La Comisión Global de Política de Drogas, conformada por expresidentes de Brasil, Suiza, Colombia, Polonia, Chile, Sudáfrica, Nigeria, Grecia, Portugal, Mauricio y México, así como por empresarios, economistas, artistas y exfuncionarios de Estado en materia de salud, energía, seguridad, derechos humanos y desarrollo social, se manifestaron a favor de la regulación de la marihuana alrededor del mundo, evidenciando que las medidas prohibicionistas se mantienen más por razones políticas y económicas que rigor científico.

Esta comisión, se refirió en su informe 2019 a los resultados que la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió tras un 5 años de estudios sobre el consumo de cannabis. La OMS reconoce las propiedades médicas del cannabis, pero también, indica la comisión, deja ver que existe “una lógica muy cuestionable para seguir sometiendo el cannabis a un estricto control internacional”.

“Las pruebas científicas presentadas al comité no indicaban que la planta y la resina de cannabis fueran particularmente susceptibles de producir efectos nocivos semejantes a los efectos de las otras sustancias que figuran en la Lista IV –la lista más estricta, reservada a las drogas con propiedades particularmente peligrosas, como la heroína y el fentanilo–. El consumo de todas estas sustancias está asociado con un riesgo significativo de muerte, mientras que el consumo de cannabis no está asociado con dicho riesgo […] Los preparados de cannabis han demostrado tener potencial terapéutico para el tratamiento del dolor y otras afecciones médicas”.

El comité de expertos de la OMS, explica la comisión de política de drogas, llegó a la conclusión de que el cannabis no está asociado al mismo nivel de riesgo que las drogas junto a las cuales se le clasifica, sin embargo recomienda que no se lleve a cabo una reclasificación pues existe una “elevada incidencia” de consumo, la cual tiene un “alcance mundial”. Para la comisión “este es un argumento discutible”, pues consideran que el cannabis debe salir de la lista de drogas con alto riesgo de daño. Así que consideran que la decisión de la OMS se decanta por la limitación de la marihuana debido al “contexto de tensiones diplomáticas crecientes”, es decir, debido a cuestiones políticas.

“Parece que el comité de expertos ha tomado una decisión deliberada de limitar sus recomendaciones a tolerar los usos médicos, pero abstenerse de formular recomendaciones que podrían haber alimentado aún más las tensiones políticas con respecto a la tendencia normativa hacia la regulación”, abunda la Comisión Global de Política de Drogas, además de lamentar que “las consideraciones políticas influyan en sus recomendaciones”, pues “compromete el cometido de la OMS, que debe basarse en pruebas científicas”. Además, la comisión evidencia que, al mantener el cannabis dentro de la lista de drogas dañinas, mientras que por razones médicas se traslada sólo algunos de sus componentes, como el tetrahidrocannabinol (THC), y su equivalente sintético, el dronabinol, a listas de drogas benignas destinadas a preparados farmacéuticos, “se corre el peligro de otorgar a un número limitado de productos patentados por compañías farmacéuticas un trato preferencial con respecto a una amplia gama de productos de cannabis más naturales y con propiedades medicinales parecidas”.

“En un intento por mantenerse alejado de las polémicas políticas, el comité de Expertos, con su recomendación de mantener el cannabis en la lista —que se basa, en teoría, en un examen de las pruebas científicas más recientes— ratifica en la práctica los muy dudosos argumentos que se emplearon para que el cannabis se incluyera originalmente en las listas”.

Es así que la Comisión Global de Política de Drogas recomienda que los países avancen en la formulación y aplicación de “políticas más racionales”, destinadas a clasificar, fiscalizar y regular las drogas psicoactivas. Entre los razones principales que consideran están: asegurar una disponibilidad adecuada para fines médicos y científicos; abandonar las políticas de tolerancia cero para ceder más espacio a “otros fines legítimos”; dispensar un trato menos estricto a las sustancias más ligeras; tener en cuenta las circunstancias sociales y culturales locales; efectuar un análisis de costo-beneficio de los daños potenciales y los beneficios percibidos; aceptar algunos umbrales de riesgo, comparables a otros riesgos sociales aceptables, en lugar de mantener un principio de precaución absoluto; sopesar cuidadosamente las posibles consecuencias de las decisiones en materia de clasificación, teniendo en cuenta las respuestas previsibles de los usuarios y los mercados; hacer un mejor uso de los instrumentos jurídicos sobre medicamentos y seguridad de los consumidores, en lugar de promover leyes sobre drogas de carácter penal.

La Comisión Global de Política de Drogas cierra señalando que un  sistema de clasificación basado en estos principios podría convertirse en una herramienta fundamental para “promover cambios en la esfera de las políticas que se distancien del marco exclusivamente prohibitivo y se orienten hacia un modelo de regulación flexible, así como una herramienta para encaminar gradualmente el mercado de las drogas en una dirección menos perjudicial”.

El gobierno de Baja California Sur prefiere el enfoque prohibicionista

El pasado 26 de junio, en su conferencia matutina, el presidente Andrés Manuel López Obrador se mostró a favor de la posibilidad de regular algunas drogas en México para disminuir la incidencia delictiva causada por el narcotráfico. Como respuesta a esto, el gobernador de Baja California Sur (BCS), Carlos Mendoza Davis, acudió a Twitter para emitir su opinión en contra, etiquetando en su respuesta al gobierno federal.

En la conferencia, el presidente explicó que la primera etapa del plan nacional para disminuir la violencia ha sido la creación de empleos y el aumento en el presupuesto para la educación de los jóvenes. La segunda fase, dijo, se trata de la creación de la Guardia Nacional, la cual entrará en funciones este domingo 30 de junio. La tercera etapa, adelantó, será la regulación de la marihuana. De esta manera, López Obrador daba respuesta a la declaración del expresidente Zedillo Ponce de León, quien, a la cabeza de un grupo a nivel internacional que aboga por cambiar la ley prohibicionista del consumo de drogas en el mundo, se mostró a favor de la regulación en México.

Mendoza Davis twitteó que “a diferencia del Gobierno Federal”, su gobierno es “determinante” y opina que “México no debe liberalizar las drogas”, sino “por el contrario”, continúa, “debe priorizar la prevención: fomentando el deporte en jóvenes; promoviendo la cultura; integrando a las familias”.