El pasado 21 de mayo el Parque Nacional Bahía de Loreto hizo un llamado de apoyo a ciudadanos y médicos veterinarios para que atendieran a una cría de venado bura macho (Odocoileus hemionus) que al parecer estaba a punto de morir hace seis días, pero ha dado muestras de recuperación luego de que 17 voluntarios, entre ellos 4 veterinarios decidieran apoyar.

María Ángeles Robles, Juan Cortes, Rebecca Kobelskowskey, Dave Cook, los cuatro veterinarios, han tenido serias dificultades para atenderlo, aplicarle el suero, calcular las cantidades de medicamento ajustadas al peso de este simpático animal (pesa 25 kg y mide un metro y medio), pero se las han arreglado con ciertos trucos.

Uno de ellos es ofrecerle nopal que –según declaraciones de los voluntarios– le encanta, a cambio de que se deje aplicar las inyecciones. Sin embargo, su mejoría hace cada vez más complicado atenderlo, porque se vuelve más fuerte y salvaje. Cosa que da gusto a los fascinados veterinarios, pero los pone en precaución de recibir una patada o una mordida.

A propósito del apoyo mutuo: dos propietarios de ranchos con vegetación desértica abundante, se han ofrecido para recibir al tierno animal para que conviva con los demás venados que allí se encuentran y, claro, donde no se puede cazar. Cabe destacar la atención de PROFEPA, que vino a evaluar la condición del venadito, al que aun le queda un recorrido para estar completamente sano.

Por ahora, ya toma agua solo y come solo. Pero le quedan unas 4 semanas de tratamiento con antibióticos y 5 días más de antiinflamatorio.

Ahora bien, los que se dieron a la tarea de cuidar a este miembro de la naturaleza admiten que desconocen «si este venado toma agua de las aguas negras vertidas ilegalmente por OOMSAPAL en la zona», pero aprovechan para señalar que «es muy preocupante esto para nuestra fauna en el desierto y los humanos. Esperamos que el antibiótico administrado al venado sea suficiente para ayudarlo».

Asimismo, agradecen no sólo a quienes se ofrecieron como voluntarios sino a quienes alzan la voz «por nuestra agua en el desierto y por la protección de nuestro patrimonio natural».

«Es justamente estos animalitos –continúan– los que hacen especial y mágico el mundo en que vivimos. OjO: si manejas una moto/autos de 4×4, toda la fauna del desierto se altera muchísimo por el enorme ruido y altera sus opciones de poder comer, descansar, reproducirse y en sí de poder existir».

Recuerdan a propósito de este acto de colaboración por ayudar a un animal en peligro, otros que han tenido lugar en Loreto este mismo año, como el de un búho, o un pelícano con una bolsa en la cabeza, o una gaviota con una piola en el pico, todos por motivos antropogénicos, es decir que en algo tuvimos que ver nosotros los humanos.

En fin, reproducimos aquí un último mensaje, pero no un mensaje que abarque todo lo que uno puede hacer por coexistir armónicamente con la naturaleza, y que es emitido por los voluntarios desde Loreto:

«Todo pinta que será un verano bien caluroso en Loreto. Por favor comparte tu agua y tu comida con los animales del desierto, pues lo necesitan muchísimo.

»Seguiremos compartiendo cómo va el venado. ¡Saludos a todos!»