Cómo Vamos La Paz contrastó el tipo de turismo que se generaría, con las carencias que se tienen en La Paz: «Tenemos bastantes problemas no resueltos como son la movilidad accesible y no contaminante; no estamos gestionando nuestros residuos sólidos; la basura que generamos se va a un botadero en el desierto».

Lucía Frausto Guerrero, directora del observatorio Cómo Vamos La Paz, hizo eco de los señalamientos que se vienen dando por parte de grupos ambientalistas, desde que se informó a la ciudadanía sobre el proyecto de Ampliación de Muelle Pichilingue, por la Empresa Aquamayan Adventures. Y es que el impacto ambiental de su construcción no es el único problema que acarrearía, según asegura Frausto Guerrero.

Si bien lo que se sometió a consulta luego de la petición a Semarnat fue la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) –por su construcción y mantenimiento– no es sólo ese aspecto del proyecto de recepción de cruceros en la bahía el que afectaría a La Paz. Sino la llegada de miles de turistas que «generarían un estrés acumulado a los ecosistemas de los cuales vive una economía turística basada en la conservación de las bellezas naturales del lugar».

En contra de la idea de que este tipo de proyectos generan una derrama económica importante, Frausto Guerrero señaló que estas actividades difícilmente aportan a la economía local, pues se trata de un modelo de negocio que busca separar a los turistas de la experiencia del entorno local.

Como ya lo ha apuntado el grupo ambientalista Colectivo Torpedo, el de los cruceros es un modelo que ofrece los servicios turísticos desde los cruceros, afectando la economía turística local, más que beneficiándola. El Colectivo Torpedo dijo estar en contacto con grupos del otro lado de la república, en Quintana Roo, donde tienen esta situación desde hace años.

En este sentido, la consulta pública de la MIA sería un escrutinio centrado en aspectos ambientales que, como expresó Arturo Musi Ganem, representante de la Asociación Mexicana de Cruceros, «si la Semarnat plantea modificaciones al proyecto por impacto ambiental, éstas se realizarían e iniciarían el procedimiento una vez más hasta lograr la aprobación».

La directora del observatorio Cómo Vamos La Paz contrastó el tipo de turismo que se generaría, con las carencias que se tienen en La Paz en cuanto a servicios públicos. «Tenemos bastantes problemas no resueltos en la ciudad como son la movilidad accesible y no contaminante; no estamos gestionando nuestros residuos sólidos; la basura que generamos se va a un botadero en el desierto».

Además de mencionar la joya de la corona de las carencias de la ciudad, que son el agua y la energía limpia. Por lo que aseguro que hay muchos temas a considerar antes de pensar en implantar un modelo de turismo de impacto masivo.

Incluso el gobernador mencionó esas carencias esta semana, cuando explicó la deuda añeja que se mantiene con el ISSSTE y en lo que podría haberse usado ese dinero: «Las zonas de depósitos de residuos no sirven, no hay plantas de tratamiento. Los basureros son al aire libre. La verdad no hay prácticamente ningún municipio dónde se deposite la basura correctamente».

De momento, la moneda sigue en el aire en cuanto a la resolución de Semarnat, pero se percibe una tranquilidad ejemplar respecto al tema por toda entidad al margen de los inconformes.