Semarnat y Conacyt llevarán a cabo acciones para prohibir la geoingeniería en México y proteger a las comunidades y entornos donde se pretenda practicar, o detenerlas si esto ya se está llevando a cabo, luego del caso de la empresa Make Sunsets que en diciembre pasado comenzó a experimentar en Baja California Sur, sin ningún tipo de aviso a las autoridades ni a la ciudadanía.

Para tales acciones, ambas instituciones apelarán al Convenio de la Diversidad Biológica de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que mantiene desde hace 12 años una moratoria contra esta clase de experimentos o, que terminarán siendo un negocio para uno cuantos.

No es una prohibición de tipo comercial. En el boletín oficial el Gobierno de México explica:

«La oposición a estas manipulaciones climáticas se funda en que en la actualidad no hay acuerdos internacionales que aborden o supervisen las actividades de geoingeniería solar, las cuales representan una salida económicamente ventajosa para una minoría y riesgosa para la supuesta remediación del cambio climático».

Y agrega que «implementará una estrategia que prohíba estas prácticas dentro del territorio nacional, que sirvan para robustecer las primeras referencias a nivel mundial. Bajo el principio precautorio y las bases establecidas en el Protocolo de Montreal, que impulsa la protección a la capa de ozono y el combate al cambio climático, se detendrá cualquier práctica a gran escala con geoingeniería solar en su territorio, las cuales presumen ser tecnologías de gran escala, pero aún permanecen en desarrollo».

Coordinarán una revisión científica rigurosa, mencionan, para exponer los graves riesgos que estas prácticas de geoingeniería solar representan para el medio ambiente y las personas; informando, a su vez, a la población sobre el carácter de estas prácticas.

Mencionan en el boletín la emisión de gases de azufre, sulfato de aluminio y otras sustancias que se usan para reflejar los rayos solares «de vuelta al espacio».

En cuanto a la información con la que cuenta el Conacyt y Semarnat, y que es pública, declaran que «hay suficientes estudios que demuestran que habría impactos negativos y desiguales asociados con la liberación de estos aerosoles, que ocasionan desequilibrios meteorológicos como vientos y lluvias torrenciales, así como sequías en zonas del trópico; además de que generan impactos en el adelgazamiento de la capa de ozono del planeta».

Citan felizmente el caso reciente de Baja California Sur donde la empresa Make Sunsets realizó estos experimentos lanzando los globos meteorológicos con dióxido de azufre y señalan muy bien cómo «en el blog del sitio web Make Sunsets, la empresa refiere que desconoce los resultados del experimento, ya que los globos no fueron monitoreados ni recuperados».

Por último el Gobierno de México «reitera el compromiso ineludible con la protección y bienestar de la población frente a prácticas que generan riesgos a la seguridad humana y ambiental, trabajando de manera coordinada, rigurosa y responsable por el bienestar del pueblo de México».

Esperemos que esta actitud no se debilite ante otros proyectos posibles o en activo, que también dañan al ambiente y a sus comunidades.