Alekz Aguila / @alekzaguila

Durante la segunda sesión ordinaria de cabildo, el máximo órgano de gobierno municipal decidió de manera unánime aprobar una serie de descuentos para el pago del impuesto predial del año 2022 a solicitud de la alcaldesa Milena Quiroga.

De acuerdo a la propuesta y discusión de este punto, existe una urgencia para ingresar a las arcas de la tesorería municipal dinero que pueda utilizarse para cubrir las quincenas que no se han estado pagado a una serie de trabajadores de diversas áreas del XVII Ayuntamiento de La Paz. Sin embargo, visto desde un enfoque de finanzas públicas, esta medida resulta un paliativo temporal que termina por generar un bucle de merma hacia el propio ayuntamiento.

No es inusual ver este tipo de descuentos en las diferentes administraciones municipales ni es una estrategia que haya inventando la alcaldesa en turno, pero sí es de importancia observar que nunca ha traído buenos resultados. El problema reside en que esta medida provoca que para el siguiente año se cobre una menor cantidad de este tan importante impuesto y entonces avanzado el tiempo se vuelva a ver la cuenta bancaria del ayuntamiento vacía.

¿Y entonces, qué deberíamos esperar por parte de una nueva administración que se dice ser progresista, diferente e innovadora? De entrada, que no se tenga miedo ni reservas en hacernos ver a la ciudadanía que este impuesto es nuestra “cuota básica” para poder gozar de una ciudad en buen estado, limpia y con posibilidad de cubrir los servicios públicos los cuales son responsabilidad municipal de acuerdo al artículo 115 constitucional.

Es de suma importancia que se rescaten experiencias exitosas de otras latitudes; basta con voltear a ver a la ciudad de Bogotá, en Colombia, para entender el caso de mayor éxito en latinoamérica de una municipalidad que no depende de los recursos externos para poder cumplir de manera más que cabal sus responsabilidades hacia sus habitantes; ya que recauda arriba del 80% de sus ingresos totales.

Sin embargo, en La Paz, de acuerdo a la Cuenta Anual 2020, se vive una situación completamente diferente, puesto que más del 70% de los ingresos llegaron desde fuentes federales o del estado; situación que no dista de la realidad nacional, pero que para nada resulta estratégico o como producto de mejores prácticas en relación con gobiernos anteriores.

Y siendo realistas, la mejora recaudatoria difícilmente tienen éxito en el corto plazo, por lo cual no podemos exigirle a esta administración que tenga resultados inmediatos, pero sí tiene la responsabilidad de sentar las bases de una estrategia que dé resultados en años subsecuentes, siempre y cuando se empiecen a abordar estos temas en la esfera pública.

Es por ello, que la primera tarea que tiene esta alcaldía presidida por Milena, es mejorar y fortalecer el sistema de catastro -aprovechando recursos internacionales que le permitirían hacerlo sin desembolsar recursos propios-, hacer del predial un impuesto progresivo -que paguen más los que más tienen- y reducir los privilegios fiscales cómo lo son estos descuentos vigentes.