así que lo más probable es que El Caimancito se privatice más temprano que tarde, además, el modelo de desarrollo capitalista en el turismo y el sector inmobiliario que está impulsando el gobierno de la 4T a nivel local como nacional, no tiene ninguna diferencia con lo que impulsarían los gobiernos priistas, panistas y perredistas, en caso de que regresaran a gobernar; podrían tener diferencias en la forma de administrar el gobierno, pero en la política pública para el desarrollo turístico e inmobiliario para La Paz, para Baja California Sur y para el Golfo de California, son exactamente la misma estrategia del Capital y sus desarrolladores.

Víctor conoció a Don Raúl, sabe que respaldaba mi forma de pensar (que en ese tiempo también era de él) y sabe que no estaría de acuerdo ni en la renta ni en la privatización. ¿Por qué mejor no pensaron en usar El Caimancito para una escuela de danza, o para una escuela de música, o para una escuela de gimnasia, o para una casa de los pintores, o para el museo de la ciencia, la técnica y la matemática; o para una escuela artesanal? ¿Por qué?, muy simple, ellos no pagarían 600 mil pesos mensuales, al contrario, entonces el gobierno tendría que aumentar el presupuesto en la cultura, y la cultura para el gobierno de la 4T, no es rentable, salvo aquellas que sirvan solo para entretener; pero además,  las edificaciones emblemáticas y las  playas no son para la población, son para los desarrolladores turísticos e inmobiliarios, con el argumento de que el Capital, trae ingresos, trae divisas, trae empleos. Lo que no dicen es que también despojan y seguirán quitando el agua a los pobladores locales.

La Paz, Baja California Sur, a 31 de mayo de 2022.