Por Octavio Escalante

El ex golfista profesional Greg Norman será el encargado de diseñar dos campos de golf en Baja California Sur, en Los Cabos y Loreto, para fomentar la liga patrocinada por los jeques de Arabia Saudita y que ha creado una conmoción contra el monopolio del golf, contratando a personalidades de ese deporte por cientos de millones de dólares. La construcción de los campos estará a cargo de la inmobiliaria Tantum Business, de Jorge Isaac Gastélum Miranda, quien en su momento compró «simbólicamente» las acciones de Mexicana de Aviación por mil pesos, en la administración de Felipe Calderón.

En cuanto a los campos en Loreto y Los Cabos, serán sede de la liga jeque LIV Golf, creada apenas el año pasado y sostenida por el Public Investment Fund– el fondo de riqueza soberano de Arabia Saudita, que invertirá en ella 2 mil 400 millones de dólares, una cifra sin precedentes para ese deporte, según la revista Forbes.

Hay que decir que tal gusto repentino de los jeques árabes se ha cuestionado como una forma de lavarse las manos ante Occidente por la violación a los derechos humanos, pero tomando en cuenta el poder económico de aquella nación, lo que se especula es más bien que su lucha contra el monopolio PGA Tour no es otra cosa que una manera de limpiar el dinero de «barriles llenos de petrodólares de dudosa procedencia».

Desde un «simple» deporte, salen otras vertientes, de carácter político. El propio Donald Trump se muestra amigable en todos sus juegos con los jeques árabes, a tal punto de que ha puesto en duda la participación de ciudadanos saudíes en los atentados del 11 de septiembre contra las torres gemelas, una idea que por otra parte ya empezaba a desarrollarse desde el primer año de los atentados y que pone el foco en el propio gobierno estadounidense o más bien en el «deep state».

Pero volvamos a Baja California Sur y al golf.

La noticia sobre los campos de golf se centra en Greg Norman como si él fuese el inversor, pero sólo es el encargado de la liga y del diseño de los campos, cuya financiación viene del fondo saudí. Casi podríamos obviar la necesidad de agua en Baja California Sur cuando se habla de un campo de golf, o de los hoteles adyacentes que se pretende construir a cargo de Jorge Isaac Gastélum Miranda –primo directo de Santiago Creel Miranda, actualmente resavio del PAN– que ha comprado suficientes predios en Loreto y Los Cabos como para pensar que ahí se construirá todo el proyecto.

Si quisiéramos poner el dedo sobre la llaga localmente, nos referiríamos sin duda alguna a la falta de voluntad política para llevar a cabo verdaderos planes de aprovechamiento del agua, no sólo en Loreto o Los Cabos, sino en todo el Noroeste de México. Que por otra parte parece apuntar a estar en un constante estira y apriete entre desarrolladores inmobiliarios que por ley tendrán que suministrar su propia agua –a través de desaladoras igual de perniciosas para el ambiente– según especialistas en la materia a los que se les ha hecho poco caso desde hace 10 años.

De acuerdo al Golfcourseguru sobre los mejores nueve campos de golf en México, todos se encuentran en Baja California Sur, dos de ellos ya diseñados por Greg Norman y sumándole los dos que vienen en puerta.

Pero, y esto ¿Qué relevancia tiene? Ninguna otra que, así como se intenta repetidamente sustraer bienes con la deplorable minería desde nuestro territorio, para ganancias impensables en el extranjero y toda clase de males sensibles en nuestro territorio, también el campo de golf es fértil como plataforma cabeña o loretana –sudcaliforniana, en general– en cuanto a deportes y desarrollos que tienen una acción económica y política de la que sólo somos plataforma, en la tierra donde queda como residuo la falta de agua –principalmente– pero que no deja de venderse como el gran destino turístico, que como vemos, es mucho más que un lugar para turistas adinerados, sino un campo de batalla, político y económico para ejecutantes que sobrepasan por mucho el adjetivo de multimillonarios, mientras los subsecuentes ayuntamientos siguen pidiendo prestado, o los perros siguen escarbando calles en los barrios de donde sacan al cadáver de un bebé, o las drogas, o todo lo que usted quiera agregarle.